Cuando las calles eran desoladas, porque la amplitud, era de todos los peatones y los pocos autos que pasaban, no interrumpian ningún cruce, fué cuando de casualidad lo conoció Armonía..
Tenía diecisiete años, dulces y hermosos, llenos de sueños. Hacía honor a su nombre. Se cruzó con él, y fué una mirada fugaz, se diría casi robada, porque solamente en ese momento pudo ver sus ojos. Sin querer o queriendo se dió vuelta a mirarlo, y lo único que divisó a lo lejos fué un sobretodo negro.
Ella hacía siempre el mismo camino hacia el liceo. No pasaron muchos días cuando lo volvió a ver, pero esta vez pudo mirarlo más detenidamente. Su pelo rubio y ondeado, esbelto, alto, y ese sobretodo con el cuello hacia arriba tapándolo del frío de junio. Los ojos azules se posaron en ella, y esto sirvió para qué tuviera motivo para su ensueño.
Decir, que lo comentó con sus compañeras de clase, sería abaratar las miradas y encuentros casuales que tenía en sus diarios trayectos. No quería que nadie supiera, que le gustaba un desconocido, que veía de vez en cuando, que no sabía quien era, que era ella la que lo miraba, y que en cualquier momento dejaría de pasar. Era lo que pensaba, algo externo a sí misma, pero que la empezó a complementar. Comenzó a arreglarse más. El frío del invierno no la ayudaba, pero la boina tejida de angora, coronó su cabeza, haciendo juego con sus mitones. Empezó a usar tacos altos, y aunque al principio, hacía pininos sobre ellos, perseveró, en su casa con un libro en la cabeza, haciendo equilibrio, hasta que tuvo el andar de reina. Si él lucía como un príncipe, ella no podía ser menos.
Cuando el candor es luz, entre las espesas pestañas, y todo es sonoro, desde el mar hasta el viento, y se recita, y se recuerda hasta el más mínimo detalle, o se es muy joven, no se ha vivido, o se está enamorada. Para Armonía había llegado el amor. Sin nombre, sin palabras, sin conocimiento. Pero un amor nacido en un cruce fortuito de dos personas, en la calle puede llegar a serlo, si el pensamiento se trasforma en realidad. Pensó mil maneras para poder conocerlo, tenía la sospecha que podía vivir en el barrio, pero lo que la intrigaba de muchas maneras, era esa modo que le veía al caminar, segura y ligera, el vestir tan austero, y el apuro evidente. Entraba a trabajar, casi con seguridad, pero donde.?
Cuando cruzarse fué común, el empezó a saludarla, bajando la cabeza, y ella dijo la primera vez, con voz casi imperceptible- Buenos días. Y de ahí, en más eran dos extraños saludándose. Las últimas veces, le pareció que le sonreía, y que esos dos inmensos ojos se abrían , al diálogo. Entre la realidad, y los deseos, la imaginación juega con los sentidos y hace ver lo que no existe, en ese punto se detuvo ella.
Cuando su mejor amiga, un día la invitó a escuchar una conferencia en su liceo, en un primer momento dudó, pero ante tanta insistencia terminó por aceptar, no era muy adepta, a escuchar charlas,y no concocía al disertante.
Cuando entró por primera vez al Instituto centenario, con sus grandes y anchos corredores, con sus paredes tapizadas de fotos de grupos de alumnos y profesores, notó y se lo comentó a su amiga la diferencia abismal, que había con su humilde Liceo. Tuvieron que caminar un rato largo, entre jóvenes uniformados, y Clarita le hablaba y comentaba, las diferentes clases, que daban en ese sector, y la llevó a conocer la capilla, aunque sabía que Armonía no era creyente. Pegada a la capilla estaba el salón de actos, y ahí se iba dar la conferencia, que se dividía en tres jueves sucesivos , y estaba especialmente dedicada a los adolescentes y jóvenes y se llamaba » El valor de la Contención » Antes de entrar Clarita se entretuvo hablando y riendo con compañeras, y la mirada de la invitada, se posaba desde las jóvenes, a los ventanales con rejas trabajadas, sitiendo en todo momento, como la tradición, se filtraba desde el antiguo edificio donde habían concurrido por tres o más generaciones abuelos , padres , hijos, profesores. Ahí también acompañaban a los jóvenes los padres, tanto en la pequeña capilla, como en el salón. Esa unidad era desconocida para ella.
