Cabezal de mi cama.

Foto tomada por Stella

Mauna Loa



Compañera de juventud.

De sueños como quimeras, de amores imposibles, vástago de inquietudes vanas, oquedad  a la medida de las fantasías .

Canción de nana.

Conoces el calor de la fiebre, la voz que pide y clama.

Fuiste los ojos del insomnio, del miedo, del espanto.

El no querer ver, y seguir mirando en el palpitar de sienes.

Ensortijado pelo, plumón en tus entrañas.

Foto tomada por Stella

Buganvilla blanca.

Compañera de la madurez.

Del gozo, de la caricia de la mano. Receptáculo de besos dados, corolario de amores recibidos.

Sudor de amor, con el olor a la fragancia preferida,

Del lienzo al hilo, y en hurdimbre de lágrimas de triunfo y fracasos, se hicieron tus extremos brújulas .

Compañera de la vejez.

Sereno de mis párpados.

Dejaste la blandura de tu hechura, casi sin espesor.

No eres más la imaginación, la que todo lo llevaba, sin conocer los límites. Aunque quieras no serás soporte de la cansada espalda, de los brazos como cintas, de los murmullos.

Cabezal de mi cama,

Plumas de un nido, eje de mi nuca,

Entredós de fino encaje, aún hueles a jazmines, a rosas, tienes tu  caballero de la noche, y oyes en la penumbra el sonido de las voces, y sientes el aliento de la  boca.

Amiga, añorando
las dos, palpitamos aún en la fresca estancia.

Foto tomada por Stella

Caballero de la noche.

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