Cuento Breve.
«Abrió el agua como una mecha, su cuerpo como un taladro, con los brazos en alto, rompió la espuma, y se hundió bruscamente, sin piedad, anhelaba el olvido.
No quería más el no ser. La olvidada, la querida, la de los días y las horas. La que espera, la que recibe lo que otros abandonan.
Fué la confidente, la cara, la perdida, la deseada, la mujer del hoy, sin futuro, toda ella era pasado, entre la oscura y cómplice soledad de dos.
Pero no era pez, y el agua la empujó hacia arriba, y la rodeó, con cariño de niña, y la llevó a la orilla. Sus brazos extendidos, no eran ramas de ningún árbol, porque no tenía raices, y su cuerpo estremecido, se transformó, en luz de mar, en pequeñas luciérnagas, en día tormentoso.
Entonces, se conjugaron los verbos, y los tiempos, fué el futuro, en la ciénaga de vida, fué fruto, y amada de las noches y los días, y pudo anclar su alma. Es la plateada joven, es madre en vientre ancho. Será la del ayer, más vive hoy entre nosotros, en almeja de perla, codiciada señora, fruto prohibido. Pero es la hija del mar, la viajera de la barca marinera, la música que lleva hasta la muerte, la redención en vida.
La bañaron las olas, la espuma, y el salitre, y logró el milagro que florecieran sus brazos, y se extendieran como ramas, y la playa entera celebró su boda, como un canto de viento entre los tamarices de las desiertas dunas. »
Después que Dimat, escribió todo esto, no lo se lo entregó a su superior de la revista para la que escribía cada quince días, algunos cuentos, y reportajes de actualidad. En la última entrega había tenido problemas, al decirle el director – que tenía que ser más claro en lo que narraba, que a la mayoría de la gente, no le gustaba desentrañar demasiado, en la trama de lo narrado. Así que lo puso en borrador, y esperó para mejor momento , o mandarlo a la papelera.
No habían pasado, tres días cuando leyó un artículo pequeño, que decía, que en las costas brasileras, había caído al mar por accidente, o en un intento de suicidio, una pasajera de unos de los cruceros. Que habían logrado salvarla por milagro, porque la mujer, permaneció, aferrada fuertemente, a un maderamen, durante dos horas. Que tanto ella como el niño que espera se encuentran bien en un sanatorio de Río de Janeiro.
Dimat, agregó como corolario de la historia este final, y se lo entregó a su jefe, para la próxima entrega.
Fué leído en silencio como siempre, y cuando se retiraba, oyó la voz que le preguntaba ¿ Dimat, te olvidaste del título, que título le pongo ? Y desde la puerta, la voz se oyó claramente..
Premonición…si a Ud. le parece, sino busque algo con más gancho, y salió sin mirar a nadie, por hoy había visto demasiado..
Hermoso, llega muy dentro, me gustó.
Abrazo de luz
Qué lejos llegaste al 2010!
Gracias…abrazos.
Es que tengo que buscar alguno de tus posts que no haya leído, por eso a veces llego tan lejos, jajaja.
Abrazo de luz