Su cuerpo de pan.

Sobre el exprimidor de vidrio, giraba la naranja. Una vuelta, dos, tres, hasta que quedó su pulpa blanca. La mano fué agotando las dos naranjas.

La jarra se llenó con la dulzura y el hielo flotó libre en su borde.

Todos los días hacía ese ritual .  En franca comunión junto a las tazas, el café,  el blanco pan, la roja mermelada, la leche, los vasos de cristal.

Ella presidía la mesa  del ajeno.

Suyo era el espacio, todo suyo, y después de terminar el desayuno, mientras el agua barría el azucar del café, limpiaba las cucharas de la roja mermelada,  juntaba el pan, lo dejaba en el alfeirzar de  la ventana, donde los últimos  pájaros  hacían  su festín.

Sacudía  el mantel de las migas que quedaban, ése que se mancha, al que hay que lavar y dejar al sol, hasta entrada la mañana..

Quedó el frío y despojado mármol, su pie de hierro trabajado, y las dos solitarias sillas, donde a la mesa se sentaron, tantas  ilusiones fracasadas..

Si todo fuera así de simple, sacudiría su trizado  corazón, dulces serían sus pensamientos, roja su boca de mermelada, y  blanca como la leche, como el mantel, sería su alma…

Si todo fuera así de simple, ella estaría flotando en un mar de naranja, y el ajeno le estaría picoteando  su  blando cuerpo de pan, como en un ceremonial  todas las mañanas.

Ni una margarita se diga mi hermana…

Sobre casas abandonadas. 5

De la vida real.

Cuento breve.

» Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana;»

Terminaron la casa, hermosa,  grande, con  esbeltos balcones,  con amplias y rectas ventanas, concebida como un ideal a la medida humana

Dicen los que saben, que las ventanas son los ojos de las casas, la puerta es la boca la  que  golosa invita a la entrada, y como eje, como columna vertebral, la armonía de su formas. Tenía una ojiva, y fuego dentro de ella, sostenida por jambas de piedra. El fuego es vida, es intímo , es el llamador a la meditación y al descanso, y  concebida en el rellano,  la escalera, llegaba alta como el espíritud de sus dueños.

Una inmensa pared de piedra, se descomponía en azules, en grises, en rosas. Afirmaba el blanco, la hacía volver al jardín, donde anidan los pájaros, donde la fresca y perfumada sombra, llegaba hasta el corazón mismo de la alcoba, y se metía entre las  sábanas.

La novia soñada.!!

La estrenaron como doncella, nívea, blanca, casta.

Fueron muchas noches y meses  de eterno embeleso, donde como un descubrimiento se ve y se admira la riqueza de su construcción, la limpieza de sus ángulos. Se veía la esencia de  su blanco cuerpo.

Se sentía tan deseada !

Llegaron los balbuceos de la infancia. Y en un andar de pininos, cayó al estanque, donde crecían los jacintos,  la pequeña amada.

Y llegó el silencio, se hizo  cansancio, que duró pocas estaciones.

Tan jóven y ya mancillada.!

Fué lentamente como la foto lejana de una amada, como la amante  complicada..como el fantasma de la niña ahogada..

No fué que la dejaron, fué cómo un cerrojo del alma…

Su frente adquirió una arruga, ahí en el entrecejo, donde se frunce el mirar, por el desagrado de lo visto. Se hizo fisura en su fachada.!

Para no ver cerró sus ojos, bajó sus persianas, pero algo quería decir y no podía tenía la boca trabada.

Corrió libre el viento, nada ni nadie lo detenía, y  en un abrazo de palma,  la poseyó,  se sintió el dueño.

Ella quería explicar,  su soledad,  quería comentarlo con los muros,  con el estanque cubierto de lodo, con esos árboles hermosos, con las hiedras, con los pájaros..  Quería Gritar y no podía, su voz fué la  tomenta que hicieron  suyos  los truenos lejanos !

En la furia de un arrebato,  le coparon el alma y en una noche nefasta  fueron rotos todos sus cristales.

Su boca, y sus labios ardieron hechos brazas, y sus celocías se perdieron en la nada.

Se trizó su alma.

Magestad perdida…

La casa soñada !!

» Tú, que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone)
me pretendes casta
(Dios te lo perdone)
me pretendes alba »

Alfoncina Storni.

Un diagnóstico acertado..

El cuento es breve, la Posdata es más pesada.

Para los que me acompañan  y en especial para mi amigo escritor Ruben García, porque creo que como médico el comprende mucho lo que me tocó en suerte.

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Cuando me quedé quieta, en ese portarse bien, tan bien que llama la atención los demás decían.

– Pero que encanto de niña, qué bien educada, qué tranquila, parece u na señorita…

Fué el comienzo de una quietud que me llevó  dos años. Tenía casi nueve  años, y después de muchos exámenes, y muchos padecimientos, dieron el porqué hacía un febrícula todas las tardes.

De un pediatra a otro, en un salto a la cuerda, hasta que un médico especialista que me trató pidió para hablarme a solas. Voy a reproducir, no creo que pueda hacerlo   cabalmente el diálogo.

