Hacía tres días que venía arreglando la casa. No era que necesitara cosas excepcionales, pero quería verla brillar. Detallista como era sacó manteles, copas que hacía tiempo que no usaba, preparó comidas que guardó el el freezer. Se abasteció de víveres y bebidas. En una esquina del living, colocó el árbol de navidad, no lo hacía por ella, lo hacía como un ritual para ver las caritas de sus dos nietas, cuando lo prendiera y los regalos al pie se iluminaran..
Arregló el taller que tenía al fondo pasando la pileta. Antes era una barbacoa, ahora su taller. Lo que empezó como una distracción, un hobbie, se transformó en su motivo diario de lucha contra la soledad y el hastío.
Estudió pirograbado en cuero, tuvo que aprender la calidad de los msmos, saber de tintas, teñidos, dibujo, madera de mercado, y cuando terminó varios cursos que le llevaron años, se trasladó al departamento de Maldonado.
Compró una hermosa casa en un espléndido barrio, modificó la barbacoa.Adquirió una nueva vida para siempre..Se divorció después de veinticuatro largos años de casada, y se dedicó con empeño a no pensar más que en hacer manualidades, en crear algo diferente.
Enuna pared amontonaba sobre una escalera de bambú que mandó a hacer expresamente, los cueros de carneros, baquillonas, y becerros. Ahora en éste preciso momento le quedaban pocos, los trabajos de sus alumnas se habían llevado la mayor parte
Dos mesa largas con bancos y sobre una adosada a la pared, se amontonaban anilinas, ceras, témperas, acuarelas, acrílicos, papel de calco, con frascos con thinner, con trapos en canastos, con maderas y chinches. Arriba de la mesa con una base de corcho y listones de madera, en estricto órden sus puntas para usar y las puntas para estampar.Determinando el Nº.
Ahí estaban con su brillo de acero, la cónica, recta, plana boule gruesa, gubias de todos los tamaños, masa grandes, chicas,y los pirograbadores se habían transforado en sus guardines , en sus vigilantes de todos los días, en los amantes de sus manos.
Antes de cerrar el taller enderezó su último trabajo. Todavía se encontraba en el bastidor de madera. Era una cabeza de caballo, uno de sus mejores logros. No era un cuadro grande, pero sí minucioso.
Pesó mucho mientras lo realizaba , recordaba a la persona a la que se lo iba a obsequiar.
Dicisieta años que no veía a Santiago. La última vez fué cuando se encontraron en Montevideo, en casa de unos amigos, y pudo hablar muy poco con él.
En ése momento conoció su pasión por la cria de caballos, la que efectuaba en su campo en la provincia de Córdoba, y poca cosa más.
Hacía dos años que empezaron a comunicarse por email, fué digamos una travesura de una de sus amigas que le dió a él su dirección y le dijo a Santiado que ella le mandaba cariños y que quería saber de él.
Entonces una máquina los unió a la distancia. Cada uno contaba al otro sus logros, sus problemas, y en esa soledad compartida se fueron conociendo.
Era la charla de amigos que revivían momentos de juventud, anécdotas, compartían nuevamente las lejanas risas, los bailes…
Ninguno de los dos en ésos años dijo de verse.
.Sucedió que por casualidad había una exposición, venta y remate de caballos criollos, en un hotel en Punta del Este y él era el propietario de dos de ellos
Fué cuando combinaron el viaje como dos jóvenes desconocidos.
Se enviaron los caballos y al cuidador con la antelación necesaria. Santiago que conocía casi todas las ciudades del mundoy programó éste viaje como si fuera un viaje estudiantil a un país desconocido.
Iba a ver a la dama, a ésa desconocida a la que casi no recordaba como era fisicamente, pero con la que se escribía casi todos los días.
Pidió reserva en el mismo hotel donde iba a ser expuesto su caballo.
Elena quedó en que lo iba a buscar al aeropuerto, porque hacía el trasbordo en Montevideo, donde iba a estar dos días por el papeleo. y llegaría a Punta del Este a la tardecita.
