POISON

Cuento Breve.

Una hermosísima ciudad balnearia.  Algunos turistas deambulaban  mirando , otros más decididos  compraban  y tenían las manos ocupadas por grandes  bolsos de papel reciclado. Se oía hablar diferentes idiomas. El mar se sentía cerca.  Un lugar para ver y que te vean.

La calle más comercial, las marcas más reconocidas, las vidrieras más exclusivas  y los precios de acuerdo a todo lo enumerado.  La veinte a pleno !!

En la perfumería más chic, la más selectiva, la de la vidriera panorámica, la de las luces dicroicas, ahí entró Alma.

En cuanto pisó el piso blanco de mármol, sus pasos fueron detenidos, por una voz juvenil que le preguntó.

–  En que puedo servirla.

– Vengo a comprar un perfume.

Cuando iba a decir cual, entraron unos cuantos turistas y la chica la dejó de lado, e hizo la misma pregunta a esas personas y las fué guiando hacia diversos sectores.

Alma quedó parada en éxtasis  mirando los anaqueles de fondo de espejo y estantes de vidrio. Qué lujo !! Cuántos perfumes.  Cada marca tenía un sector, y cada lugar era atendido por señoritas que parecían muñecas , altas, delgadas al límite, maquilladas como para ser reclames de cosméticos y todas uniformadas. Qué lindos uniformes. !! Pantalón y blusa de igual color, pero según fuera el lugar  eran rosadas, blancas, celestes, negras,azules. Parecía un arcoiris formado por mujeres bonitas.  La música suave acompañaba el conjunto. Los lápices de labios enhiestos mostraban sus colores desde el rojo profundo al violeta. Los esmaltes formando racimos ofrecían sus frutos. Todo era Make up y sales de baños.   Había sponsor, que te regalaban minúsculos frasquitos,  promocionando   perfumes .  Todo el lujo detenido entre plantas, vidrios,  espejos  y fragancia. Todo en dólares.

Porque le gustó el color, se dirigió a la señorita de rosado y escuchó la misma pregunta

– En qué puedo servirla.

Alma vió que tenía una plaquita en el bolsillo de la camisa con el nombre que decía Sthefani.

– Verá señorita, quiero un perfume. Sthefani es su nombre verdad ?

– Sí señora es mi nombre. Cual es el perfume que busca ?  Como habrá observado  tenemos las mejores marcas, lo más exclusivo.

– Mire Sthefani, busco un perfume que olí hace mucho tiempo..es tan rico que por dos años no pude sacarme ese olor de la nariz…pero el problema es que no sé su nombre. A mi me dijeron, tenés que ir al mejor lugar para encontrarlo. Por eso estoy aquí.

La empleada la miraba atónita. El pelo malamente teñido y el resto tan modesto. Un pantalón negro  y una camisa de esas de use y tire. Esa señora llegó al lugar equivocado  y con una excusa la iba a sacar del negocio cuando la mujer siguió hablando.

– Yo sé que los perfumes acá son carísimos, pero si Ud. me ayuda yo lo encuentro. Hace dos años que vengo ahorrando para comprarlo.

– Dos años ahorrando para comprar un perfume. ?

– Ud. no sabe lo que es soñar oliendo ? Yo que me paso con ese tufo  de  aceite y nafta, todo el día, solamente cuando llego a la cama es que puedo sentir el perfume. Cómo acá, todo el lugar huele bien, como Uds.

– Ud. trabaja en una automotora o en algo así ?

– No Sthefani, yo tengo dos cuadras.

– Dos cuadras de qué. ?

– Cuido coches en la veinticuatro. No me conoce ? Me llamo Alma.

Sthefani, viendo que la jefa, le hacía una seña, le dijo.

– Mire Alma, vamos a buscar el perfume rápido sino tengo que seguir atendiendo a los cruceristas. No puedo seguir conversando. Vamos a ver. Para qué quiere el perfume, para después del baño, para salir o..para..para trabajar.

Una risa franca alegre cerró esta parte de la conversación.

– No se asuste. Quiero un perfume para enloquecer a un hombre.

Sthefani, se rió con ella y buscó en los anaqueles tres frascos hermosos, y los puso sobre el mostrador.

– Éste enloquece a los hombres de día, éste es para  la  tarde, y éste va en la noche. Ahora Alma Ud. me dirá cual es su horario. Mire que todos cuestan en dólares…espere le voy a poner en la muestra y Ud. me dice si alguno es ese que Ud. tiene en el recuerdo.. Le perfumó hasta las muñecas,  explicándole que sobre la piel es diferente cada aroma.

