Cuando el sol empezó a llorar, lágrimas saladas, porque se vió acorralado por la nubes, las olas se levantaron blancas de furia, la traviesa arena comenzó jugando a hacer remolinos , y doña niebla se plantó fuerte y dijo ésta es la mía.
La Abuela , recogió las toallas, plegó la sombrilla y llamó a la pequeña Adriana que estaba haciendo castillos en la arena.
La Abuela con mayúscula era heredada, fué la que cuidó desde antes de nacer a la madre de Adriana, era la que estaba para llevarla al colegio, para darle la merienda, la de la cena, la que conocía los secretos de su corazón, la que vió crecer a Adriana desde el vientre. Era parte de la puerta, era la ventana de la casa, era la raíz aérea de la familia.
– Vamos Adriana que se viene la lluvia.
– No podemos quedarnos un poquito más, le decía a la niña, y le sonreía con su carita graciosa, y su pelo cobrizo. Un poquito más…
– No ves como los gaviotines levantan vuelo, y esa nube enorme los viene persiguiendo , éso quiere decir tormenta.
– Viene la lluvia ? Yo creí que los pájaros estaban jugando.
– Jugando a qué ?
-A la escondida, el primero que toque la arena gana. Y que hago con el fuerte, y con el pozo ?
– Tira el castillo y rellena el foso. Que hoy no vas a ver a ningún caballero andante.
– Qué palabras raras dices , si es solo un fuerte, con indiooosss
– Vamos, querida, vamos rápido . Tú sabes que tu Abuela no camina muy ligero.
– Pero si estamos cerca, tu dijiste tres cuadras.
Y la pequeña, mientras caminaba por la arena, iba contando, haciéndo ver a las otras personas que también se marchaban que ella sabía contar hasta ..veinte… Hasta veinte !!
Al comienzo del repecho, las dos ya estaban cansadas. Una pelota roja hacía de faro en sus manitos. La mano de la abuela tomó la de la pequeña y se formó el nido. Y empezó don viento a darle en cara la demora, jugando a la ronda.. Cuando , entre el asombro, y algo de temor le dijo.
– Mira Abuela..mira un extraterrestre.
– Donde?..donde…?
– Ahí…ahí…detrás del alambrado.
Estaba quieto, mirándolas con un rojo sonriente, con sus ojos chanfleados, su ancha y abierta nariz, su frente marcada, de lengua afuera y su pelo parado.
Fué cuando la Abuela, compadeciéndose del prisionero, con el palo de la sombrilla hizo palanca en el piso para liberar al extraterrestre.
– Pobrecito decía, tanto rato al sol, pobre marcianito, te has quedado llagado, tienes sed, y más hundía el palo y más grande hacía el agujero en el tejido.
– Porqué rompes el tejido?, preguntó la niña. Él puede salir cuando quiera, el puede volar..
– Entonces preguntó la Abuela, porqué se quedó ahí, mirándonos como si fuera el que le tocó la cuenta en la mancha agachadita, porque no escapa, porque no vuela.
– Porque todavía no vino el ovni a buscarlo. Él va hacia las estrellas.
– Lo pasa a buscar ?
– Claro hace lo mismo que papá, el ovni es su auto para ir a la escuela.
Fué cuando el cuidador de la manzana,( personas que contratan los vecinos para vigilar la zona ) apareció y les dijo.
– Pare abuela, pare de romper el tejido! El tejido tiene dueño ! Ud. se está metiendo con la propiedad privada..privada.y las palabras las alargaba…
– Primero, no soy su abuela, y segundo si tanto cuida, no vió usted al extraterrestre, o como le quiera llamar, que se metió en la propiedad privada…privada… o es el dueño de la casa ?
– Vaya, señora siga, no sé como le dejan a usted llevar a un niño.
– Yo le dije a la Abuela, dijo Adriana, que no había necesidad, porque ellos vuelan, saltan..
– Por favor sigan, dijo el hombre, ya comenzó a llover.
La abuela cuando ya había dado unos cuantos pasos, como desde la lejanía le gritó.
– Déjelo salir, no ve que se va a mojar inutilmente, no creo que sepa volar..es muy pichón, está en la guardería. Va a ver lo que le espera cuando venga el ovni, a buscarlo.!
El cuidador, empezó a enlazar los alambres forzados, cuando lo vió.
Estaba casi pegado a su cara, lo tenía al desgraciado tan cerca, y no tenía nada con que pegarle. Por el agujero no podía salir, no podía..aunque si volaba como decía la niña, bueno sobre las cosas que vuelan él no tenía ninguna responsabilidad así que cuando terminó la tarea, ya no le parecía tan peligroso el extraterrestre.
– Ahora si querés volar junto con los gaviotines,o si te querés mojar allá tú. Pero si llegas a la tierra de ET, aunque el tenía otro color, no creo que seas del mismo pago, contale a todos tus amigos, que yo te protegí de la abuela y de la niña, que soy tu amigo.Mientras se reía y se secaba los gotones de su frente.
– Tú no eres mi amigo dijo el personaje ? y ya rojo de ira agregó.. Mis amigos fueron los que me encontraron » infraganti » y se apiadaron de mí, los que tú echaste.!
Porque tú solamente miras, tú no ves. Dejá que vengan en el ovni a buscarme !
Se sintió el trueno, y una luz de relápago apagó con su click el cielo.
Fué cuando el cuidador salió corriendo tras los gaviotines, en la dirección del viento y en ése momento un amigo de los dueños le dice, cuando llegaban a la casa.
– Quién sería esa niña que llevaba una luz en la mano, que raro! y la anciana que la acompaña que además saludaba al cielo como si viera a alguien que viniera a buscarlas.. Todo este paraje parece fuera de control. Además a quien contrataron para cuidar la manzana, que en cuanto empieza a llover y a oscurecer, sale corriendo como si hubiera visto al diablo.?
– Por dios, creo que el vino de la inauguración te cayó fatal, el faro está por aquel otro lado y si viste una luz deben ser los reflejos de la luces del auto en la lluvia.
Yo sinceramente no ví más que al cuidador corriendo. Eso sí que me preocupa. No sé bien quien es, lo contrató el administrador, lo que sucede es que ahora las cosas se han puesto complicadas, no encontrás gente de bien… hay cada marciano suelto !!…
• Algo muy sencillo, muchas veces lo que se ve no es la realidad, y otras lo que es tangible pasa desapercibido. Para mis dos pequeños, y los que vengan, para que cuando crezcan alguién se los pueda contar.