Sobre casas abandonadas – 3
Cuando compró el terreno, pasaba el tranvía por la esquina. Hizo un negocio bárbaro. Le había prestado plata a un timbero conocido, y el hombre a los meses con la excusa de que no podía pagar, le hizo la oferta. Era una especie de canje. Le cedía los derechos sobre el terreno y Castelar le daba un dinero encima y asunto concluído.
Cuando se lo dijo a su mujer, ya casi todo estaba apalabrado, era pescado vendido.
La Reina, se puso furiosa, que para qué, porqué, la cantinela de siempre. Cuando Castelar decía que no, ella que sí…y bueno la cosa estaba que ardía cuando llegaron a hacer la escritura.
Un terreno esquina, en el medio de la desolación. Ése era el negocio.!!
El terreno no era muy grande, y Castelar le plantó unos hermosos árboles, y por una de sus calles una palmerita. Tenía la idea de su bosque propio en 600 metros cuadrados. Cuando podía se iba, a tomar mate con galleta dulce, y veía los arbolitos crecer y tantos pájaros libres, que se hubiera cambiado por cualquiera de ellos. Salir de la jaula de la Reina fué por muchos años su sueño.
Cuando la relación no era más que refunfuños, al dueño de la plantación se le ocurrió edificar.
Los gritos de la mujer, y las amenazas..- Qué yo a ese descampado no voy…- Qué de éste apartamento a mi no me sacan…Qué ahí no hay más que pájaros..o pajarracos.
Cuanto más hablaba la mujer, más alta hacía el hombre la casa. Tres pisos y sótano. Un muro bajito para que se viera bien la vivienda , tres escalones para llegar al jardín, y después una escalera de digamos diez o doce escalones hasta la puerta. Después ni te cuento. Un laberinto formaban piezas y piecitas, había por lo menos dos escalones para llegar a la cocina. Tres pisos coronados por un mirador.
Como sería que el arquitecto cuando quisieron poner su firma en unos de los costados de la casa se negó terminantemente.
-» Esa casa no tiene nada que ver con lo que diseñé. Además a último momento se le ocurrió al dueño agregar un garage, que no tiene comunicación con la casa. Es un espanto, con un techo de tejas asentadas en tirantes de madera, en ese mirador del siglo pasado..y otra parte con azotea.En los balcones quiso poner unas rejas trabajadas Ni que hablar de los pisos. Una exposición de texturas y colores. Saltan de un color a otro sin ninguna continuidad. Más que carente de gusto, me parece un capricho.»
Lo que sucedió fue que cada pelea tenía su propio escape..La angustia dicen te puede dar por comer, a Castelar le dió por edificar.
La parte de los baños fué de antología, ella quería bañera con patas de león, el quería ducha. Así que en el sitio para un baño, hicieron dos, con el resultado que cuando Reina se sentaba en el bidet, daba con las rodillas en el borde de la bañera. Se lavaba de costadito.
La mudanza fue grandiosa. Lo changadores quedaron agotados, hicieron ejercio de gimnasio. Puro aguante. Uno de ellos le preguntó: -» Señor el que le construyó la casa no sabía que existen los pasamanos.? Porque no hay ninguno. Bajar al zótano es muy peligroso. Tenga cuidado…La señora, se puede caer es muy pesada.»
Castelar no respondía, él tenía su propia jaula…
La casa no era una cualquiera, no era la casita del nuevo rico, ni del rico, ni del pobre, ni heredada, era la vivienda de treinta años de convivencia en el infierno. Faltaba el barquero.
Nadie aguanta tanto escalón!!
Tenían una muchacha que limpiaba una vez a la semana, pero lo hizo con la condición de que una semana limpiaba la mitad de la casa alternadamente.
Al tiempo, la Reina dejó el dormitorio del segundo piso y se fué a una piecita del primero. Ahora gritaba al pie de la escalera dando órdenes a un inexistente ejército.
Castelar pasó al purgatorio.
La Reina se cansó de que nadie le contestara, y pasó a hablar sola. Ya había dejado de ser la quisquillosa para transformarse en la resignada, señora de Castelar . Estaba convencida de que su marido se estaba volviendo loco.
Castelar pasó a un estado intermedio, pellizcaba el cielo.
Fué en ese tiempo que empezaron a construir adosados a ellos una casa grande. Castelar le comunicóa su mujer la noticia, y su cara se transformó. – -Ahora tendré con quien conversar, dijo .
– Te quería avisar que el mes que viene sacan definitivamente el tranvía. Para ver a tus amigas, vas a tener que caminar hasta la Avenida….
Había ocurrido que sus amigas fueron varias veces a verla, pero un día en que bajó hasta la cocina para servirles un té, estando Castelar de casualidad por ahí, una de ellas mirando las dos ventanas que formaban esquina manifestó:
– Castelar tienen ustedes un gato.