– Alma olfateó cada una de las tres muestras, y negó con la cabeza…

– Entonces Sthefani, trajo una caja verde oscura con un óvalo dorado y puso su cuarta muestra en la pequeña cartulina y detrás de la oreja de la compradora .

Los ojos de Alma dijeron el acierto, ése era el que buscaba y cuando quiso leer el nombre..Poison.

– No, se dice Puason.. es francés es de Christian Dior..Le dijo la vendedora. Lo  lleva ?  Cuesta mucho  pero qué alegría siento que lo haya encontrado. Es un perfume especial, no es para todos los días. Es para un momento importante.

– Puedo hacerle una sugerencia, córtese el pelo, tíñaselo bien claro , arréglese las manos, y  una gotas de… éste perfume que embriaga  y ya está para ser hechicera..

La acompañó hasta la caja, la llevaba del brazo  como a una conocida , pero lo increible sucedió cuando llego a una de las tres cajas y ante la atónita mirada de la cajera y de Sthefaní , Alma abrió su cartera de tela y adentro de ella todo el cambio que pudo juntar en dos años de propina. Su cartera era una alcancía. La clásica chanchita.!!

La cajera miró a la jefa y ella hizo un gesto y cerró la caja para que durante casi una hora pudiera contar las monedas y empaquetarlas, Había algunos billetes, pero casi todo era cambio chico. El de »  sírvase…No tengo más…Gracías.. éste es todo el cambio..»

Cuando el perfume estuvo  envuelto para obsequio, con moña incluída   y un frasco de esmalte para uñas Maybelline de reglo , Alma se sentía  orgullosa de la bolsa vistosa , que tantas veces vió pasear ante sus ojos.

Ahora ella tenía una,   de exclusiva esencia…para ser bruja..para no ser santa..

Antes de salir del local al pasar por la vendedora le Preguntó.  – Quisiera saber algunas cosas .

En un poco más de una hora parecían amigas.

– Usted. dirá Alma.

– Porqué le pusieron una h a su nombre  y al  de Christian si no suena..y que quiere decir Poison..?

– Riendo le respondió no sé,  sin h es lo mismo para los dos nombres, con respecto al mío, lo eligió mi mamá porque le gustaba una canción que se llama así y el nombre del perfume quiere decir.. veneno…así que un  poquito por vez,  no se le vaya a morir antes de tiempo  ..al que quiere enloquecer .

– No tengo apuro..primero lo tengo que encontrar..

Cuando volvió a su cuadra, a su turno, guardó debajo de un saco de lana su cartera  de tela y dentro su regalo. Junto a sus pertenencias  una botella con agua y un vaso, decían a gritos su precariedad. Todo se conformaba con su chaleco fosforecente anaranjado , que le brindaba el Banco de Seguros del Estado, como propaganda.

Vió moverse el auto gris…ese el del viejo  ricacho que siempre le decía  » le dejo ésto señora , mañana le doy más «…Siempre le decía lo mismo y le  daba poco.  Alma  lo alcanzó corriendo.

Esta vez, cuando ella  terminó de hacer las señas de mudo  para que pudiera salir , al estirar la mano para recibir la propina el aroma de cuatro perfumes invadieron el auto y el señor dijo…

– Qué perfume tan rico.!! Me parece conocido.. Cual es .?

Alma ya ducha en esencias le dijo..Se llama Poison..

Y mientras manejaba el cliente pensaba..Qué  va a ser ese el perfume con lo que cuesta..!! Sí sabría él que regalaba el mismo  frasco del mismo tamaño,  a su mujer y a su amante, para que al cambiar de dama , ninguna sospechara de su engaño.. Las dos con la misma aroma .

»  No creo en brujas, pero que las hay las hay. »  como dice el dicho..sino que le pregunten al señor de edad madura como se gusta decir ahora, esa edad indefinida que va desde los sesenta y cinco hasta que se acaba la cuenta..

Q ue a partir de que Alma se cortó el pelo y se lo tiñó de rubio casi blanco y usa calzas, que dejan entrever sus formas, anda medio enloquecido diciendo a sus amigos, que no le creen nada,  que hasta las cuidacoches tienen aroma a Paris..a un dulce veneno francés..

Y dá cada propina..que ni te cuento…!!

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Zurcir lo desflecado.

Parte III.

Nenette.

Marinée  sintió hablar muy seguido de Gastón..tanto que cuando se dió cuenta ya era tarde para prevenir a su hija..Gastón resultó estar  casado  y Nenette, sufrió la primera desilución.. !! La marcó a fuego.  A partir de ahí, la callada Nenette, la que parecía el dobladillo de la falda de su madre, se fué transformando.  Se hizo una mujer en el mejor de los sentidos visuales.  De la cantidad de trajes regalados que juntó su madre en años ,  sacó lo preferible y al salir a trabajar, las miradas de los paseantes, se detenían en esa mujer bien formada y  mejor vestida.