– Porqué, estás tan quieta, que es lo que sientes ?

– Yo nada, a mi no me duele nada.

– Pensá que es lo que sentís, te duelen las piernas y por eso dejas de bailar, de saltar, de correr.

– No, yo dejé todo porque estoy cansada.  Me costaba decirlo…Estoy muy cansada.

– Sabés que estás enferma.

– Yo no estoy enferma, es mamá que no hace más que ponerme el termómetro y el otro doctor que me hizo muchos exámenes y yo no quiero que me saquen más sangre…

– No te vamos a sacar  nada más, porque sabemos lo que te pasa.

– Porqué soy tan delgada ?

– No, ser delgada como tú está bien, es que tienes una enfermedad, que se llama fiebre reumática..

¿ Fiebre..reumática ? Contagio ? Porque yo ya tuve varicela, y cuando chiquita tuve difteria y pulmonía y dice mamá que casi me muero. No quiero más enfermedades, no quiero.

No vas a contagiar a nadie, vas a tomar éste medicamento y te vas a quedar quietita en la cama.

– En la cama ? Y la escuela, no puedo ir a la escuela…Ahí ya lloraba

– No llores, yo te voy a decir…Se llama reuma infeccioso o fiebre reumática,  y hace crecer el corazón…y se cura con quietud, cuidándose del frío, y yo te digo cuando vas a poder ir a la escuela..En que año estás?

– En cuarto, y puedo ver a mis amigas ?

– Puedes ver a quien vaya a visitarte..tú no contagias. Y cuando te levantes de la cama porque vas a estar curada, vas a hacer natación..

– Natación..en donde.?

–  En un Club. En una pileta, y vas a nadar todos los días, porque vas a agrandar tu caja toráxica, porque el corazón no se puede achicar.

– Mi caja toráxica es muy chica ?

– Como quieras, o el corazón es muy grande, o la caja es muy chica. Es como un cofre que tiene un hermoso anillo. Pero el anillo es muy grande y no entra en el cofre. Qué vas a hacer, tú quieres ése hermoso anillo que te regalaron, y qué haces..agrandás el cofre, y te quedas con los dos.

– Por cuanto tiempo me quedo con el cofre y el anillo doctor ?

– Si me escuchas, y haces caso a tu madre, te quedas con los dos mientras vivas.

– Es hermoso el anillo doctor ?

– Te gustan los anillos como a todas las mujeres verdad ?

– Sí me gustan ? Y no tengo ninguno.

– Verás, éste es de color rubí,  es un rubí, y es grandioso, hace tic tac, como un reloj, pero lo bueno  es que no hay que darle cuerda.

– Doctor estoy en cuarto ! Yo solo quería saber..

– Te gustó lo del anillo..Cuando quieras acordar, más pronto de lo que te imaginas, alguien te va a regalar uno, y no va a ser tu mamá. Ya verás.

– Y la natación…cómo será nadar ?

– Hermoso, nadar es hermoso, y como eres longilínea, vas a ver lo linda que vas a ser. Me vas a venir a agradecer..Ya verás.

Dejé la escuela, me metieron en la cama y comencé una lucha de quietud y salicilato. En una época que no existía otra cosa más que eso, pero toda ese estar, de niña sin saltos, sin caminar casi,  me sirvió para conocer una maestra que vino hacia mí, y me dedicó dos años de su vida.

Fué la que me enseño a hacer viajes imaginarios arriba de un mapamundi, a tener un caligrafía diría sin ninguna vanidad hermosa,  me hacía saltar desde los quebrados hasta ver el lleno de las cosas. A mirar hacia el futuro, a ver mi propio mar, y nadar en mis propias olas.

A pesar que ese salicilato que me hacía sentir muy mal, había días en que casi no toleraba nada en el estómago, y ése silbido permanente que  me decía mi maestra que era un duende invisible, que me soplaba en el oído, y que era su manera de comunicarse, y por lo tanto   me hablaba de la magia que hay en todas las cosas de la vida.

Me enseñó a mirar de otra manera, me impulsó a que por arriba de las sábanas, en ése cielo infinito, existen bailarinas que no bailan, personas que  corren, que van a los parques en la tarde, al cine los domingos, al teatro en la noche, sin moverse de donde están. Ahí donde anidan los sueños.

Saber, que un corazón grande con un soplo sirve para amar y querer  más, y muchas veces late más rápido para que no olvides que él está ahí, te acompaña siempre aunque por momentos no lo sientas.

Después de esa larga quietud, de tantos exámenes, de electros cardiogramas,  de un año en cama y otro para  poder caminar normalmente, volví a la escuela, e hice quinto y sexto.

Ya era una niña alta, casi la última de la fila, la extraña niña que hacía natación todos los días, con frío o con calor, la longilínea, la que sabía mucho de quebrados y la que estaba segura   que jóven muy jóven alguien le regalaría un anillo.

Ya tenía preparado el cofre, y adentro latía un reloj fabuloso, que sigue latiendo, aunque no le des cuerda..

