Crónicas a mi andar.
Fuí con mi máquina de fotos, mi pequeña y adorada Lumix. Panasonic , a La Expo Prado 2012.
Como pretensiones a uno no le faltan, quería sacar unas fotos diferentes a las que se ven en el diario. Un gaucho joven o viejo, con sombreo y barbijo, cinto de monedas, facón grande , botas, espuelas, pañuelo al cuello, y todos los implementos que hacen al folclore.
Creo que me equivoqué de mes. Debería de haber ido a la doma en marzo. Casi todos tenían celular, y algunos chateaban en su Notebook.
Empecé fotografiando los galpones.
Lo mejor fué cuando tomé un camino lateral, y me encuentro con la peluquería para animales. Unos estaban siendo atendidos y otros esperaban turno. Faltaban los espejos nada más. Un animal inmenso colocada su cabeza entre dos hierros, sujeto con cuerdas, y un hombre jóven que lo estaba hermoseando. Hasta ahí todo normal. Es lo que uno espera de una Expo Ganadera. Cuando ya había un montón de pelo en el suelo, iba rápida la máquina eléctrica, apareció de pronto un cameraman y una locutora, o notera. El jóven peluquero siguió como si nada.
Me aparté…Se acomodaron donde se veía al animal y donde era mejor la visión por la luz.
Ahí casi sin ningún preámbulo, empezó a hablar la notera .
Decía… – Lo estresado que estaba el animal, que lo habían sacado de la pradera, y lo habían llevado al portland. Que lo habían hecho viajar a prepo en un camión, sin permitirles ninguna parada para estirar las piernas, junto con una gorda desconocida, durante unas cuantas horas.
– Que lo habían desalojado de su entorno, para darle un lugar pequeño con vecinos. Lo habían separado de su pareja, le hacían comer delante de la gente, ni que hablar del problema del baño. Lo bañaban y le cortaban el pelo a la vista de todos, soportando que lo miraran y algunos se atrevieran a acariciarlo.
– Que le controlaban el peso como en una clínica moderna, para ver en éste caso que mantuviera los kilos promocionados.
– Que era pública su procedencia, nombre de sus padres, de sus hijos, y cuantos tenía…Que todos se asombraban de sus méritos.., que decían que su semen lo había comprado hasta la China…y algo más que todos sabían el nombre de la Cabaña donde se alojaba.
Creo que fué descacharrante…No sé si era como dicen por acá para el chorrete, pero sea como sea, era la vida de cualquier señor…contada por él mismo, con la ayuda de un terapeuta.
Qué divorcio…!! Se separa de su esposa, no le permiten ver a sus hijos, tiene que dejar la espaciosa vivienda que ocupa, con amplio jardín, para pasar a un condominio, de pocos metros, mal ventilado, con vecinos insoportables, que se pasan mirando lo que come, le sacan a relucir toda la parentela, hijos y entenados, que su vida privada pasó a ser pública y llegó hasta la China, y es más ni puede ir al baño tranquilo…
Después para darle un toque más técnico dijo que su precio rondaba en los quince mil dólares..
Fué algo único, porque siguieron caminando y le preguntaron a un joven cuidador que se encontraba al costado si estaba de acuerdo con lo manifestado, y con una estupenda cancha les dijo.
– Sacar de su entorno a un animal tiene sus riesgos, aquí los protegemos para que eso no ocurra, lo que sucede, es que es otra la manera de hacerlo cuando, el animal de por sí trepa, desea salir y saltar, por eso los tenemos atados la mayor parte del tiempo.
Su pelo, lo peinamos y aceitamos..cuidamos su genética, como todos los que nos dedicamos con amor a lo que hacemos….nosotros pertenecemos a los cuidadores de cabras..
Tras la sorpresa..Se acabarón las palabras
Y se fué la notera y el cameraman…
No es por nada, después de todo lo dicho más el precio, me acerqué al toro, para sacarle una foto a esa carucha tan…pero tan…interesante.
Ustedes no podrán creer, para mí que me hizo una guiñada…Bueno guiñadas de ese precio no se tiene todos los días..