– No, no tenemos gatos ni perros.
– Pero yo lo ví un gato barcino, grande. Y la amiga estiraba los brazos como un pescador. Así de grande!
– No, lo que debe haber visto en una comadreja, hay muchas por aquí, pero no hacen nada, comen los coquitos.
– Los coquitos ? dijeron las dos..
– Sí los de la palmera, contestó Castelar antes de marcharse.
Fué la última vez que visitaron la casa. A partir de ahí la Reina, visitaba ella a sus amigas.
Nada ni nadie podía desalojar a la Reina. Era dueña y señora. A no dudarlo. Hasta le tomó gusto al barrio. Casas grandes, con terrenos amplios. No como la de ellos. Terreno chico para casa grande.
Fué cuando empezó a sentir los chistidos. Cuando oscurecía, chistidos, por aquí, y por allá. No quería decirle a su marido, pero que los sentía.. los sentía
Subir las escaleras para decir eso, le parecía una mayúscula tontería. Se guardaba el sofoco, como podía hasta que un día en que estaban almorzando, en ese lugar parecido a un estar, comedor, sin ser cocina, dijo – Creo que hay ratones..
– Ratones ? No creo.
– Sí creo que sí, he visto sucio el piso de la cocina, y siguió con el rollo ,- –
– Aunque con ese monolítico que le pusiste, que parece de tigre, de gato, …no estoy segura.
– No, esas manchas que viste no son de ratones, son de murciélagos..
Decir esa palabra, fué el desiderátum.
– Tú sabías eso, y permitiste, que yo viviera con vampiros.. Son los que chistan..
– Mujer vampiros no, murciélagos
La Reina se puso roja, le subió ese transpirar de la edad , y después fué enfriándose y palideciendo….
Nunca creyó Castelar que una sola palabra fuera la liberación …
Se abrió la jaula … Voló la abeja… Jaque mate a la Reina…
Pero Castelar quedó solo y empezó a extrañar que nadie le decía.
– Hacé…. aquello, hacé lo otro, que mal lo haces, o me hacés ésto para que me vaya mal.. Le empezó a faltar la diana..
Con el tiempo Castelar, empezó a bajar, del tercero al segundo, hasta dormir en la planta baja. No se animó con el sótano, porque salir del sótano costaba tanto como llegar al paraíso. Así que como dice un gran escritor, tuvo la mala costumbre de morirse.
Se encaminó solito hacia el infierno, ya lo estaba esperando la Reina, pero estaba tan acostumbrado que lo sentía hasta confortable, todos gritando al mismo tiempo, con buena calefacción , y perdiendo todos la esperanza al entrar.
A la casa un viento fuerte le voló el techo del mirador, la palmera abarcó todo el jardín del costado, y coronando hay una guarida de comadrejas. Se salvó una Santa Rita adosada a la pared, y sus ramas dejaron inutilizadas la escalera de entrada, solamente una puerta pequeña de hierro permite ver uno de los costados de la casa.
Los vecinos dicen que hay ocupantes precarios, nadie los vió, pero en la noche sienten como se hacen señas, por medio de chistidos…
PD. La casa no tiene luz ni agua, pero la contribución y los impuestos están al día. Lo que sucede es que nadie sabe quien los paga. Yo creo sospechar quien asume dichos gastos, es un señor…llamado Caronte.
A fin de cuentas no faltaba el barquero, jejeje, Caronte siempre estuvo entre ellos, incitando sus acciones para llevarlos cuanto antes al otro lado… a fin de cuentas, no tan distinto del que tenían!! 😀
Me has intrigado y me he reído, ¡que imaginación tienes Stella!! jejeje, me ha hecho muchísima gracia este pasaje: … «se lavaba de costadito»…
¡¡Que tengas una semana santa muy feliz, te dejo un montón de besitos repletitos de cariño!!
Gracias Emmy.
Para llegar a algún círculo del infierno no hace falta más que una pareja, una casa, unos árboles, unos bichos, y un poco de imaginación.
Creo que en éste caso el barquero sólo sirvió para pagar tributos.
Una semana santa muy feliz para tí.
Un abrazo fuerte.
Hasta pronto.
Abuela me encanto este cuento!!!
Muy divertido!!
Seguí escribiendo así!
Besos!
Hola mi Macoché.
Bueno, ya es el tercero de las casas abandonadas, algunos no son tan divertidos.
Espero poder seguir escribiendo….
Besos..Muchos besos…
Cuantas historias habitan en las casas abandonadas, y cuantos espíritus deben corretear por sus pasillos, no nos sorprenden las historias de fantasmas y ruidos sin justificación racional alguna, donde hubo vida algo quedaria suspendido en el ambiente.
Relato entretenido y fenomenalmente escrito con su toque de humor.
