Relato breve.
Uniendo continentes. Los inmigrantes.
Pellizcando el álbum familiar.
Un baúl de madera de alcanfor repleto de ilusiones, un bolso de cuero desbordante de recuerdos, catorce duros años y catorce menguadas pesetas. En Burgos dejó como si fuera su sombra pesimista el hambre junto la casa de piedra.
Un barco grande, y muchas tormentas. Un puerto gris del Montevideo de 1888.
Una ciudad abierta, esperanzadora, una recomendación, una tienda.
Pasó de ser un adolescente rubio de ojos grises verdosos, que dormía es los estantes de un comercio, al eh jóven, muchacho, oye tú, lentamente al señor, al don.
Una jóven hermosa, de éste Montevideo querido, dió luz a su mirar apacible.
La humildad de hacer y servir como su norte, lo condujo a la riqueza de un nido. Su hogar fué la esencia de su vida.
Se decía español de Burgos, uruguayo de Montevideo, católico, casado, comerciante. Nosotros , sus nietos, no sabíamos la diferencia entre haber nacido en Europa o en América, no conocíamos el significado de la palabra extranjero, emigrante o inmigrante.
Llegué casi de las últimas a su vida. Lo pude disfrutar muy poco !
Pero ése abuelo de castilla la vieja tan querido era nuestro! Lo llamábamos como el cariño nos decía nombrarlo, era simplemente el abuelo Eusebio.