Bienvenido Amado…

Se sentía tan cansado ,  sudado,  en estado gelatinoso,  que cuando subió al auto y pudo prender el aire acondicionado le pareció que había llegado a casa. Tuvo que demorar un rato, hasta que la dirección se fué enfriando lentamente.  Arrancó para visitar a su último cliente. En la calle arbolada, el sol cacheteaba a las hojas y se escurría entre ellas formando en la calle luces y sombras. Había muy poca gente  transitanto en ese momento. Sol de diciembre,  mal día para hablar y convencer.

Lo vió, y no frenó en forma instantánea, porque en ese preciso momento empujó sus lentes de sol, que se le estaban resbalando por  el caballete de su nariz.

Saltó de su moto  y como un equilibrista, dió una vuelta en el aire, y quedó de cara al cielo.

La gente  que no estaba en la calle apareció de golpe, de la farmacia, de la panadería, de la parada de ómnibus, lo cierto fué que se formó un círculo en torno al coche, a la moto y al hombre herido.  Bruno tenía un golpe en un costado de la frente nada más. Pero su asombro no tenía límites, la gente decía .  – »  Q ue la moto lo encerró a él » – »  que el motociclista era el culpable » – »  que eran todos iguales unos inconscientes…»  » Que se pasaban corriendo picadas » ..

Bruno sabía que no era así, él no había frenado a tiempo. La ambulancia y la policía, hicieron su labor y los testigos el resto.

Bruno, quedó en libertad, emplazado, con el requisito de pasar más tarde por la comisaría, cuando su golpe en la frente  fuera revisado. El herido que no tenía papeles ingresó en un hospital y  los testigos dieron sus datos. Todos  se marcharon a diferentes lugares, pero Bruno se fué acompañado del brazo con la señera  culpa,  por no desmentir lo que decían.

No aparecierón sus documentos  y el accidentado fue el N, en  la ficha  del hospital ,  la moto pertenecía a un hombre mayor, cuya dirección fue chequeada  y dió como destino un edificio de apartamentos, que se encontraba en construcción.  Le sacaron las huellas dactilares, y no se encontró antecedentes del mismo.  La moto no había sido reclamada..¿ Dónde se encontraba el dueño de la moto ? Mientras no recobraba el conocimiento N , se fue instalando solapadamente el misterio.

La  fatalidad y la  soledad, aunadas a un  carácter sumamente  sensible, hicieron de Bruno, a partir de ése instante, la persona que se acercaba tres veces por día a ver a N al hospital.  Porqué ese hombre lleno de vías  y suero, no abría los ojos, no llamaba a alguien, ni siquiera se quejaba !!  Era un silencio inerte en la cama.  Tanto tiempo transcurrió junto a su lecho,  que Bruno empezó a estudiar  sus facciones , le abrió los ojos y vió unos ojos castaños iguales a los de él  y llegó a la conclusión de que era de su edad, de complexión fuerte y lo que  tenía de extraño,  era un tatuaje en su brazo derecho.

Las historias que imaginó sobre el desconocido, fueron tantas como su ya efermiza imaginación suponía. Todo lo que él no había podido ser lo imaginaba para el paciente.  Lo veía viajando como marinero en un barco de pesca a mares lejanos, podía ser algún trapecista de un circo ambulante, un contrabandista de frontera, un sicario, un maleante sin antecedentes, un extranjero..o un hombre cualquiera que un día determinado hurtó una moto, y se dió a la aventura.  A la aventura de conocer..

Podía ser él mismo, el corredor de materiales electrónicos.

Tantas veces fue al hospital que una tarde le dió por revisar la ropa del accidentado, era poca cosa pantalón roto  y una camisa a cuadros, estaba en eso cuando la enfermera del turno, al entrar con el suero le preguntó.

– »  Ud. lo conoce verdad ?  –   No quiere decir como se llama. ?  –  Es algún fugitivo ?  –  Mire que si oculta información, acá lo podemos denunciar ?  –  Porqué viene a verlo ? »

Muchas preguntas y Bruno no tenía respuestas.   Dijo,  – » Lo conocí en un accidente, no sé quien es, o cómo se llama, no oculto nada, y vengo a verlo porque me dió lástima, al verlo tirado en la calle. »

– »   Mire le dijo la enfermera entrecerrando los ojos, a mí me han contado a lo largo de treinta años que tengo acá muchas historias  y algunas eran pasables y hasta creíbles, pero la suya no.   Nadie revisa porque sí, la ropa rota de un extraño.