Tenía la costumbre de bajar la cabeza y cuando alguien se dirigía a ella la levantaba lentamente y dejaba posar la mirada sin apuro en los ojos del interlocutor.  Éste gesto que parece mínimo, llegó a dejar a más de un caballero, sin palabras. Empezó a acortar las polleras y a dejar como desafío parte de sus pantorrillas. Casi sin vuelo sus vestidos, eran los mismos,  indicadores de cintura y cadera.

Mientras a Maruja la fué ahogando el apellido y el dinero, a Nenette lo fué la falta de los mismos.

Ver desde afuera los cinco años desde 1915 a 1920, puede resultar fácil. Ahora estar dentro de las personas, pasar a los hogares, residir en los barrios, ser citadina, hace ver  todo desde otro enfoque. Grandes decisiones, políticas, culturales,   sociales, económicas, fueron ubicando muchas conductas que parecían imposibles en lugares humanos, simples, cotidianos.

Nenette, tiene relaciones  ocultas con un hombre joven de una de las casas para las que trabajaban . Marinette es despedida a raiz del escándolo suscitado de tres de esos hogares, relacionados entresí.

Cuando Nenette, entró en esa conexión  clandestina lo hizo sabiendo a lo que se exponía.  Fué un día viernes, que Marinée vió a su hija , enfundada  en un vestido de raso blanco  y una flor en uno de sus extremos. En un primer momento pensó que se estaba probando un traje para una clienta, pero al preguntarle para quien era..- Nenette, contestó..  – Es para mí.

» –  Para tí ?» –   Acaso te vas a casar ?  – Con quién ? –  »

Marinée, que sabía casi todo de la vida, le causó estupor ese cambio, cómo había ocultado todo, era imposible! el traje era de raso..

Y después del escándalo

– Vas a salir con César ?

– Mamán…No me voy a casar, voy a pasear..

– A pasear vestida de novia ?  Y ese anillo de brillantes ?

– Voy este fin de semana a un Hotel en la costa. Me vestí así para impresionar, para que la famila Durán, sepa, que aunque te echen, o mejor nos expulsen como lo hicieron…no van a poder con esta relación.

– Marinée se sentía derrotada, no por  ella, su vida estaba vivida, era  por la que había luchado…- » su hermosa cheri

Decir la sensación que causó al  llegar , en un auto ésta pareja, ella vestida de blanco, escotada, alhajada….casi parecía una novia y él un conocido rematador ..en un balneario donde se reunían los mejores profesionales de su época…

Fué motivo de comentario en los diarios.

Era lo que quería Nenette…Que se supiera…Maruja  había comprado un marido más rico que ella…Nenette compró sin dinero alguno al mejor amante …

Marinée empezó a perder la vista. No podía coser. Todo se le nublaba. Tenía cataratas.  Perdió en alguna flor de gasa que también sabía hacer , el gusto a lo nuevo. Solamente el crochet, la abastecía. Las mejores colchas fueron hechas por ella en hilo finito, con puntillas, cuando casi sin ver, se las encargaban… Se despidió como había vivido, riendo , comprendiendo y el sufrimiento lo ocultó, quedó como un sedimento, en alguna válvula de su  corazón.

Las parejas  de Adolfo Sanz  y Maruja y de Nenette con César Duran, corrieron distintos carriles, tan diferentes como sus orígenes.

Zurcir lo desflecado, desde el punto de vista social por ese tiempo, parecía casi imposible. Elevarse y llegar a una meta  una persona hija natural de una emigrante pobre, una quimera. Lograrlo fue la antología de una época en que se estaban ahogando lentamente y transformando sus principios patriarcales.

Fué un embarazo  que llegó a ese oculto y no tanto »  nido de amor  » como se conocía en esa época a la convivencia de parejas fuera del matrimonio. Cuando el señor César Durán  supo la noticia, de un momento para otro se le acabó el romance. Nada de amor libre y menos hablar de un niño no deseado.  Se encerró en su apellido, en su profesión, en su dinero. Se despidió de Nenette, es un decir, si darle la casa en que residía y una mensualidad se puede decir que es un  adiós. Creo que en un primer momento fué una indemnización por los daños causados.

Contra todos y a favor de la liberación de las normas por muchos establecidas y por pocos cumplidas, en la 12ª Sección de la Capital ,  nació el 23 de diciembre de 1920, el niño César Ángel Ledoux, hijo natural de Nenette Ledoux, de profesión labores , domiciliada en la calle Santiago de Chile Nº 23 de esta ciudad..siendo testigos..