Fué cuando lo vió venir desde lejos, entre un grupo de jóvenes, resaltaba entre todos, ese porte magestuoso, era único, esencial. Las piernas le empezaron a temblar, todo su cuerpo se movía, sabía que ahora conocería el nombre del hermoso hombre, que la hacía divagar en las sombras. Cuando estaba bastante cerca le preguntó a Clarita – Quién era. Y la respuesta la dejó petrificada en la puerta, inmóvil, estática.- Ese es el padre Luis, es el Subdirector, la conferencia hoy no la da él, sino el jueves que viene.
Armonía sin querer, fué llevada hasta el salón, pero pudo decirle a su amiga que se iba porque había recordado, que tenía que hacer un mandado para su madre. Cualquier excusa era válida en ese momento, lo que quería era salir, y cuando casi lo lograba él estaba parado en la puerta, y le habló, le preguntó- – – Te marchás. No te vas a quedar. ? Se lo preguntaba sonriente, evidentemente la confundía con una de las alumnas del colegio. Es decir siempre la confundió con una alumna. La voz de Armonía, se volvió más clara, más fuerte al decir- Hoy no puedo, tal vez el jueves próximo. – Cuando gustes, le respondió el padre Luis, y en ese momento hablaron también sus ojos de ese azul celeste, de ángel, de dios, de prícipe, de ilusión primera, de quimera, también habló la cadena de plata, la cruz, sobre su pecho, y la sotana negra. Todo esto se lo decía sonriendo por vez primera. Esta era la sonrisa dada, como ofrenda a ella, la que no olvidaría nunca, porque ese recuerdo le pertenecía para siempre.
Cuando las calles se vieron más concurridas, era noviembre, el calor hacía abrir las ventanas, y el verano ya era una realidad. Época de pruebas y exámenes, pero lo extraño en el Instituto, fué, que el mes anterior, partió el padre Luis, para Inglaterra. Trás una tormenta, como esas que tienen muchos truenos y relámpagos, y poca lluvia, la típica tormenta que anuncia el cambio de estación, y con ella se fué el Subdirector, tras los rumores, de una relación, de él con una alumna. Los rumores en determinados lugares, se amortiguan, se callan, se ocultan. La partida cuando Europa se encontraba en guerra, fué el colorario, de los dichos.
La alumna era Clarita, y aunque nadie negó nada, el que ella también se retirara, sin terminar los cursos, confirmó las habladurías. Las amigas o conocidas comentaron que se había ido a la estancia de los abuelos. Todo esto tuvo un giro parecido a los trompos, de esos antiguos de colores que al girar tenían música, y en ese giro, se fué acallando todo , porque ayudó el fin de curso, y el manto de la virgen en las familias patricias, cobijó el resto para que se adormeciera, con el calor de un tórrido verano.
De Armonía nada se supo, porque no era conocida de las jóvenes del Instituto, era ajena a esto. Era una pieza que en un principio, no se le dió la importancia que tenía, porque los únicos que supieron la verdadera historia, fueron los padres de las jóvenes.
La lluvia golpeaba las ventanas, la calle aparecía desolada y se sentía el frío del invierno. El Instituto había quedado como un baluarte generacional, no había perdido nada de su prestigio, es más era un referente para la educación, tanto privada como pública. Uno de los grupos tenía dos horas libres,y los jóvenes optaban por quedarse en el salón, ir a la biblioteca o la cantina , todos se estaban aprontando para presentar los trabajos prácticos. María y Rafael, estaban sentados en el salón intercambiando los escritos, por más que se los habían pasado por Internet, estos momentos los aprovechaban para que y se pudieran corregir antes de la entrega que sería dentro de tres días. El tema era algo más complicado de lo habitual, escribir, un cuento. Fué cuando se generó el siguiente diálogo. María – Rafa, lo que me mandaste es demasiado breve, acordate lo que dijo el profesor, vas a tener que agregarle alguna historia un poquito más complicada.- Algo más humano.
Rafael – Mirá después corregimos el mío, ahora hablame de esa historia tuya y del padre Luis,y las chicas, tú te pasaste , a mí me parece. Además falta desarrollar el final, yo hice el nucleo livianito, y el final va a ser pesado, pero el tuyo, decime María ya lo pensaste?