Un Abrazo 🙂 .
Las historias de las casas abandonadas a mí particularmente me fascinan.
Un mundo detrás de sus jardines, de sus ventanas, de sus paredes.
Gracias por entrar a mi sitio.
Un abrazo.
Hasta pronto.
Casas habitadas, después abandonadas, almas errantes, barqueros anhelantes por transportar almas. Recuerdos añoranzas, jardines olvidados.
A tu relato no le falta de nada para ser un cuento digno de leerse y contarse, como si de una vieja leyenda se tratara.
Precioso y redondo, Stella.
Un fuerte abrazo y feliz Semana Santa
Gracias Mercedes.
Muchas veces uno duda si el relato salió redondo como dices. Quise hacer algo más gracioso, más entretenido, porque creo que el infierno debe ser algo parecido a esa relación, de puro escalón.
Un abrazo.
Feliz Semana Santa.
Hasta pronto.
No me imagino mi casa abandonada, pero supongo que está dentro de lo que puede ser. En toda casa abandonada, seguramente habita una historia digna de contar. Y si no la hay seguramente tu imaginación y tu capacidad para narrar la fabrican. Los personajes diametralmente opuestos, sin ninguna capacidad de diálogo, sin hijos. El contexto para que la casa se desampare. me ha gustado la historia, tan bien hecha que desde lejos se te reconoce tu estilo… mil gracias por postearla un beso y un abrazo Rub
Rub.
Hace muchos años que esa casa está abandonada. Es más no la recuerdo habitada.
Esta vuelta fué al revés de la trama. Hace tiempo que saqué las fotos, y después hice la historia.
Hay ocupantes precarios, son unos individuos que cuidan coches. Según los desesperados vecinos.
Gracias, un abrazo fuerte,y
Hasta pronto.
Cómo me gustn tus relatos Stella….Este es envolvente y cuando llega el final, extraño que vaya a seguir. Un beso
Winnie.
Me alienta que me digan que le gustan mis relatos. Por momento temo cansarlos con historias mínimas, pero después pienso la vida de que está hecha. De cuentos….y realidades.
Por eso cuento cuentos..
Un abrazo.
Hasta pronto.
Lo releí de nuevo y me causó el mismo escalofrío que cuando lo ví en tu cocina de cuentos y relatos..
Muy buen cuento!
Beso enorme, Fio
Gracias por entrar. Por releer. Por estar en la cocina de mi cuento.
Un abrazo fuerte.
Hasta pronto.
Me encantan las casa abandonadas, pero por aquí no hay muchas, hay que buscar bastante, muy bueno tu cuento, saludos
Gracias. Por aquí hay muchas casas abandonadas, o semi dejadas a la mano de ocupantes precarios.Muchísimas.
Voy a entrar a tu sitio.
Saludos.
Hasta pronto.
Espero que te guste, este tuyo me ha encantado, saludos
Aunque tarde, muchas gracias
Uisch, qué yuyu el final eh? eso de que se intuyen chistidos en la noche ains, no me lo quiero ni imaginar ! Una pareja contradictoria, con gustos completamente distintos, como la noche y el día…Me ha hecho mucha gracia eso de que cuanto más gritaba Reina, más grande hacía la casa jajaja…o
que la angustia le daba por edificar…menos mal! porque si le da por
comer…iba a estar como Michelín jajaj…
Lo cierto es que a mí me encantan esas casas abandonadas, con una historia del antepasado. Me pica la curiosidad, entrar y….oler a humedad, abandono. Imaginar quien pudo vivir allí años atrás…o descubrir cosas antiquísimas allí adentro.
Genial este relato Stella…qué imaginación tienes 😀
Un beso enorme en la distancia…y feliz semana!!
Te dejo uno de esos tes que tanto te gustan 😉
Creo que imaginación a tí no te falta. La tienes y mucha, además posees una técnica de la que carezco, y me llevas lejos, a los lugares que siempre adoré con mis artistas preferidas.
Tomo el té con esas deliciosas galletitas, muchas gracias por convidarme. Cómo
se llama el lugar al que fuimos ayer ? Muy bien servido, vale la pena recomendarlo.
Un abrazo.
Stella.
Preciosa aunque dura historia, se parece bastante a la realidad donde sólo es necesario relacionarse con una persona como pareja y tener una gran dosis de imaginación…
Me encantaría vivir en una casa así…me gustan las casas, me gusta, me gusta.
Un abrazo!!!
Gracias, creo que todas las casas abandonadas tienen un encanto de algo a lo que no podemos llegar, o no queremos, por miedo.
La anécdota es que cuando comencé a sacar las fotos me empezaron a rodear una vecinas porque pensaron que yo era de la Intendencia o de un Juzgado y que tenía intención de sacar a los ocupantes precarios. !!
Un abrazo.
Hasta pronto.