Nunca lo llamaron César, para todos fué siempre Ángel, el niño gordito y blanco, el de la fuente de mármol. Siempre hay una historia encadenada, a pequeñas o grandes cosas. Alrededor de la fuente, se besó Maruja con Adolfo y se dejó acariciar con lujuria Nenette con César.  Mejor nombre para el niño imposible.

Ésta es la historia de Nenette, la ambiciosa mujer, la que se hizo a la sombra y maduró sola , entre trajes hermosos, en casas  solariegas, donde existía la campanilla y el timbre para llamar a la servidumbre, donde con chapa de bronce en la puerta se anunciaba que ahí había un profesional, donde eran muy poderosas las apariencias.

Cinco años después Nenette, se casa en la Iglesia Metropolitana, con un comerciante de tejidos, que tenía sus registros en la ciudad vieja. Fué algo muy comentado, porque Nenette  nunca se pudo desligar de la relación con Durán. Creo que él nunca dejó de quererla  y sin conocer al niño, poco antes del casamiento de la madre lo reconoció.  Nunca se sabrá si fué el temor que ese hijo pudiera llevar el nombre del nuevo esposo o que él seguía soltero. Fué un triunfo para Nenette, que hizo una fiesta convidando a gente conocida y querida, donde se brindó con chanpagne . Recibir el apellido que a ella le fué esquivo  y que el padre y la familia reconocieran en una partida al niño, era su diadema.  Cómo sería que la partida la hizo encuadrar, y ante el asombro de ese pedido en la cuadrería le preguntaron .  – –  – – – Señora..puedo preguntarle donde va a colgar ésto ?

– Le diría que si pudiera en la puerta de entrada, pero pienso ponerlo en el escritorio, ahí donde se hacen esas reuniones serias de los señores..donde se comentan hazañas  logradas sobre las  mujeres…  Mujeres como yo.  Lo dijo sonriendo.

Cuando Ángel estaba por cumplir trece años, un poco antes de navidad, Nenette recibió un llamado por teléfono. Algo insólito ocurrió, César después de tanto tiempo quería hablar con ella. Las mensualidades se habían sucedido durante estos  años con una regularidad increíble. Nenette pensó que al quedar ella viuda, César pensaría que ella no podría con la manutención del adolescente.  Algo ignorado pasaba.

Se vistió para la cita que se  iba a realizar  en su casona, de la misma manera que siempre usó para impactar. I sí que lo logró. La madurez del cuerpo que estaba en plenitud  y esa manera de vestir, sin reglas, solamente basándose en su gusto singular  y dejando como siempre lo hacía algo para el «peché» y los mamelones casi en los orillos del escote.

Cuando se vieron, se quedaron largo rato mirándose. Se estaban reconociendo. Mordieron los recuerdos, esos tan íntimos, que solamente conocen los que se han deseados, sin códigos, con locura, tal vez sin amor..en el medio de un edredón, desnudos, sin altar..

César ..era otro César,  calvo,  usaba lentes, pesado, gordo . Costaba reconocerlo.

– Siempre hermosa Nenette..Cómo aquella vez..que te vestiste de novia..o cuando te pusiste por toda falda, una seda sujeta con un lazo y una rosa y me incitabas a que con la boca lo desatara. Siempre me quisiste por mi dinero verdad ?

Estaba recordando en voz alta, era el pasado que llegaba, y ella quería acompañarlo y no podía.

Aquel hombre solitario  estaba despertando en ese instante .

–  Nunca me llamaste, son muchos años César!!  Ahora no vamos a hablar de eso. Viniste a conocer a tu hijo, ahora lo llamo..

– Angel..Angel..

Y ahí apareció, el Ángel de mármol, rubio,  regordete y bajo  adolescente, con la boca entreabierta,  la punta de la lengua afuera,  y los ojos rasgados.

Ese niño que nadie quería y que se atrevió a tenerlo, cuidarlo,  que festejó que tuviera apellido..

– Ante el mudo padre que dejó de recordar,  de soñar, la realidad extrema le fué dada..

– Tanto te costó darle el apellido..y él no sabe usarlo..sólo escribe su nombre y es feliz con eso..Sólo es un Ángel grande..sólo eso..

La trilogía Comprende:

El Edredón según Marinée

Torniquetes de Papel

Zurcir lo desflecado.

UN TÉ CON GALLETITAS DE CHOCOLATE.

Cuento Breve.

Cuando el timbre sonó estridente eran las cuatro y media de la tarde.

Sonia fué a ver quien llamaba  y vió por la mirilla que era  su vecina de barrio, la esposa del farceútico y le franqueó el paso.

