El valor del voto.

Hoy se vota en mi país para habilitar en octubre un referéndum derogatorio de la Ley sobre el aborto N°  18.987.

La  consulta de ésta jornada no es obligatoria. La papeleta a introducir en el sobre de votación dice : » Interpongo el recurso de referéndum obligatorio contra la Ley N°  18.987, del 22 de octubre de 2012 «

Se requieren 655.193 votos para habilitar el referéndum.

 

Usos y Costumbres.

Por las calles de mi ciudad…

No voy a expresar ninguna opinión sobre el contenido de la Ley, creo que no basta con leerla e interpretarla.  Creo que es algo  íntimo de la mujer y la conciencia.

Hay dramas impensados, momentos únicos, situaciones aberrantes, y creo que en toda la sociedad está faltando piedad.

Pero están los problemas, y no se van a ir con un decreto, o con una Ley.

Hoy que ví tantas mujeres por la calle,  parecía que las habían convocado a todas en éste Montevideo gélido. Qué  puede hacer el frío, contra el  convencimiento de que en el voto reside la voz interior que se lleva dentro.  No se juzga, se vota si se quiere.

Iban de bastón, ví una asistida por otra mujer con andador, hoy salieron las personas mayores, a las que menos las afecta la Ley, ninguna va a interrumpir un embarazo.

Sobre  éstas líneas recordé lo  que tengo a medio terminar, y lo voy a adjuntar, porque lo escribí  sobre el valor del voto.

 

Mi madre  siempre comentó cuanto sufrió la gente común con el golpe de Estado de Gabriel  Terra en 1933. Me decía que muchos pasaron  de la clase media a ser pobres, cuando se decretó que los empleados públicos ganaran la mitad de su sueldo. Comenzó un trueque, un mercado negro.

Las mujeres lo sufrieron en lo que más dolía en el presupuesto del hogar, en el alquiler de la vivienda.

Así que en ese medio convulsionado, herederas de los problemas, encerradas en sus casas, con pocas posibilidades de cambio, surgió como una liberación, como un paso importante,  para la mujer poder elegir a quien gobernara los destinos de nuestro país,  la chance de poder decir…Éste..

Todo lo anterior al voto femenino tenían sus carácterísticas..

Se reunían en casas de familia, y aprovechaban la ausencia de los hombres que se encontraban en  el trabajo para hablar de los candidatos. Eran fiestas libertarias con tés y scones.. No se concedía de golpe el poder , venía fermentando, en la necesidad de que se las consideraras, capaces de elegir.

Entre sombreros, se aprendía de las listas, de los sobres, del conteo. El tener Credencial fué según las  versiones, como una gran revancha, aunque la oreja al aire en la foto, un gran complejo.  Siempre se paga algo por querer igualar.

No se pudo votar en noviembre, y se hizo en marzo de 1938. Ganó el militar y Arquitecto Alfredo  Baldomir, del partido colorado.

Cuando se gana una etapa, no hay que perderla y en ése año se ganó una muy grande. El primer país en América Latina en aprobar el sufragio femenino fue Uruguay.

 

La foto de hoy es de una madre mayor apoyada en el brazo de su hijo o de su nieto .  La elegancia de la señora llamaba a admirarla  y el respeto mío, porque no es para todos dejar el calor de la casa un domingo con temperaturas  bajo cero,  para poner una papeleta en un sobre, para ver si se logra que muchos opinen sobre El aborto.

Ése es el valor del voto.

Foto de Stella

Foto de Stella

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Un body para Janine.

Usos y costubres.

Cuento Breve.

Le dije a Emy Tecuento maestra de la gracia,  que  sobre mi ciudad iba a escribir,  simplemente para que conozcan algo de ésta pequeña Montevideo, pero lo quise hacer dentro de mis relatos  de usos y costumbres, con todo el humor posible  y dándole  la vuelta a algo tan femenino y ambicioso  como ser delgada.

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Janine, se veía gorda, aunque era digamos rellenita, lo que tenía,  es decir no tenía cintura y le sobraba a ésa altura algún kilito. Siempre vestida con ropas grandes cargando una mochila en lugar de cartera, así viajaba de su casa al trabajo.

En el empleo la veían entre lo mucho que trabajaba y lo poco que mostraba como un vagón de carga.

Hasta que la lechosa Janine conoció al bueno de  Andrés. Él  la convenció de lo adorable que era con esos oyuelos en la cara, de las lindas piernas que tenía y de manera especial dejar de lado la mochila.

Andrés tenía la cara redonda como Janine, pero los ojos grandes saltones y los párpados caídos. Todo lo cual no hacía que dejara de ver, lo que sí  le daba a él un aspecto algo batracil.

Qué no puede el amor ! La fuerza más poderosa capaz de mover al mundo. Amor y música, dos complementos inigualables.

