Estampitas y Caramelos

Tomaba el ómnibus para ir a trabajar, en la misma parada, y a la misma hora, todos los días. Hiciera, frío, calor, sol o lluvia.  A las tres o cuatro cuadras, siempre subía el mismo niño a pedir. Tendría siete u ocho años, es muy difícil de calcular la edad, porque son niños menudos, mal alimentados, y para decir la verdad, si iba parada trataba de no mirarlo. El egoismo del ser humano, llega a tal extremo, que lo que no se mira, no existe. Yo soy egoista, lo reconozco.  Una de las veces, estando yo sentada, vi que repartía estampitas, las colocaba rapidamente en la falda de los transeuntes, y después cada tanto decía ..A voluntad..La primera vez que esto me sucedió, saqué del monedero unas monedas y se las dí.  El se bajo, pero la estampita seguia en mi falda. Pensaba no tocarla, sinceramente, me parecia, algo tan antihigienico, que no sabia bien que hacer. Pense.., cuando me levanto, me hago la distraida y la estampa cae al suelo..y ya esta..Pero cuando estaba por llegar, vi que era de la Virgen Niña, y sinceramente, no pude tirarla, no porque sea creyente, es que mi nombre significa eso… Digo la verdad , no pude..la guarde, en un bolsillo de la cartera, y cuando llegue a la oficina, me lave bien las manos.

Se fueron sucediendo los dias, y los meses y yo acumule un Santoral entero, hasta  San Benedito, el que te da un novio, auque sea uno solito… y muchos Santos repetidos, claro no siempre se puede pedir la exclusividad. Fue, cuando lo empece a mirar bien;  el pelo separado, en mechas  pegoteadas, que gritaban agua por señas, no se sabia si era rubio o morocho, la tez era blanca,  la andrajosa ropa , los championes abiertos en los dedos, y la mirada, cuando tomaba las monedas. No era una mirada de suplica, era desafiante, en esos ojos color miel, no pedia exigia, que le dieran. Asi nos conocimos, un niño chico y una mujer mayor. Ya en la parada, separaba, las monedas para darle, fue mi compañero de cuadra por mucho tiempo. Un dia deje de verlo, y hay que creerme lo extrañe. Cuando lo volvi a encontrar, vendia bolsitas de caramelos, evidentemente habia progresado, se lo veia mas alto y mas delgado, con la misma mugre, o una mugre nueva, no se,  nadie, podia imaginar, donde estuvieron esos caramelos, quien los envaso. Lo que no cambio fue su metodo, evidentemente, daba resultado, ..a voluntad…

Junte caramelos como para llevar al Zoologico, y repartir entre los monos.  Esa mirada, seguia altanera y firme. Para mi denotaba una voluntad, que en otra familia hubiera significado el exito. Yo sé,  porque me saco tantas monedas, por tanto años. Era la mirada, que me hacia acordar a la de otro niño , muy cercano,  mirada rebelde con la vida que le toco vivir, con las normas de los otros, sin oportunidad, de cama limpia, de baño, de escuela, de afecto.