Luego de los saludos cordiales, la dueña de casa la  invitó a entrar y al mismo tiempo le ofreció un té.  Sonia tenía una taza humeante en la mano.

Las vecinas se sentaron cordialmente en el hermoso estar de la casa. Sobre la mesa ratona  una tetera de porcelana no ocultaba su ilustre orígen.  Sonia acercó otra taza y sirvió a la visita. Le explicó que era un té muy rico, porque ella hacía como sus padres mezcla de varias aromas según el día.. Amalgamaba sabores, jasmine,   breakfast,  afternoom , con el english blend,  » For hot tea » como dicen los ingleses.  El té fué rechazado antes de tocar la taza.

Sonia sentía curiosidad, qué llevaría  a esta  conocida hasta su casa. Ella era una persona poco dada . Había conversado con el químico varias veces pero con su esposa nunca.

Sus padres eran holandeses, y en el año 1938, entraron al país a raiz de una importación de semillas  y concluídos los trámites que llevaron más de un año, enamorados de la ciudad,  de su costa y de la tranquilidad del lugar decidieron quedarse definitivamente en ella.

Aquí nacieron sus dos hijas, que tuvieron dos nacionalidades pero que eran más holandesas que los suecos y los tulipanes. Sonia había sido rubia, y tenía los ojos azules agrisados, casi transparentes. Piel muy blanca  y surcado el rostro de finas arrugas. Llevaba los años con una hermosura decantada que la hacía sumamente atractiva.

Ahí estaban las vecinas frente al servicio del té y sobre una fuente masitera las clásicas galletitas de chocolate.

– Tú dirás, en que te puedo servir.. Conozco a tu esposo… Hablé con él varias veces…Tú nombre es…?

– Me llamo Mirtha Antúnez de Acevedo.  Perdone que haya venido hasta su casa.  Verá señora …Yo quería preguntarle si su hijo el Ingeniero vuelve pronto de Amsterdam  .

– Tú conoces a mi hijo ?

– De vista nada  más.

– Y cómo sabes que está en Amsterdam.?

-Alguién me lo dijo.

Sonia pensó ésta lo sabe por mi exnuera, que se pasa  desde su divorcio comentando   todo sobre   la familia.

– Mi hijo no sé..Pero porqué me preguntas por mi hijo ?.. Se quedó Mirando a Mirtha, era una linda mujer, joven de pelo castaño, alta. Pensó..No estará interesada en Bob..

– Es que quería decirle..ahí titubeó y siguió..¿ Usted recuerda a mi Gonzalo verdad ?..Mi hijo mayor.

– Sí lo recuerdo pero hace muchísimo que no lo veo, es el del pelo enrulado..?

– El mismo, pero ya está grandecito, está en cuarto de Facultad de Ingeniería.. Ya se recibió de Analista de Sistemas..

Ahora le veo la vuelta..pensó Sonia quiere alguna recomendación para el hijo..

– Tú necesitas algo de mi hijo verdad ?

-Quería hablar con él por Gonzalo..

– Ya veo, pero no sé si regresa pronto..igual yo no me olvido y cuando el retorne le digo que querés hablar con él y estoy segura que te va a atender con mucho gusto cualquier petición.

– Esto me urge..No puedo esperar… Mire señora Borg , yo no sé si se habrá dado cuenta..y aquí  ganó el silencio por unos instantes….Tengo que decirle.. que mis dos hijos no son del mismo padre y por eso el color de Gonzalo que es…es  medio pardito.. ..Mirtha dijo ésto angustiada a punto de llorar…

– Calmate… Tienes una congoja muy grande, a mí no tienes porqué contarme nada…son cosas tuyas ..El hecho de que sea pardito no le quita sus méritos. Me acabas de decir que es muy buen estudiante..

– Señora déjeme relatarle todo.. Yo tenía diecisés años cuando conocí al padre de Gonzalo y me enamoré , no me importó nada, fuí contra todos, hasta dejé de lado la opinión de mi madre y cuando me dí cuenta estaba embarazada…él me dejó  y nuncá más supe del desdichado..Fueron tiempos muy bravos.! Hasta que conocí a mi marido y todo se fué solucionando…Pero créame perdí mi adolescencia. Créamelo. !!

– No te angusties Mirtha no vale la pena, las cosas del pasado no pueden arruinarte el presente. Yo le hablo a mi hijo y te garantizo , que si sabe de algún puesto tendrá en cuenta a tu hijo…esto lo dijo mientras mordía una galletita y estaba por su segundo té..

– Señora , mi hijo no necesita ningún empleo, ya lo tiene , trabaja hace más de un año para una Empresa Española.. y siguió..