Quiso sacar Elena el auto del garage y no arrancó, no podía empujar porque el camino no tenía la pendiente indicada, y las piedras de adoquines impedía que se deslizara.
Llamó por el celular al auxilio y le dijeron que tendría que esperar porque tenían llamados urgentes que atender debidi a la cantidad de turistas. Fué cuando pidió un taxi, especificando que tendría que esperar cuando llegara al aeropuerto al viajero, y luego sería su traslado al sitio indicado..
Antes de salir le indicó a la chica que estuviera atenta a la cena y a la puerta porque los cuidadores tenían el fin de semana libre.
Al subir al taxi miró su casa y pensó – Brilla como a mí me gusta..Aprobaría Santiago su gusto, su casa. Ya la habría descripto, muchas veces, otra cosa sería al verla…
Verla, verlo ..qué me viera !!
De éso tuvo miedo, pero los años la habían transformado en una mujer audáz..Qué tenía para perder..Absolutamente..nada..nada..
Luego de los trámites en el aeropuerto, se quedaron mirándose..
Los años habían ido depositando en cada uno huellas de infinitas arrugas. Alrededor de los ojos, en la comisura de sus labios, en la manera de sonreir, en el lento andar . Se abrazaron como dos compañeros de escuela, se tomaron de la mano, y cuando llegaron a la casa entre máquinas de fotos, filmadoras, bolsos y valijas, los recibió un living iluminado y hermoso, un comedor con la cena servida, pero ella como una jovencita quiso mostrarle el jardín y el taller. Su taller.!
Entraron y el vió los cueros, las herramientas,las piletas donde se mojaban los cueros, y algunos trabajos terminados, y sobre la mesa ésa cabeza hermosa de caballo con los ojos entrecerrados, apoyada en una madera y alrededor cerrando el cuadro una hilera de tachas doradas grandes, que lucían a la luz de dos potentes lámaparas industriales que colgaban del maderamen del techo.
Cuando se miraron eran eran dos viajeros que encuentran su razón de ser, su destino..
Unos golpes fuertes, unos gritos, unos hombres encapuchados, empujones, amenazas, y su car.un estribillo.
– No griten no les va a pasar nada..la plata..donde está la plata?..
Elena con un golpe cayó al piso, sintió un dolor inmenso de su mano fracturada, y desde el suelo vió como empujaban a Santiago, le revisaban los bolsillos.y su cara giraba y daba contra las herramientas.
Fué todo muy rápido, la amordazaron y la ataron y a empellones, fué llevada através del jardín hasta la cocina y ahí la tiraron, antes le taparon los ojos con cinta engomada.
Después no recordó más, ni la ida al aeropuerto, ni la cena servida.
– Cuando despertó, había silencio solo silencio, sentía el cuerpo entumecido, dolorido, la mano hirviendo, no se podía casi mover..
La desesperación de no saber, de no poder ver, no poder gritar, y el salir de la niebla de su mente, recobrar la memoria. Cúanto hacía que estaba ahí. ? El copamiento..la mucama donde estaba, estaría atada como ella, el teléfono, los vecinos no estaban tan lejos, si venían a desearle felices fiestas, tal vez la vieran.
Era de día o era de noche, las alumnas se habían despedido !, el de auxilio del auto que había llamado y …Santiago
Alguien tendría que encontrarlos..Alguien..
Las noticias fueron de tal gravedad que no se pudieron ocultar, y por la radio, la televisión y en los diarios resaltaban las palabras «Copamiento de una mansión, asesinato ! Un hombre muerto desangrado por la heridas producidas por las puntas de estampar ! Dos mujeres heridas ! Cuantioso robo de alhajas, dinero, enceres y otros..Los ladrones huyeron en el auto de la dueña de la casa. Los encontró la alumna de una de las víctimas, que es una conocida artista del pirograbado en cuero.
La víctima es un estanciero de la provincia de Córdoba, Argentina, que había venido al remate de caballos criollos..