Al salir de un Shoping, acompañada por unas amigas, y despues de pasar, por una ciega , y una madre con una niña  en brazos que pedían, me pareció que era él, que estaba en un grupo, con el pelo teñido, y unas bolsas en la mano, una de mis amigas comentó,  – mirá primero piden, y después se drogan frente a nosotros..saqué la futiva mirada .. Al volver pasado mucho tiempo, lo ví, entre los taxis,  haciendo señas, parecía un títere, que quien sabe que mano prodigiosa lo mandaba,  para que los autos se acercaran a la parada. Era  un  bailarín entre los autos, iba para atrás y para adelante, haciendo señas, con un trapo, piernas fuertes y ágiles; desde niño haciendo ejercicio , subiendo a los ómnibus y bajando de los mismos en movimiento y cuando me tocó el turno, una mujer me abrió la puerta, y él había quedado rezagado, más atrás; fué a el que le dí la propina, y en ese momento nos miramos y nos reconocimos, aunque ninguno de los dos habló.- Pasaron mas de diez años, cuando volvimos a encontrarnos., por casualidad.  Habia pedido un taxi desde mi casa,  subi y di la direccion, ya no tomaba yo más el omnibus, porque tenia miedo de caerme al subir o al bajar, los años dan determinadas limitaciones. A las cuadras el tachero me pregunto si  yo  lo reconocia,  le dije que tal vez, porque  pedia  siempre a esa compañia, fue cuando en un semaforo en rojo se dio vuelta y vi los ojos desafiantes, que me miraban. Le dije ya sé  sos el de las estampitas, y el de los caramelos.- Asintió, y  por primera vez, sentí  su voz de hombre y su orgullo, cuando empezó a hablar.  Que primero fué el alcohol, que lo llevó a drogarse  no recuerda por cuanto  tiempo, que la calle, en cualquier lugar fué su cama,  que en esa época, esperaba viejitas para arrebatarle la cartera, hasta que una se cayó, y el vió cuando  se le salió la pierna y le quedó a contramano.   Que lo sacó  de todo eso, un día en que vomitó sangre, y un dolor increíble le atravesó el pecho. Tenía miedo de morirse, y un amigo de la banda le dijo que a lo mejor tenía una úlcera.–Le pregunté si había ido al médico y me contestó  – para que , si él sabía porque era. Hablaba  rápido como haciendo un resúmen  de vida a alguien que no se lo había pedido, a una desconocida y sin arrepentimiento. Que al sentirse, mal pensó que tenía  tenia que comer más y fué cuando empezó, a ayudar a los mozos, de los Restaurantes de la Plaza de Comidas,  a sacar la basura, y así ligaba, comida buena y sana. Me dijo que tuvo suerte, porque uno de los tacheros, de la Parada,  se preocupó por él, lo ayudó a sacar la Cédula de Identidad,  la Credencial, y hasta lo llevó a sacarse el Carné de Salud, y en las noches cuando terminaba su turno, en lugar de guardar el auto, le enseñó a manejar, y a saber contestar las preguntas, del exámen, lo de las calles , no,  porque eso él lo sabía muy bien.  Que el taxi, lo maneja de noche porque el patrón tiene miedo , y a él no le importa hacerlo. Que está logrando amortizar la deuda que habia contraido con el Banco,  porque quiere llegar a tener participación  en el mismo, cuando alguno se retire.  Le pregunte como me habia reconocido, y me dijo, -yo la miraba, pero Ud. no me veia, porque sabe Ud. se parecia a mi  madre. y un día cuando vendía las estampitas , Ud. se bajó y yo la seguí para saber donde vivía. Llegamos a destino, yo estaba entre azorada, y miedosa, hasta de niño me había seguido!!  Pero  todavia tenia yo una pregunta, tal vez insignificante ante el monólogo  despiadado de él, ante el confesionario que era yo. Una estúpida pregunta para hacerle ante una vida de redención. ., pero la hice  ¿  De donde saco  tantas  y diferentes estampitas para repartir ?. y el me explico, que se las regalo una imprenta, porque habian confundido los nombres de los santos, y las Iglesias  que habian solicitado el trabajo no las aceptaron.  – Y los caramelos..?..Bueno los caramelos eran de contrabando, y hacia mucho tiempo cuando el los repartia que estaban vencidos.  Entonces le dije,-  La Virgen Niña,  podia ser  otra Santa ?  ..claro respondio riendo, – Dios no se hace  problemas por eso…..

Al bajar me dijo,-  no tenga miedo, porque evidentemente, me notó tensa,  –  Yo espero que habra la puerta, porque sabe, está muy oscuro, y las cosas están difíciles,  con la Pasta Base.. Atravesé el jardín, y abrí la puerta, temblando y antes de cerrarla levanté la mano en forma de saludo,  y él alegremente, tocó la bocina dos veces..