Me da paz hablar con Usted..la veo tan comprensiva. Yo sé que Uds. los holandeses son muy liberales.. Yo le prometí a su nieta Ellen que hablaría con la Abu..

Sonia abrió sus inmensos ojos tanto que parecían que se salían de su cara..y con una voz diferente, mucho más aguda preguntó .

– Conoces a Ellen…que tiene que ver con todo ésto..?

Ahora era Mirtha la que decía . –  No se angustie ..señora..Es que Ellen y mi Gonzalo son novios..

– Novios !!  Pero si es una niña, tiene dieciseis años..Cuando..cuando lo sepa el padre…se oyó el ruido de la taza cuando caía pesadamente sobre el plato.. Es..Es imposible..

– Creo señora Borg..que no es la edad.. el impedimento es por el color verdad..?

– No sé…no sé..no quiero pensar en eso…es imposible..volvía repetir..

– Yo tenía esa edad cuando..

– Cuando qué..ya me lo contaste..esa es tu historia, no la de  Ellen..

Un silencio pesado, inundó toda la estancia, se posó en el té, en las galletitas de chocolate y la tarde se llenó de zozobra.. iba oscureciendo…cuando lo que se va a decir ya casi está dicho, o  se presiente.

De  madre a abuela..como  un hilo fino  de seda fué la  transmisión , y   la voz casi apagada dijo

– Es que Ellen está esperando un hijo de mi Gonzalito..

La blanca piel quedó transparente y los glaucos ojos, puestos ambos en un resorte de lo imposible, hicieron que se levantara del sillón como un autómata diciendo  una sentencia..

– Mi niña, mi hermosa Ellen..no puede..no puede..

–  Yo puedo ir hasta Holanda.. a Hablar con su hijo..o mi marido..Ya sé lo que piensa..ayúdela…no llore señora.. aunque sea así de difícil.. Gonzalito es un buen muchacho… y se quieren mucho…Por eso vine . Aunque parezca una locura…» Vamos a ayudarlos a los dos, …sobre todo por y  para que Ellen  en estos momentos  no pierda la alegría de la adolescencia «

Las dos se rodeaban  llorando

La tarde se fué empujada por las palabras,  el horizonte presagiaba tormenta , desde la ventana  se divisaba  un atardecer achocolatado.

Los Chirlos

Las casas eran todas iguales, techo de planchada a dos aguas, dos dormitorios, comedor , baño y cocina.  Formaban entre todas un plan que se hizo realidad para los quinteros de la zona.  Se costruyeron  con un préstamo del Estado y por ayuda mutua.

Cada casa tenía un terreno amplio, no estaban adosadas  y al verlas desde los caminos de balastro parecían todas diferentes .  Algunas con jardines, otras dejaron las hiedras crecer por las paredes y el techo y eran como manchones verdes que se perdían entre los árboles. No había un plan concreto para que se transformara en pueblo. No había plaza, ni correo, banco o escuela.  No había luz, y el agua había que bombearla y subirla hasta los tanques.

Silvestre Santos, crió a su hijo en una de esas viviendas. Como pudo,  lo hizo a tropezones.  Con ayuda de su madre, que vivía en un poblado cercano, y una hermana , sacó adelante a Julio. Niño tranquilo, alegre, solitario, obediente. Muy obediente. Se acostumbró desde chico a seguir lo que le indicaban.  Se tenía que quedar solo mientras el padre trabajaba en las quintas. Sabía donde estaba el peligro y lo evitaba. Por eso sobrevivió casi aislado  hasta los seis años. Época de comenzar la escuela.

La abuela le llevó de regalo de reyes una túnica y una moña azul, para las clases que empezaban en marzo. La tía Susana  le regaló  cuadernos, lápices, goma , una caja de lápices de colores  y una libreta para apuntar los deberes.  Como alcancía tuvo un sobre de tela con cierre que le regaló una vecina y la señora del patrón de su padre le mandó una cartera de cuero de uno de sus hijos, que había pasado al liceo. Con todo eso estaba pronto el equipo, faltaban los zapatos que el padre le prometió para cuando empezaran las clases. Era niño de alpargata o pata en el suelo.

Ver la túnica y la moñay sentir en su mente infantil, un pase maravilloso a un mundo desconocido, fué todo uno. Era grande iba a saber leer, escribir. !!

Su padre sabía lo justito, cómo el mismo reconocía. Sabía firmar,  escribir los nombres de su familia, ponía Julio,  o Susana y el apellido, lo que sabía bien eran los números. » Los estrujaba »  »  Todo a mente. »  Era imbatible en eso. » Por eso M`Hijo, no me estafaron cuando pedí el dinero para el préstamo »  Él también fue confeccionado  a barro,  agachado en surco, sudado al sol. Cara sonriente en piel cuarteada, de  mate amargo de calabaza.

