Para Popi..
Somos selectivos en la reminiscencia.
Contaba Mery que había trabajado muchos años en un Juzgado, lo siguiente. » De ésto hace mucho tiempo, era sumamente jóven, era vital, tenía dentro de su cuerpo esbelto, en procesión, las ilusiones. Llegó por un traslado, como Receptora de Prueba. Nombre importante para un cargo delicado, y un sueldo mísero. El local, era una antigua casa, adaptada malamente, a nuevos servicios. Se trabajaba apiñado, sin la más mínima comodidad. Todo se escribía mano, con lapicera de tinta. Había solamente dos máquinas de escribir, para catorce empleados. El decretero, y la sentencia se hacían con tres copias. El papel carbónico fué la pesadilla, del dactilógrafo y de Marcia. Las declaraciones por duplicado, se lograban con el mínimo de goma, casi sin comillas, con pocos Emd. y encerrada en una habitación sin ventana, con luz eléctrica. Era la escribiente de la causa.
Se descargaba lo realizado, en dos grandes libros, que se ponían arriba de una mesa, pegada a la baranda. La baranda es el lugar a donde arriban los intersados, sea actor o demandado, o los abogados de las partes. Los expedientes se guardaban por año, número, y por letra. Dos bibloratos contenían los decreteros y sentencia. Uno de ellos, era tan usado, que muchas veces eran los empleados los que lo leían , en voz alta. Dicho, si no era abogado, o alguien instruído, la mayoría se iba sin entender, a donde iba su expediente, o que etapa le faltaba. Muchos preguntaban . – Donde tengo que ir ? – Qué le digo al abogado. – Cómo anda lo mío ?
Marcia, muchas veces al estar descargando las fechas de las audiencias, era interrogada por personas que estaban espectantes, por lo que ocurría con sus trámites. Un día viendo a un Sr. mayor que no entendía absolutamente nada de la explicación dada, se le ocurrió la idea, de que comprara un cuaderno, y allí ella le copiaría el decretero, o le diría la fecha de vencimiento, o lo que fuera relevante para el interesado..
Fué una pequeña y anónima ayuda para la Defensoría de Oficio. Todo dependía que los interesados no se olvidaran del cuaderno. Tuvo mucho éxito con su escritura, tanto que sus compañeros, cuando la llamaban refiriéndose al público le decían » tus clientes «.
Fué tanto lo que vió, lo que sintió , lo que sufrió, y lo que se enriqueció, escribiendo en papel sellado, abriendo sobres de interrogatorios, y las veinte repreguntas por cada parte. Los expedientes que numeró, ligó y cosió, sirvieron para ir sellando cada historia, simple , complicada, increible.
Cada uno era diferente. Eran como huellas dactilares. Únicas e irrepetibles .
Se acercaban las fiestas, se estaba en pocos días para empezar la Feria Mayor, y uno de » los clientes » después de hacer la soberana cola, se acercó a la baranda y preguntó por Marcia. Al acercarse, vió que el hombre sacaba de un bolso, un paquete envuelto, en papel de embalaje.
– Es para Ud. Señorita.
– Muchas gracias, pero no podemos recibir regalos..
– Es por la navidad, y por todo lo que Ud. ha hecho por mí.., si no fuera por ,.. por eso…
– Gracias, pero no puedo…Me alegro que le haya ido bien..Gracias igual.
– No me va a despreciar…, lo ví crecer, lo cuidé para que nada lo dañara y cada vez, que lo miraba me acordaba de Ud., escribiendo en mi cuaderno..esto es suyo….Es regalo de pobre…
Arrancó el papel, y ahí a la vista de todos, surgió como recién nacido, un reluciente zapallo, verde, lustroso..increiblente grande.. !!
Las miradas fueron, de todos los que estaban en los pasillos esperando, hacia el zapallo, hacia Marcia, hacia el cliente, hacia los demás empleados…
Nadie hablaba, … Pasaron los minutos…
Marcia tomó el zapallo con sus dos manos, era tan pesado que tuvo que ahuecar los brazos para poder sostenerlo, y cuando logró alzarlo, el viejo le dijo.
– Qué Dios la bendiga…!!
Ella se sintió iluminada, miró al zapallo y por esas rarezas, que se dan una vez en la vida, le dió por pensar que era a un niño al que aupaba..
– Feliz Navidad, para Usted también.. le dijo.. «.
Muy buena tu historia querida amiga, y el final bien logrado. que regalo tan original un abrazo y feliz navidad Rub
Gracias. Fué un regalo muy sentido, muy cuidado, y fué aceptado…conmovía…la ancianidad desvalida.
Hasta pronto…Hasta cuando guste.
Felices fiestas.Rub..
Buena historia, muy bien hilvanada con un punto de ternura y nostalgia.
Salut
PD: y aprendí que era un zapallo
Gracias. Siempre será bien recibida..Las historias simples, las desteje la memoria, por éso escribí el cuento.
Hasta pronto, hasta cuando guste.
Un brindis junto a Ud.