Creo,  firmemente en  la redención  de las personas, en el rescate de la dignidad, no sé  bien a esta altura, si es por eso o  que  me  acunaron con cuentos  en mi larga vida,  o porque  luzco nombre de santa, sin serlo.   Hace un tiempo  hice colocar la  alarma  a mi casa, y tranco la puerta con cadena,.. porque de verdad, la calle está muy oscura, la pasta base es el problema diario, y hay asaltos todos los días, y como muchas jubiladas, guardo el dinero en cualquier lugar, menos en la cartera, porque ahí llevo estampitas, y papeles…por las dudas… Aunque los ladrones también lo saben y ahora se dedican a asaltar Sres. que sacan el dinero del Banco, en un día determinado, para pagar sueldos.

Tanto cambió todo que dejaron de ser rentables las viejitas..!

– Y no me mires así de fijo, que igual te voy a dar propina…!! Ya la tengo preparada…, estos chicos que abren las puertas de los taxis, acosan a las personas, y por las dudas, me compré un gas paralizante.., no me fío de nadie,  ni de los tacheros, por más que algunos se parezcan a San Ignacio de Loyola..

Te equivocaste mamá, se dice así..

Empezó, por trastocar los nombres de las cosas.

Su andar se acortó. Al principio, causaba gracia a todos, en la casa, le decían tenés andar de bebé,  pasitos seguidos  e inseguros. La hija le decía  » mamá la gheisa »

Cuando se equivocaba en lo que decía, la corregían y le decían: » Te equivocaste  , mamá «.. «se dice así.. »

La señora  que cosió  siempre tan bien para todos, dejó de hacerlo,  porque no recordaba donde se guardaban las cosas y no sabía distinguir, los colores, las agujas de las tijeras, y cortaba trajes sin ningún sentido. Perdió el » para ..qué. y el porqué  de los hechos ! »

Un día cuando entraron a la casa la encontraron sentada en el living ,  conversando con un señor que vendía escobas y plumeros, y sobre una mesita baja , había dos tazas de café con la que convidó al visitante. Cuando preguntaron que era lo que hacía el visitante..respondió – Que había venido a arreglar el péndulo del reloj, porque no daba más las campanadas. Lo extraño, era que en la casa, no existía un reloj..de esas características

Cuando olvidó,  su nombre, y le daba lo mismo que la llamaran,  Marita,  Mariela, o María,  siempre respondía, porqué empezaba con Ma..de mamá.- Aunque se llamaba Sonia.-

Ahí fué cuando nadie se rió más,  porque se dieron cuenta, que era otra persona en las sombras, la que habitaba  la casa.

Deambulaba, de noche,  no le temía a la oscuridad porque era nómade de sus propios pasillos.

La  gheisa,  la extraña, dejó de pintarse, porque dejó de mirarse al espejo, dejó de bañarse, porque no le interesó oler a su perfume favorito;  cada prenda que se sacaba la dejaba a su paso, y así se desprendió de todo lo pequeño y lo grande que había a su alrededor. Le costaba  tragar la cantidad de medicamentos que le daban, porqué se atoraba,  hasta que aprendió a guardarlos en la boca y a escupirlos, cuando nadie la veía.

Olvidó el baño, y para que servía, cual era su cuarto, su cama, las piezas de su casa le eran ajenas, eran inquilinos del laberinto de su mente y se alejaron las caras de sus vecinos, de sus amigos, de sus nietos; los veía sin ver, les sonreía sin querer, los amaba como siempre pero sin saberlo.

La cuidaron todos,  hasta que fué infinito el cansancio, nunca sabrán si físico, o mental  porque si es difícil vivir queriendo mucho, más lo es con un extraño, que reponde con silencio, o con ira . El que mira sin ver, el que escucha y no oye, el que va sin rumbo, el que está afuera y quiere entrar, el que llora sin tristeza, el que juega como un niño, sin tenerlo adentro, el que ensucia, sin querer, el que agota, hasta la fragilidad misma..

Así, un día por una  razón, que se llama descuido, quedó la puerta abierta que daba al jardín, y la extraña, la rígida  la que se equivocaba siempre, se miró al espejo, y nadie supo lo que vió, pero tomó su propia almohada, y se la colocó debajo de su traje y la sujetó con la bombacha, y como una embarazada, salió a la calle, por un jardín lindero al suyo.

