Candela.

No acostumbro, a escribir de ésta manera, pero fué tan terrible el caso de ésta niña, de once años, secuestrada, dañada, asesinada, colocada en una bolsa de nylon, tirada al costado de la carretera, en la localidad de Morón, Buenos Aires. Vivió siete días, antes de que la mataran.

Perdonen..Ésta es mi rebeldía, formada en palabras.

Candela.. …significa luz.

 

Hoy nace  un grito.

No tiene  luz, es un grito oscuro que se quiebra en la garganta.

No tiene límites, viaja en el aire, lo lleva el viento, lo oyes tú que estás lejos, lo sientes , lo palpas.

Es la mirada extraviada, la mirada cuajada de lágrimas, es el tajo infame que abre  el alma.

Hoy se siente  un grito.

Es un grito  desnudo, color de sangre. Tiene sabor de infancia, inocencia de santa

Hoy se llama Candela, no sé como se llamará mañana.

Es un grito de niña, de  hija , de madre , de abuela, de amiga,  de hermana

Es la amada , de alguién que olvidó sus alas, ayúdala  a encontrar la luz..a buscar la calma..

Se apagó su alma, y vaga en busca de la cuna, que mece su madre, donde está la llama.

Hoy nace un grito .

No tiene  luz, es un grito oscuro que se quiebra en la garganta.

7 pensamientos en “Candela.

  1. Estimada Stella, me uno a tus palabras y tu poesía…, hay mucho dolor en nuestro país por este hecho salvaje, pobre pequeña que Dios cuide de ella.
    Lamentablemente en mi país están sucediendo a menudo este tipo de barbaries, producto de la corrupción estatal, leyes blandas, inoperancia policiaca y por el crecimiento del tráfico de drogas. No deseaba escribir en esta ocasión, perdón por empañar tu subida, tu post…, pero la verdad debe conocerse, aquí no debemos esconder la tierra debajo de la alfombra, hay muchas cosas muy oscuras detrás de este hecho trágico y penoso…
    Un saludo
    C.

    • Carlos.
      El miércoles, mataron a un adolescente de dieciseis años. El matador tiene diecinueve. Compró un revólver en la feria para protegerse, porque le habían robado el gorro. Se llamaba Álvaro el fallecido. Estaba sentado a la puerta del Shopping, con unos amigos. El asesino, pasó en un auto y le pegó dos disparos, porque sí. No lo conocía.
      No hace tanto escribí un cuento que se llama El gorro equivocado, y creo que en este caso, le pura ficción se trasformó en realidad.
      Las caras de esas dos madres lo dicen todo. Una reconociendo el cuerpo de su pequeña, y la otra acompañando el féretro.
      Espero, nunca perder la capacidad de asombro. Tengo una rebeldía inmensa, como nunca. No sabemos poner límites….
      Un abrazo.

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