María se quedó mirando sus carpetas, el pelo recogido en la nuca con un broche hacía que pareciera más jóven aún de lo que era, sus pequeñas manos apretaban la birome, y con ella señaló a Rafael, y le dijo. – Te pareció la historia de teleteatro verdad? – Sí respondió Rafa, un cura metido en esa época con una alumna, ..Y las dos enamoradas, de él..que por lo visto debía ser de la edad de sus padres.
Sí y es verdad, él podía ser el padre de cualquiera de ellas. – Cómo verdad ?, es una historia, un cuento, te fuiste…- No Rafa, lo saqué de lo que sé de mi familia, algo inventé pero la historia es real, y fué trágica para más de una generación. En ese momento sonó el celular de María, y mientras ella hablaba, Rafa se la quedó mirando, con más atención, porque se dió cuenta que su amiga se encontraba angustiada, y pensó que algo de verdad había en la fantástica narración. Cual verdad ? Cuando cortó la encaró en ese salón practicamente vacío para los dos. -María decime quién era Clarita, quien era Armonía, y cual es la verdad y cual la ficción ? – Clarita era mi bisabuela, Armonía fué la madrina de abuela, y el padre Luis era mi bisabuelo. Y querés saber más ? Mi abuela no llevo el apellido de ninguno de sus antepasados , tuvo el apellido prestado de Armonía.
Muy fuerte dijo Rafael,!! y al mirarla nuevamente vió que se encontraba su amiga con ganas de llorar, y fué cuando la invitó a almorzar, porque al ver tan complicada la situación no sabía como salir de ella. María le dijo que no, que su madre la esperaba, si él quería podía ir después de clase a su casa, y terminaban los dos cuentos, porque ella sola no podía con este relato. – Bueno dijo Rafa, pero me prometés que de ese relato hacemos dos, uno para tí, hasta que el padre Luis se va a Inglaterra, y otro para mí a partir de lo que me contaste, y le ponemos I y II. Terminarón con sonrisas, porque a esa edad, hay cosas tan difíciles, que se necesita el respaldo de amigos para digerirlas.
Ya cuando se iban sin esperar a la clase que faltaba, caminando por los amplios corredores, en los mismos donde se habían conocidos los protagonistas de la historia, Rafael entre asombrado e incrédulo inquirió-Decime, tu bisabuela se fué a Inglaterra con el cura ? – Sí ,y se quedó a vivir en Inglaterra, y Armonía viajó con mi madre chica, para Montevideo, porque habían ido las dos detrás del padre Luis, y él se quedó con su Iglesia. Mi abuela empezó a trabajar allá y Armonía se ocupó de mi abuela , y cuando pudo volvió a Montevideo. Fué cuando se terminó todo el dinero que le giraba la familia de Clarita, que las mantuvo durante años. Te quiero decir que ya están todos fallecidos, excepto mi madre, que aunque no lo creas está muy orgullosa de su apellido, porque mi abuela aprovechó su belleza y se casó con una persona muy influyente de aquí, y te pido que no hables de esto en casa, y que no lo comentes con nadie, porque para mí esto es una especie de terapia, escribir lo que le pasó a la familia. Tener una familia adoptada por las circustancias , es algo triste.
Te comprendo dijo Rafa, aunque de verdad, entendía nada, menos del amor, aunque pensándolo mejor al ver los ojos tan celestes de María cuando se le llenaron de lágrimas, podría ser una linda opción.
Se despidieron apresuradamente, porque todavía seguía lloviendo, y con un – después de almorzar voy y – cuando gustes, se fueron cada uno en una dirección opuesta. Recién ahí María se dió cuenta que había utilizado las mismas palabras obsoletas que su bisabuelo le había dicho a Armonía, solamente que ella después de entregar , el cuento lo pensaba subir a su Blog, así hacía terapia de Grupo.
Discurriendo sola se alejó, y al mismo tiempo , veía de que manera le iba a decir a Rafael, lo que había inventado, la estancia, y otras cositas, porque la verdad era que quería que ese misterio que la rodeaba tuviera un fin en sí mismo.
Quería conquistar a Rafael, el Rafa, para los amigos, y para ella su príncipe, como en su momento tuvo su bisabuela. Lo que no quería , aunque ahora sería imposible , era parecerse a Armonía, y renunciar a todo por amor, por más que no estaba segura,.. si el padre Luis no invitó a las dos…en Inglaterra con un…. Cuando gustes….