–  Ud es familiar familiar de él.   Miré si hasta se parecen,  podría ser su hermano. Venir tres veces por día, con este calor sofocante  no se lo traga nadie. !! Vé el viejo de la cama de  al lado , ése tiene hijos, y en quince días vinieron una sola vez, cuando lo internaron y la comida se la dan los acompañantes de las otras camas. Así que  dígame como se llama. »

No se entendió en ese momento que nombre era el que requería y dijo.. Bruno..-

La enfermera dijo…- Así nos vamos entendiendo.. está mejor diciendo la verdad… se acercó al accidentado y fuerte empezó a llamarlo…- » Bruno…Bruno..despierte…despierte…que aquí está su hermano..Bruno..despierte..!! »

Y algo extraño ocurrió, N..despertó  y miró como atontado a su alrededor..y se fijó en la enfermera..que sonriendo le decía…- » Así es bravo…ahora a mejorar Bruno..que su hermano va a dar sus datos…y arreglamos esto…Venirme a mí con comics..a mi edad…y dicho sea de paso..Ud..cómo se llama..?  »

No sabiendo ya que decir, al ser robado su nombre pensó – » digo cualquiera  y salgo rápido de aquí y  vió la estampita que estaba pegada a la pared, de azulejos grisinos  con cinta scotch … arriba de la cama.. » que decía  »  Bienvenido al reino del señor.. Amado hermano..»

– Me llamo Bienvenido..

– Y el apellido ?

– Amado..

¿ Y el segundo apellido.

– Hermano.

– Vaya nombre que le puso su mamá, !! Parece el comienzo de una novela  de los setenta , cuando yo era una jovencita  romántica y leía a .. Corín Tellado..!! Los ojos de la enfermera se reían del acompañante aunque las palabras eran dichas en tono amenazante.  Los dos empiezan con B..Bruno..Bienvenido, ..Pase por administración señor Amado y arreglamos ésto…Mire su hermano, ya volvió a cerrar los ojos…Vale más que le avise a su familia  si la tiene…Hay que aclarar rapidamente éste trámte…su hermano está muy grave.. sabe ?

La enfermera salió con su carro por el corredor, impregnando a su paso con ese olor carcterístico a varios desinfectantes,  llevando  una buena compensación que Bruno le puso en el bolsillo y que tuvo por respuesta. .- »  Venirme a mi con semejante historia, y una risa cortita de satisfacción mientras se marchaba a otra sala.»

Bruno se dirigió por el lado opuesto. Miró por última vez a N y le pareció que respiraba.  Entre los dos desconocidos habían hecho un trueque..accidentado..

La vida de N  con  un nombre…… Bruno  y un nombre  para su  vida…Bienvenido Amado Hermano..

No había un bueno  y un malo. Uno  triunfador y  el otro  castigado, no había justicia de por medio, no existían antecedentes… era..era  solamente  por azar ..el haberse encontrado.

Salió apurado, eran las dieciocho y treinta,  todavía no había visitado al último cliente antes que empezara la licencia . Estaba seguro que N, se iba a recuperar.  Nunca en mucho tiempo se sintió tan libre, aunque fuera por unas horas, o por un rato, tenía prestado el nombre.

Le pareció todo lo sucedido  un   juego  de Ciencia Ficción, de los que vendía de  la fábrica Electronic  S.A.  de la cual  era su principal  corredor.

A la salida de Urgencias el sol le castigó la cara y el calor lo rodeó. Se subió los lentes de sol, y al querer cruzar la calzada, el saco azul que llevaba colgando  de su brazo se enganchó en un auto y siguió junto con el auto.

Cayó  y se golpeó la cara con los lentes. Ahí se desmayó.

La camilla llegó , con los camilleros y la enfermera que había terminado su turno,   se acercó .

Mientras, la camilla iba ligero  por el corredor con los enfermeros se oyó la siguiente conversación-

– Qué increible !! Los dos hermanos internados por accidentes con autos.

– Lo conocés ?

– Sí… Se llama Bienvenido Amado Hermano.

– Váya nombre !!.respondió el camillero.

Ya habían llegado a la sala de primeros auxilios.

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