Tanto es así, que un gran comunicador,  conocido  empresario, hizo tener a Uruguay, empezando por Montevideo  «La noche  de la Nostalgia »

Es el 24 de agosto,  un día en que los comercios trabajan a lleno, se vende lo invendible en el resto del año. Velas, sumerios, discos, chafalonías, disfraces, comida china, soutienes con aro de metal, rellenos, pelucas,  quedan sin lugar sitios bailables, hoteles importantes, casas de citas,  peluquerías, spas..etc..etc.

Todo ésto en base a la fantasía. Se toca la música del pasado la que se bailaba en otras épocas, del 70, 80, 90, se hace una mixtura, se baja la luz, se bebe mucho,  y los que entran disfrazados de acuerdo a la época de la música que se pasa, piensan que verdaderamente tienen  la edad, de ése momento.

No me vas a decir que no es genial !

Pues para ése día que ya está siendo inolvidable para muchos, el día que más se sale en la ciudad, Janine quiso darle a Andrés una sorpresa, y darse un gusto. Sacarse tres centímetros o más del estómago y cintura. Probó con unas Panty negras llamadas Can Can, que le costó muchísimo trabajo subirlas, y después de tanto esfuerzo, vió que todo lo de menos, se trasformó en más en el borde de la terminación. Fué cuando decidida salió a comprarse un Body.

Existen varios comercios de ése tipo que venden ropa fashion, aunque no tengo una estadística confiable, porque en mi país no es confiable ni el Censo ( Somos tres millones y algo desde hace sepetecientos años )

Vestirse interiormente de rojo o de negro, tiene sustancia  fetichista, masoquista, algo de prohibido, algo de inmoral,  algo de clandestino. No lo digo yo, lo dicen las vidrieras al mostrar tantas plumas, partes de maniquí, como si las mujeres pudieran por arte de Fumanchú, dividirse en partes, y unirse cuando la magia lo indicara.

Ahí entró Janine por su Body talle 10. El local a media luz,  mareaba con el olor a Pachulí. Las vendedoras de esos lugares, todo lo saben, porque la mayoría todo lo ha vivido. La que le tocó a Janine, le trajo varios modelos, desde el más audaz al más elastizado. Se quedó para la prueba con uno color piel de durazno, que hacía poco contraste con la suya, pero que le encantó porque al llegar al busto, se hacía tul con unas guindas pequeñas y rojitas. Puro pecado de gula.

Trabajo le dió la puesta a punto, aunque no llegó a subir del todo el cierre, faltándole unos centímetros, sintió la voz  salvadora de la vendedora.

– Se puede pasar. En un sipisape. – Ya está,  cómo se ve ?

Ésta es la pregunta del millón.!

La verdad, es que Janine se miraba al espejo y se veía esbelta, sexy y coronando el escote toda ése canasto de frutas. Es más, veía los ojos de Andrés muy abiertos.

Hay milagros que  duran siglos,  pero los del diario vivir, suelen ser más esfímeros. Cuanto tiempo uno resiste, guardando el aire comprimido.!  Para Janine, si aguantaba una hora, ya sería un logro publicable, ahora que si pudiera resistir las seis horas de trabajo, con ese tormento, sería la promoción de su vida.

Se veía caminando por los pasillos, moviéndose al compás de sus stiletos rojos, entre las chusmonas compañeras.

Resurgir soñadamente en un talle menos o dos, es un logro que no es para cualquiera.

La empleada le dice. – La veo, infartante, tengo unas medias negras, autoadhesivas  que al terminar tienen puntillas, y con zapatos de taco alto ya está ! Pronta para el Jaque Mate ! Pero siéntese a ver si le es cómodo.

Janine se sentó, en una de esas pequeñas butacas que ponen en los probadores, y desde ahí la imágen se veía  estupenda con cada cosa en su lugar. Suspiró todo lo hondo que pudo hasta que se sintió un ruido corto. El cierre, mejor dicho la pequeña tranquita, salió  de la huelga, es decir rompió las consignas de la unidad hace la fuerza, y se corrió solita hasta la terminación.

Los ojos asombrados de la compradora hicieron hablar pronto a la vendedora.

– No se preocupe, traigo otro, del mismo talle o un poquititito  más grande. Lo decía acercando  el pulgar al índice, dejando espacio para la duda.

– Sabe lo que pasa es que  los chinos son tan bajitos, tan pequeños, que un talle 10 de ellos, viene a ser un doce o un catorce nuestro. Todos tienen la misma tela elastizada, son garantidos. No sabe la cantidad que he vendido en éstos días.!

Enseguida vuelvo….

Foto de Stella. Serie Abstracto.

Foto de Stella. Serie . Las vidrieras.

Una valla imaginaria.

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Crónicas a mi andar.

Hoy comento mi asombro, porque un parque que camino siempre, que lo visito como si fuera una casa querida, me regaló algo diferente.

Los ojos ven muchas veces lo que la mente le indica, lo habitual. Esta vez, fué el olfato, no olía a ningún perfume agradable, olía a tierra seca, árida.  Y ahí, cómo si fuera una barrera, estaban los troncos, algunos secos, de las leñosas  plantas.