Feliz, eso sí.!! Aunque la madre de Julio se fué para una estrella, como le contaron al niño, Silvestre no dejó de soñar. Por eso cuando pudo se compró un matungo y un carro. Le enseño al niño a ensillarlo,  a tener la cincha apretada sin lastimarlo, a limpiarlo, montarlo y a manejar el carro.

En un galpón abierto en los fondos tuvo su primer y gran amigo en ese caballo  feo y bastante haragán . No tenía apuro para nada. De arrarcar tardío y buena oreja. Escuchaba todo lo que el niño le decía, y de vez en cuando un relincho de aprobación. El padre lo llamó Orejón, por ser el último del tarro.

Lo primeros días de escuela fueron como la yerra, lo marcaron a fuego  en la mente para siempre. Ir de blanco, con moña de seda azul, medias y zapatos y cruzando el pecho a lo bandolera la correa de la cartera de cuero y dentro de ella el tesoro, que olió, acarició y miró tantas veces..!!

Como dicha suprema los primeros  meses lo llevó todos los días su padre, empilchado con todo lo mejor   »  para no dar verguenza  «, orgullosos los dos, uno conociendo el lugar que por seis años iba ser como su casa y el otro en añoranza pura por no poder haber tenido esa oprtunidad.

Una lágrima sin ninguna verguenza, por ser varones acudió a los ojos de ambos cuando la señorita Elvira,  puso en fila al muchachito, petiso, de pelo enrulado y medio rubio …Era una mezcla de sangre de una gringa  y un  criollo.  Mate con leche, mate cocido..

Lo traía  de regreso uno de los vecinos, mientras aprendía el camino. Cuando lo supo y su padre se dió cuenta que podía dejarlo,…. el niño se sintió hombre, tenía seis años y medio, manejaba el  carro, iba y volvía de la escuela, acompañado de otro más grande , pero él  llevaba las riendas, el sabía como respondía el Orejón.

La maestra fué desde el primer momento, su centro, su núcleo.  La madre que no tuvo, algo de la abuela, la ternura y la franqueza de una amiga y alguien que sabía todo, sobre la tierra y el cielo, sobre las letra y los colores. Era tan sabia la maestra !

Si le preguntabas a Julio como era su maestra , te decía » linda y buena.»  Si le preguntabas a Silvestre te decía »  parece buena persona, y sabe llevar a los gurises…son muchos y de diferentes edades, algunos son como diablos..muy taimados..La maestra es redonda  y bajita, parece un cero…y después se reía ante el enojo del hijo..y decía es linda,.. la pajarita parece un  cardenal… »  Lo decía porque la maestra se teñía el pelo de  » Colorado »

Pasó el tiempo  y Julio aprendió como » esponja «, diría Silvestre, pero perdió ese candor de los primeros años. Ya no era el niño tímido, se transformó en un adolescente » retobado «, hacedor de pencas de caballos,  entre los jóvenes de la zona y a los doce años era al  decir de muchos, el que llevó las cuentas de todas las casas, de sus deudas, formando una pequeña cooperativa  como » un letrado «.  Estaba por finalizar su último año escolar. Ahora era un maestro el que tenía, la escuela se había agrandado, y le dieron al recién llegado como regalo de posta, a los más grandes. A pagar derecho de piso.

Hubiera seguido todo así, a paso cansino,  si no hubiera entrado a golpe de viento, a la vida de Silvestre y Julio, La Rosita y su hija Azul.

Silvestre la conoció como vecina de su madre, en el velorio de la vieja. Se enredó   y ella tejió con  tiento, una trenza  fuerte de esas que no hay sol o lluvia que la  acabe.

La llevó a vivir a la casa, mejor dicho, sacó doble a la lotería, llevó a la madre y a la aproximación.

Cómo mugre había bastante, los primeros días fueron de limpieza. Puro jabón. Ese de creolina. Así que la casa quedó  perfumada  a cualquier cosa menos a lo que olía antes. Para Julio perdió el olor de hogar.

Después la Rosita  empezó a cocinar, un pastel tras otro,  empanada va y viene,  guiso,  pastas y verduras. Silvestre quedaba duro, de tanto comer, hasta que empezó a aflojar, porque le dijo » No me estoy pudiendo agachar, la cincha me aprieta, y se me abre el cierre del pantalón » Ahí empezaron a bajarle a la comida y al gasto. No daba para tantas leguas.

Eso no hubiera sido nada sin no fuera por el problema de la cama.

