Empezó a tener problemas, con algunas materias, cuando cursaba el liceo. Sus padres reforzaron sus estudios con profesores particulares, y llegó con sus pequeñas preferencias, y dificultades hasta culminar su sexto año.
Tenía que elegir nuevamente, el anterior Test Vocacional le había dado la opción Letras, y era lo que había logrado.
Tanto ella como sus padres, hacía tiempo que habían comprendido que no haría ninguna carrera, como la que tenían ellos y su hermano mayor. No sería ninguna profesional. ¿ Pero que podría estudiar ? No tenía preferencia por ninguna vía en especial, demasiado tímida, mimosa, la nena de la casa, lo único que le gustaba y por lo que tenía un gusto preferencial, era por el dibujo. No creaba, copiaba maravillosamente, de la realidad y con cualquier foto, ella podía hacer un hermoso cuadro. Pensaron los padres, el hermano, la cuñada, opinó el abuelo, y decidieron, le comunicaron, pero ella en un primer momento se negó. La querían hacer Ayudante de Arquitecto.
Por primera vez, se impuso, demasiada presión, sin orientación, basándose solamente en la conveniencia familiar, en la opinión ajena, fué su límite. Aunque no era en verdad lo que quería, porque , ni ella lo sabía eligió, un poco al azahar, por cábala, y por el dibujo como materia principal estudiar » Decoración de Interiores »
La carrera, era corta dos años y como parecía que era eso o nada, la apoyaron y pensaron que el buen gusto innato que tenía, la fineza de sus modales, su facilidad al dibujar y todo eso acompañado de su belleza angelical, podría hacer el milagro, de » un futuro brillante y gran notoriedad » como suelen vaticinar los horóscopos.
Terminó gustándole lo que hacía, dibujaba planos de interiores, muebles, baños, cocinas, aprendió del color, los materiales, y pensó en triunfar, a lo grande, entre visillos, estilos, antiguedades, luz, alfombras, moquetas, telas. Terminó sus estudios con un viaje a Buenos Aires, con el grupo, donde se estudiaría el estilo Isabelino, siendo parte del curso de la Historia del Mueble, su última materia.
Todos se alegraron y nadie dudó, que » la artista » de la familia , lograría sus objetivos. Alguien que camina como una, reina, que se viste como una diosa, que es hermosa como una virgen, no puede ser menos, que una Letizia, o una Máxima. Nacida para triunfar…!!
Pero había un pequeño detalle. En Montevideo, la conservadora clase pudiente, de un mercado pequeño, no cambia todos los días, el arreglo de sus viviendas, y si quisieran, hay grandes casas, que guían, dibujan, allanan, el camino de las compras, se tiene, hasta el consejo de Arquitectos, que hacen lo imposible, para que la casa que ellos diseñaron o la las realizaciones de otras épocas, sean la brillante realidad del presente. En pocas palabras, un mercado pequeño, abastecido, hizo que pasara el tiempo y nadie la llamara. Nadie no, la empezó a llamar un joven porteño, que se acaba de recibir,y daba clases, enseñando, El Mueble Clásico , cuando ella fué a aprender, a escuchar por su última » Chance » como ella decía.
Vino entonces por casualidad, la recomendación de una amiga de su madre, para una rica Señora , que quería modificar, su living y comedor para un evento.
No era lo soñado, pero algo es algo, pensó, y concertó la hora por teléfono y partió hacia su destino de luz y de sombra. La casa era una mansión, de estilo francés, en el Parque Batlle, con un jardín perimetral de ensueño, eran esas casas que uno ve de lejos, y con la imaginación entraría y vería como es por dentro, como son sus moradores, cual es el estilo que predomina. Era su primer trabajo, su reto.
El impacto llegó, al traspasar, el umbral detrás de la uniformada mucama. El mármol blanco y negro del piso colocado a cartabón, se transformaba, en el purísimo, blanco de Carrara, y trepaba por las paredes, y se resolvía en nichos cada tanto, donde había estatuas, de tamaño natural, que reprentaban a diosas de la mitología griega.
Fué el comienzo de una prístina pesadilla. Ver para creer !! Antes de llegar al living, pudo observar, había un amplio distribuidor, desde donde arrancaba la escalera, para los pisos superiores, con la baranda en hierro resuelta en volutas formando hojas de acanto y madera lustrada en el pasamanos , una araña de cristal con muchas luces y caireles, pendía de un techo trabajado en oro y cubriendo los dos pisos un vitreaux, de colores, que daba a la entrada, la suntuosidad de una Catedral, si no fuera por el ascensor, en cristal grabado, que unía de una manera sutil, el pasado de la casa con el presente de la joven decoradora.
La dueña de la casa, la sacó de su arrobo, una Señora mayor vestida con la sencillez, que da un traje Chanel, y unos anillos de un pasado remoto, y una precisión inglesa de lo que quería.
La resolución del living, y el comedor, porque se había recibido unos de sus nietos y necesitaba el espacio, para que las personas, pudieran, movilizarse con mayor facilidad. Le habían sugerido , sus hijos que sacara algunas cosas para esa ocasión, teniendo en cuenta que ellos consideraban, que tenía que ir aligerando el espacio de tantos recuerdos, y souvenir. Tras el prólogo, la resolución..
