Trabajo de Stella, color y filtros a foto antigua de 1920.
La señora de al lado, la del lavadero, la de la farmacia, la del puesto, la de las flores, la de enfrente, la señora de…
Siempre con referencia a un lugar o pertenencia, hasta que nos miramos bien y vemos la señora de adentro.
La que poco sale, y mucho se lleva, la que pesa tanto su decir como el hacer, el convivir, el sufrir, el denostar, el mentir… por cada mujer otra dentro de sí, la indicadora del destino, de la vida…La que se vuelve substancia en el amor y en el sexo, la de la dicha, la risa interna, la del sueño y la vigilia, el eje del misterio y la poesía.
Tienes una , como es ?
Yo la elegí un día cualquiera, cuando estaba en la estación de la fragancia, azulina, trasparente, mínima en el dicho. Real, sin revoques ni fajas, flexible, en plenitud, fuera de la esfera dorada de los hechos y las cosas sin importancia , sin la máscara oscura de los maladicentes, sin entrar en el ditirambo en el que se ha convertido la pasión por vivir las vidas de los otros. Muchas veces, se deja ver gris, se desgrana por las ventiscas del principio vital del ser , y como niña desvalida y sola , llora porque pierde la esperanza.
Tiene su propia existencia , sabe de sí, y es como cobijo del alma en el apretado ceñir de la conciencia , la siento como un precinto.
Os la presento…es casi la señora que llevo adentro.