Azul, era un año mayor que Julio. Pequeña, flaquita, inquieta. Decía su madre que había terminado la escuela, pero sentirla leer, cualquier libro de Julio, daba el rastro que tenía muy poco estudio. Julio se reía  de ella cuando empezaba a decir entrecortadamente las frases. Eso lo fué acumulando. Puro rencor.  Ayudaba a su madre en las tareas, eran a no negarlos mujeres limpias, que sabían llevar  la casa pero con el horizonte limitado, que le había dado el pueblo.

La Rosita dormía con Silvestre. Habían traído un colchón, que colocaron en el suelo del comedor. Ahí empezó a dormir Azul. Por lo visto podía dormir bien, porque Julio sentía los ronquidos desde su cuarto. Cuando se lo dijo por puro guarango, más las bromas de la lectura, no se imaginó que a partir de ahí se había ganado no digamos una enemiga, sino alguien en quien no se podía confiar.

Cuando llegaban las fiestas de fin de curso y todos se estaban aprontando para ir hasta la escuela, estando Azul en el baño, al salir del mismo, le dijo a Silvestre que  » Julio le abrió la puerta del cuarto de baño y  a pesar de que ella le dijo que se fuera, él se quedó mirándola mientras ella estaba bañándose. «.

Negarlo fué inútil. Le creyeron a la joven. La venganza del ronquido..!

Los mayores encontraron una solución al problema. Fueron hasta el pueblo y compraron con los ahorros una cama marinera. Porqué una cama así y para quién.

La cama marinera se parecía a un sillón aunque no lo fuera. Quedaría muy bien en el comedor, con un colchón de resorte  y unos almohadones, y cabría ahí justito debajo de la ventana.

Sin consulta previa, de la misma manera que se tira lo que no sirve, cuando llegó la cama y el colchón, las mismas personas se llevaron la cama turca de Julio, y el colchón de lana. Ese que tenía en el medio un hoyo donde dormía el dueño, encogido  y feliz.

Lo quisieron convencer y no pudieron. »  Que era un lindo regalo el que le hacían. »   »  Que era mejor que la niña tuviera un cuarto, que así podría traer amigas y conversar entre ellas. »   » Que así estaba más segura. »   Para Julio eso fué una prédica en vano., llena de que.  Perdió la cama y el cuarto. Y toda su vida se llenó de olores a comida, mezclada con jabón.

El padre…su padre lo permitía..!! Algo intolerable.  Por  segunda vez lo marcaban..Máldita yerra. Esta vez en la cara..

Pensó en irse. ¿  A donde. ?  No tenía metas, no tenía edad.. El colchón  lo empujaba hacia  arriba y no podía dormir bien.Y ese sol, que castigaba cuando entraba por la ventana  y esa cama que no era suya porque cualquiera se sentaba en ella.  No decían que se parecía a un sillón..!

Cuando salieron los tres para el pueblo, le dijeron que iban a comprar la tela para hacer la colcha ..Julio los despidió con un gesto de a mí que me importa  y se fueron con el vecino en una cachila que  él tenía. Se los veía tan felices. !!

A las horas fué cuando se sintió la explosión..Los que estaban en sus casas salieron a los caminos  y entonces vieron la columna de humo que se elevaba alto, sobre el monte de pinos. Todos supieron que era de la casa de Tito, el que cargaba las garrafas de supergas…

Después la llamas se apoderaron de los árboles, y empezaron a correr, algunos desorientados y otros a ayudar a Tito  y el vecino de Julio..corría y le decía- » Apurate Julio…andá  a avisar..» Dale..Dale..

Y Julio ensilló a el Orejón…y el caballo fué lento como siempre..» A avisar a quien…?»  No había nadie en la escuela las clases habían terminado…el poblado quedaba lejos…y las llamas estaban cerca…tan cerca que se olía el olor a quemado…

» Lindo momento para irse «.. a donde ?..Después cambió de idea ,  pensó que bueno estaría que el fuego quemara la cama marinera…como si el fuego eligiera que quemar..

Así siguió hasta el poblado..pensando lo bueno que sería irse… hablaba con su confidente.. »  a la madre casi sin conocerla se la llevaron a una estrella…compartió la casa, el padre, perdió el cuarto , la cama , el colchón, era todo puro corral «.

Quería evadirse de la gente que lo rodeaba,como si eso fuera posible..

Sólo teniendo doce años se piensa así..No existen las tranqueras para los sueños,  todo es posible..los  números, los verbos,   no existen cañadones que te detengan , ni bozal,  ni rienda,   ni  estribos que no te ayuden  subir bien  alto..

Comprendía mientras trotaba que la vida no está en una estrella,  no es taba, o penca..la vida tiene chirlos..que sin pegar duelen…