La buscaron, toda la mañana y la tarde, preguntaron a todos, si la habían visto, pensaban que con su andar, no podría haber ido muy lejos, pero muchas veces las predicciones son erradas, y cuando ya anochecía, fué cuando la vieron sentada en un banco de la rambla, mirando hacia el mar.

Cuando su hija la vió, sostenía con sus dos manos, el ficticio vientre, y como acunando un niño, era auténtico el mirar de madre..

Por dios.. .hace tanto que te estamos buscando. le dijeron!! y repondió.. mirando hacia su almohada , como siempre le decían cuando ella erraba…

»  Te equivocaste mamá..se dice así…»

Foto de stella.

Foto de stella.

Se busca un traje con estilo

Cuando Elisa recibió la invitación, fué con alegría, sabiendo que el hijo de su amiga se casaba.-
Tenía quince días, para el apronte.  Elegir un vestido acorde a la fiesta, en una de esas chacras, comprar el mejor regalo de acuerdo a sus posibilidades, y contestar a la brevedad el RSVP, de la tarjeta.

Lo primero que hizo fué confirmar su asistencia, sabiendo que cada invitación, significaba dólares .  Eligió el regalo de la lista que hacen los novios, sabiendo de antemano, que sería ese o cualquier otra cosa la que llegaría a los contrayentes, nadie se queda ahora con algo que no le gusta, o está repetido. Todo tiene devolución pensó, para sus adentros..hasta el novio !!

Y el paso siguiente, fué  elegir el vestido..A la salida de su empleo, recorrió las tiendas del centro, pero sencillamente no encontró nada que le gustara. Había cosas baratas, pero la mayoría trasparente, no había algo de vestir como ella necesitaba, quería verse bien, elegante y distinguida, como lo fué en su juventud. No quería ser una Hindú, ni  vestirse de yersey, fruncido, en la cintura, para que sirva para cualquier talle.

Fué entonces que decidió ir a algún lugar Chick, del Shopping de Punta Carreta. Luego de la experiencia anterior, se vistió con una túnica, con zapatos fáciles de calzar, en pocas palabras, se vistió, como para cita de amante, para desnudarse rapidamente, en cualquier minúsculo probador, y para mirarse en cualquier ridículo espejo.
Conocedora de su físico, de las posibilidades que tenía, recorrió las boutiques, como quien va a una cruzada, conociendo de antemano las posibilidades de la espada y del evangelio. Se probó muchas cosas, algunas posibles, y otras sabiendo a ciencia cierta, que no eran para su edad o su bolsillo.  Hizo lo mismo que muchas mujeres, probarse por probar, soñar a ser otra , más jóven, más linda , más..muchísimo.. más flaca.. o más rica.. detrás de una cortina color beige, que ayuda a que no te vean, porque alcanza con una  cara de asombro..la tuya.

Después que quedó agotada de pedir algo en el que pudiera entrar al mismo tiempo, su  ciento diez de soutien, y sus caderas, y cerrara el cierre, auque el talle dijera L, y ella fuera XL,  vió que la mayoría no tenía manga, y era algo sinecuanon, para ella, en esta etapa, o era muy corto y se veían las rodillas, una parte de su físico, que detestaba..
Pensó en ir a la mejor tienda, y pedir un traje americano, de esos que hacen allá, que tienen cualquier  talle y dentro de él, hay variaciones, dentro del mismo estilo.  Si le quedaba bien alguno, se dijo para sí, lo compraba con la tarjeta, en tres veces, y ya está.!!

Sencillamente agotada, llegó a desvestirse, nuevamente, y la empleada, la fué guiando a lo que ella pretendía. Le dijo que lo único que tenía, largo, con mangas, con poco escote, y de su talle, era y se lo mostró, un traje estampado, blanco y negro, hermosa la tela, pero para alguién como veinte años mayor, y el precio sÍ que era para pagar en hipoteca  a veinte años.- Negando frente al espejo, verse así vestida fué la empleada la que le dió la idea sin querer..-Sra Ud. está buscando un traje de la época de los ochenta, o noventa y eso va ser muy difícil de encontrar..
En el trayecto hasta su casa , pensó, donde había trajes de los ochenta, y al otro día se dirigió a la calle Libertad, donde venden trajes usados, casi nuevos.. como dicen las malas lenguas.