Una valla imaginaria, alta,  gris, oscura , carente de vida, tallada a gubia en láminas verticales, dura como piedra, separaba, cortaba la visión.  Su espacio era total, no permitía compartir nada, ni el tacto, porque las espinas inclinadas miraban regordeándose a la tierra colorada.  Era el lugar final, cuando se secan las raices, y se anquilosan  sus tejidos  y dejan de subir los fluídos de la savia que le dan el  sustento.

En cada vuelta,  ángulo, espina, o  poda, se sostenían  adosadas unas contra otras,  una historia, una narración,  una pasión, una poesía, un mero trabajo, un sueño,  una pérdida de tiempo.

Tan igual a la conclusión , que lo quise captar en éstas imágenes, no porque piense en la tristeza que produce, sino en el ejemplo que traduce.

Ah. !  Se me olvidaba uno de ellos  sostenía  en unos de sus bordes en un acto de amor,  una maleza que utiliza cualquier elemento para su fijación  es decir un clavel del aire.

Foto de stella.

Fotos de stella.

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La llamada.

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Estoy entrando en un reto propuesto por agniezka a quien tengo el agrado de leer desde hace  tiempo, convocando para el día de hoy sobre la misma lámina diferentes puntos de vista.

Usos y costumbres.

Muchas calles  iguales coloridas, confeccionadas con música en un  barrio llamado Sur y Palermo., terminan en el mar.   Se hizo canción a pura lonja de tamboril. Modesta zona en sus albores, que cosechó leyenda en las llamadas.

Ahí vivía la linda Maite  hija de la señorita Luisa, criada por la mama vieja. Una blanca y la otra negra. Se unieron en el abandono de la madre y en  el amor del repique.

No lo podía creer, el jóven turista  que la convidó con una bebida, esperando algún ligue. Encontrar una colorada auténtica, hermosa,  en un barrio donde el tamboríl es ley.

Ante la propuesta, lo que recibió por respuesta,  fué un convite para ver a los escoberos, haciendo malabares, bailando junto a las gordas mamas viejas,  a las negras luciendo sus cuerpos  tallados en ébano entre plumas y piedras, porque para disfrutar  el carnaval,  hay que estar ahí en ése lugar donde el candombe es ley.. Donde cientos de tamboriles se calientan al fuego y tocan al mismo tiempo, y donde desde la ventanas, balcones y azoteas, se siente el alma  en la llamada,  La Isla de Flores.

Fué cuando a él le empezó a apretar la corbata, a sentirse muy vestido y a tener  y unos deseos locos, incontrolables de saber más sobre .. Piano, Chico y Repique…

La quinta duerme.

P1060201Foto de Stella.

 

Planteamiento.

La quinta duerme con  sopor  la  siesta de enero, cuando el sol aplasta a la tierra y la apisona en  sedientas grietas.

Un muro perimetral y su reja, cierra el frente y en parte los laterales. El portón soporta malamente  a la cadena y  los candados, y el cartel colgando desde un aro de Cuidado con el Perro en blanco y negro avisa, que un viejo can espera que alguien se acerque a darle agua.

La sombra sirve de refugio a las cientos de cotorritas parlachinas, que después cuando sea más tarde azolarán en verde  a los sembrados.

Los granados colocados como cerco, con sus hojas verde brillantes y sus frutos, rojos, marrones y morados, nos esperan.

Una piedra colocada del lado de adentro pegada al muro sirve de pescante. Un paso, dos, tres, y ahí están,  son las últimas granadas  que darán los  árboles y las más añoradas.

Comer desde el árbol el mismo fruto que te ofrece, y golpear su cubierta  en forma de corona , esperando el milagro de sus compartimentos  maduros.

Sabor de niñez, dulce agua, que se desgrana entre los dientes, dejando roja la boca, y pegoteadas las manos..

Nudo

La quinta nunca fué nuestra, las vacaciones sí.

Detenido en el tiempo, suspendido, entre las verdes  persianas que daban sombras fastamagóricas a los pisos de madera de tabla ancha, guardado en forma de recuerdo quedó en algún cajón de una cómoda, o de un alto ropero con luna de bisel, donde se miraban las fantasías de la niñez. Ahí, quedó…De ese lugar salió quedamente el recuerdo.

Desenlace

La memoria somnolienta se desperezaba  al mediodía, y  como un susurro de voces lejanas,  me llegó hasta el corazón.   La sujetaron los  abrazos, y triunfó plenamente la  muñeca ígnea brasa de  eucaliptus.

Cuatro años de  flor, de niñez hermosa, de rapidez en las respuestas, de mirada firme,  escrutadora, y mientras todos reían y festejaban, yo desde un lugar en el jardín  recordaba  algo ocurrido cuando era tan pequeña como ella.

En ése momento  no había logrado copiar  los colores  de las bayas  maduras, fue un regalo que me dió el vivir junto  con  la alegría de su  candidez.

Foto de Stella

Foto de Stella