El living, se presentó a sus ojos, como si Gomensoro, Babastro, Iocco, y algunos anticuarios de la ciudad vieja, Pocitos o Arenal Grande, se hubieran unido, editando Un Gran Catálogo, ilustrado a colores, para el remate, del año.
Todo era fino, caro, antiguo, pero se mezclaban, en estilos ,con colores disonantes, que le hizo subir el color a las mejillas , como si alguien le apretara la garganta, y le impidiera tragar. Fué el curso que le faltó en los años que estudió Fué la lección, como se puede poner tanto, en un mismo lugar, como decorar para un museo, o aprender El Estilo del Mueble en pocas horas.
Sacar, se podía, se almacenaba, se mandaba al subsuelo, y se hacía el espacio. Lo que quedaba a su conocimiento era Qué se sacaba? .. Dónde se ponía lo que quedaba? ..y Cómo luciría el resto?
Para empezar, en el comedor con una mesa Chipendale para doce comensales, con dos sillones sitiales en cada extremo, más aparador, trinchante, y cristalero, y columnas sosteniendo potiches de Sevres, era lo imposible, hecho realidad. En el living, dos sillones para cuatro personas, más bergeres, más mesa de arrimo, y banquetas, dejaban para el desfile un pasillo, para una fila de a uno con carrito entre góndola de Supermercado.
Fué cuando entró en una realidad virtual. Tomó su tablita pequeña de dibujo su block, su centímetro, y empezó a medir, a dibujar, a calcular, de donde venía la luz, y donde se reflejaba, porque los marcos dorados la confundían, y se sentía sumergida, como si buceara, entre jarrones Art. Deco, con cristales austríacos, y la llamaban, con el sabor a tapiz del siglo XVII. Guerra pura a las columnas con capiteles corintos, fué la supremacía, de la sobrecarga, con los recuerdos de viaje, del pasado de los padres de la propietaria, todo lo heredado por ambos bandos, más los comprados por ellos.
Creía ver moverse a los muebles, y en ese traslado ficticio, iban en hilera empujando por estilo, los Luises, los Isabelinos, los Victorianos, los Chipendales, y se peleban entre sí para ver quien quedaba, cada cual defendía su chacrita, el egoismo llevado a lo material, toda esa danza le dió la paz del deber cumplido. Después de haber medido, y dibujado durante tres horas sola , hablando, en francés inglés e italiano, con los muebles, conversado en checo con las arañas, y haberse mirado en espejos, que reflejaban espejos., cerró el remate de ideas.
Entregó a la distinguida, y futura clienta, un croquis de un living, despejado, compuesto por dos sillones de cuatro cuerpos, a los costados de la estufa a leña, una mesa de arrimo junto a una de las paredes, y sobre ella un único espejo, que reflejaba las ventanas, a las que le había quitado las sobre cortinas, con bandeau. En cuanto al comedor, arrimó, la mesa contra una de las paredes, dejó los dos sillones, y se llevó todas las sillas, a cualquier subsuelo.
La Señora, evidentemente, esperaba otra respuesta, pero como dicen » un problema bien planteado trae consigo la solución del mismo » , fué cuando la linda, decoradora, con lo que le quedaba de voz le dijo.
– Señora, tiene cosas sumamente antiguas, finas, valiosas en sí mismas y en lo que ellas significan para su esposo y para Usted., – que en cualquier traslado se pueden romper, sin decirle la pena que ello le traería, así que le sugiero, que como la fiesta, es de aquí a quince días y el tiempo todavía es templado, que la haga en el hermoso jardín que tiene.
– En el Jardín, al aire libre ? respondío la clienta.
-No, al aire libre, se puede alquilar una carpa grande, y ahí sí , ponemos una mesa , con un hermoso mantel blanco con encaje como me imagino que tiene, y colocamos, el centro de sevres, del comedor con unas flores, y hasta podemos traer las sillas Chipendale, y el brasero de bronce del living, y lo prendemos, es más podemos poner la alfombra persa grande que tiene, eso da calidez, con unos candelabros que elija, de los tantos que tiene. Podemos y enseñamos a los demás a hacer la fiesta del año, casi sin traslados.
Éste fué su primer trabajo, de la larga cadena de éxitos, que logró, porque puso de moda en las reuniones » el menos es más » , algo que muchos habían olvidado.
Cuando el joven de Buenos Aires, le comunicó por teléfono que su abuela de Montevideo, le hacía una fiesta con motivo de su graduación, ella le dijo – Ya sé, en una carpa en el Jardín.
Dejando para más adelante, el porqué era pitonisa, además de ser la divina decoradora, como él solía llamarla.
Como tiene buen gusto, la carta de presentación de su belleza, sabe dibujar, conoce de estilos, y además de estar muy relacionada, está pensando en la compra y venta de antiguedades, empezando por objetos pequeños de vitrina, los souvenir, de viaje, que lo único que traen es satisfacción en el momento de comprarlos, y un gran alivio al poder venderlos.. sino que lo diga la convencida dueña de la Mansión en el Parque Batlle.