PD. Cuando en sexto año salí abanderada, ví, desde otro lugar más lejano,  el orgullo y la emoción de mis padres, la foto que me sacó un periodista amigo de mi padre  que tenía una máquina fotográfica!,  y las lágrimas de la deliciosa maestra Alicia Maturro  que me cambió la vida.

Me enseñaron los seres más queridos que las evaluaciones suelen ser odiosas, yo no era mejor que los  otros, ni el que no tenía más que su túnica blanca y su moña azul,  ni el que llevaba la bandera de Artigas o la de los Treinta y Tres orientales, ni yo que llevaba la hermosa azul y blanca con un sol al extremo.  Lo que me importó en ése momento fué:  Yo podía caminar erguida, con el mástil y  la bandera uruguaya  que pesaba muchísimo, levemente inclinada, como un símbolo que agasaja a los que la miran  y la aplauden.

La  pude sostener toda la ceremonia en la que había cantos y recitados, y aunque mis guantes blancos resbalaban por el mástil, yo me sentía en un planisferio especial, donde nada es tan importante como estar de pie,  en la escuela, en el hogar,  en la calle, frente  a la vida..

Premios Liebster Blog Award y Tu blog me inspira

» La casita del hornero

Tiene sala y tiene alcoba,

y aunque en ella no hay escoba

limpia está con todo esmero.»

Un verso  de Lugones que recitaban los niños hace mucho años…

 

LLegaron los premios a mi casita, lo trajo Florí, y agregó una hermosa poesía sobre La madre, luego llegó gentilmente Joaquín, y después Mercedes, y  trajo dos premios.

Premios Liebster Blog Award y Tu blog Me Inspira

Así que desde Venezuela a España, en un viaje en avión directo sin escalas, recibí cuatro premios.

Gracias a mis queridos amigos , y es la segunda vez que recibo el premio Liebster Blog  Award, así que diré que cualquiera de las personas mencionadasen en mi blogroll, pueden ser elegidas, o gustar muchísimo..

Doy las gracias a Florí, Joaquín y Mercedes, estoy feliz…mi casita se ve más linda la engalanaron ustedes visitándome.

Mis cinco obsesiones,  o digamos las cinco actividades que en éste momento me ocupan,  son  como complentos,   la fotografía, las caminatas, la computadora, el estudio, y el poder trasladarme a ver el mar.

Para el premio Tu Blog Me Inspira diría que, Inés Vilpi, Emmy Tecuento, Algún día en alguna parte, Amazings. es, Mensundum ´Blog,  son todos espléndidos…

» Elige como un artista
El gajo de un sauce añoso,
O en el poste rumoroso
Se vuelve telegrafista. «.

Y aunque ustedes no lo crean, me he vuelto una  sudamericana  telegrafista. A las pruebas me remito.

Gracias. Muchas gracias por compartir..Me han hecho feliz…

Un abrazo a todos.

Hasta pronto.

•El hornero en un ave sudamericana que construye su casa, con barro y paja, dejando de manera rústica su exterior, para que la lluvia , no destruya su estructura. Su nido puede estar en variados lugares y  muchas veces se ve  en los postes telefónicos, siendo muy común en el interior de país.

Sobre el dintel de una ventana, cobijado por el alero, se encuentra un nido de hornero, que al ser pintada la casa, le dieron el color de la mampostería. El nido azul.


El abuelo Eusebio.

Relato breve.

Uniendo continentes. Los inmigrantes.

Pellizcando el álbum familiar.

Un baúl de madera de alcanfor repleto de ilusiones,  un bolso de cuero desbordante de recuerdos, catorce duros años y catorce menguadas pesetas. En Burgos dejó  como si fuera su sombra pesimista  el hambre junto la casa de piedra.

Un barco grande, y muchas tormentas. Un puerto gris del Montevideo de 1888.

Una ciudad abierta, esperanzadora, una recomendación, una tienda.

Pasó de ser un adolescente rubio de ojos grises verdosos, que dormía es los estantes de un comercio, al  eh jóven, muchacho, oye tú, lentamente  al señor, al don.

Una jóven hermosa, de éste Montevideo querido, dió luz a su mirar apacible.

La humildad de hacer y servir como su norte,  lo condujo a la riqueza de un nido. Su hogar fué la esencia de su vida.

Se decía español de Burgos, uruguayo de  Montevideo, católico,  casado, comerciante. Nosotros , sus nietos,  no sabíamos  la diferencia entre  haber nacido en Europa o en América, no conocíamos el significado de la palabra extranjero,  emigrante o inmigrante.

Llegué casi de las últimas a su vida.  Lo pude disfrutar muy poco !

Pero ése abuelo de castilla la vieja tan  querido era nuestro! Lo llamábamos como el cariño nos decía nombrarlo,  era simplemente el  abuelo Eusebio.

Alfred Hitchcock

He subido en Presentaciones un Power Point, donde con mis  fotos quiero reflejar algunas de las películas de un maestro del Misterio.

Alfred Hitchcock

Quién no recuerda La ventana indiscreta , Psicosis, Los pájaros. ?

Un abrazo.

Hasta pronto.