Demás está decir, que la atendió una sabia, educada en la Sorbone, que la escuchó como un sacerdote en confesionario, que la midió como un sastre de primera, y que la llevó como  guía turística, hasta un perchero , donde había tres trajes de vestir. Hermosos, finos, elegantes, sobrios, y no alcanzarían los adjetivos, de la promitente comparadora para describirlos. Eligió a instancias de la vendedora uno color bordeau, porque le dijo que a las morochas, de ojos claros , ese color las favorecía, y que resaltaba el bordado en peltre del vestido, que comenzaba, debajo del busto, y se resolvía en sutiles arabescos, en la pollera con un semi vuelo, que no apretaba las caderas para nada.- La señora le entalló la cintura, que fué lo único que hubo que retocar, y al otro día al caer la tarde lo pasó a buscar y  salió Elisa con el traje, y una carterita haciendo juego con el bordado, sabiendo  de antemano que en la fiesta, iba a ser una de las mejores vestidas, se imaginaba, como una estrella, pisando la alfombra roja, para recibir el Oscar y todo por la mitad de lo que le pedían por algo que no entraba,y con la promesa que luego de usarlo lo trajera de vuelta que se lo tomaba, porque lo mandaban al interior, donde se vendían muy bien los trajes de fiesta.

Fué directamente a la chacra, en un taxi, porque ir primero a la iglesia , y a la recepción, hubiera sido demasiado gasto..Llegó cuando la fiesta había empezado, y su amiga la recibió con el cariño y la deferencia de siempre, lo mismo el novio, lo que no entendió, en un primer momento fué la cara de espanto, y de emoción al mismo tiempo de la novia y de su madre, y de las tías de la novia, no entendía porque.. si era la primera vez que las veía.!!-
La fiesta fué genial,.. Elisa se divirtió muchísimo ,bailó, comió, y brindó  tanto, tanto.. con un señor amigo de la familia, que también brindó mucho y la apretó cuando bailaban ,y la piropeó descaradamente durante toda la noche diciéndole versos de Bequer. .

«Para que los leas con tus ojos grises..hice mis versos Yo..»

Si este fuera el fin de la historia, sería más sencillo, lo sabroso, vino despúes, cuando como a los dos meses Elisa llevó el traje de nuevo a la calle Libertad, y ahí se enteró por la vendedora de la verdadera historia. La dueña del traje, hacía como un año que había fallecido, y como la hija y las nietas, necesitaban espacio, y plata decidieron, llevar los trajes a vender, no quisieron consignación ninguna, y dejaron los tres trajes de vestir, y las carteritas haciendo juego, y la señora se arriesgó, como le dijo a Elisa , pero los trajes valían la pena.

Que había estado nuevamente a los pocos días  de efectuado el casamiento , la madre de la novia que retiró y pagó los otros dos trajes y las carteritas, que estaban sin vender y me  pidió, que si Ud. venía le avisara, porque volvía a comprar el traje de su madre, porque fué muy fuerte le dijo, ver a una señora morocha, usando el traje de madrina,  que usó su madre el día de su boda, bailando, haciendo ruedas y fué para todos los conocidos de esa época un bochorno, hasta para las nietas que llevaron los trajes a vender.- Fué como ver a la abuela renacida, bailando rock, con un cara de loco recitando versos, y visiblente tomados..

A Elisa ya no le importó nada, haber tomado de más, lo del traje usado en otra boda de hace tantos años, porque empezó a comprender que el talle XL, también tiene su encanto, sino que lo diga un viejo poeta que tiene en casa que se llama Oscar, que dejó a Béquer por antiguo,  que ahora le da por cantar. una zarzuela…  La Lola se va.. a otro puerto…, y en lugar de Lola dice Lolas…le canta la Bien Pagá y hasta le gustan .. las blusas indúes trasparentes.!!