Un body para Janine.

Usos y costubres.

Cuento Breve.

Le dije a Emy Tecuento maestra de la gracia,  que  sobre mi ciudad iba a escribir,  simplemente para que conozcan algo de ésta pequeña Montevideo, pero lo quise hacer dentro de mis relatos  de usos y costumbres, con todo el humor posible  y dándole  la vuelta a algo tan femenino y ambicioso  como ser delgada.

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Janine, se veía gorda, aunque era digamos rellenita, lo que tenía,  es decir no tenía cintura y le sobraba a ésa altura algún kilito. Siempre vestida con ropas grandes cargando una mochila en lugar de cartera, así viajaba de su casa al trabajo.

En el empleo la veían entre lo mucho que trabajaba y lo poco que mostraba como un vagón de carga.

Hasta que la lechosa Janine conoció al bueno de  Andrés. Él  la convenció de lo adorable que era con esos oyuelos en la cara, de las lindas piernas que tenía y de manera especial dejar de lado la mochila.

Andrés tenía la cara redonda como Janine, pero los ojos grandes saltones y los párpados caídos. Todo lo cual no hacía que dejara de ver, lo que sí  le daba a él un aspecto algo batracil.

Qué no puede el amor ! La fuerza más poderosa capaz de mover al mundo. Amor y música, dos complementos inigualables.

Tanto es así, que un gran comunicador,  conocido  empresario, hizo tener a Uruguay, empezando por Montevideo  «La noche  de la Nostalgia »

Es el 24 de agosto,  un día en que los comercios trabajan a lleno, se vende lo invendible en el resto del año. Velas, sumerios, discos, chafalonías, disfraces, comida china, soutienes con aro de metal, rellenos, pelucas,  quedan sin lugar sitios bailables, hoteles importantes, casas de citas,  peluquerías, spas..etc..etc.

Todo ésto en base a la fantasía. Se toca la música del pasado la que se bailaba en otras épocas, del 70, 80, 90, se hace una mixtura, se baja la luz, se bebe mucho,  y los que entran disfrazados de acuerdo a la época de la música que se pasa, piensan que verdaderamente tienen  la edad, de ése momento.

No me vas a decir que no es genial !

Pues para ése día que ya está siendo inolvidable para muchos, el día que más se sale en la ciudad, Janine quiso darle a Andrés una sorpresa, y darse un gusto. Sacarse tres centímetros o más del estómago y cintura. Probó con unas Panty negras llamadas Can Can, que le costó muchísimo trabajo subirlas, y después de tanto esfuerzo, vió que todo lo de menos, se trasformó en más en el borde de la terminación. Fué cuando decidida salió a comprarse un Body.

Existen varios comercios de ése tipo que venden ropa fashion, aunque no tengo una estadística confiable, porque en mi país no es confiable ni el Censo ( Somos tres millones y algo desde hace sepetecientos años )

Vestirse interiormente de rojo o de negro, tiene sustancia  fetichista, masoquista, algo de prohibido, algo de inmoral,  algo de clandestino. No lo digo yo, lo dicen las vidrieras al mostrar tantas plumas, partes de maniquí, como si las mujeres pudieran por arte de Fumanchú, dividirse en partes, y unirse cuando la magia lo indicara.

Ahí entró Janine por su Body talle 10. El local a media luz,  mareaba con el olor a Pachulí. Las vendedoras de esos lugares, todo lo saben, porque la mayoría todo lo ha vivido. La que le tocó a Janine, le trajo varios modelos, desde el más audaz al más elastizado. Se quedó para la prueba con uno color piel de durazno, que hacía poco contraste con la suya, pero que le encantó porque al llegar al busto, se hacía tul con unas guindas pequeñas y rojitas. Puro pecado de gula.

Trabajo le dió la puesta a punto, aunque no llegó a subir del todo el cierre, faltándole unos centímetros, sintió la voz  salvadora de la vendedora.

– Se puede pasar. En un sipisape. – Ya está,  cómo se ve ?

Ésta es la pregunta del millón.!

La verdad, es que Janine se miraba al espejo y se veía esbelta, sexy y coronando el escote toda ése canasto de frutas. Es más, veía los ojos de Andrés muy abiertos.

Hay milagros que  duran siglos,  pero los del diario vivir, suelen ser más esfímeros. Cuanto tiempo uno resiste, guardando el aire comprimido.!  Para Janine, si aguantaba una hora, ya sería un logro publicable, ahora que si pudiera resistir las seis horas de trabajo, con ese tormento, sería la promoción de su vida.

Se veía caminando por los pasillos, moviéndose al compás de sus stiletos rojos, entre las chusmonas compañeras.

Resurgir soñadamente en un talle menos o dos, es un logro que no es para cualquiera.

La empleada le dice. – La veo, infartante, tengo unas medias negras, autoadhesivas  que al terminar tienen puntillas, y con zapatos de taco alto ya está ! Pronta para el Jaque Mate ! Pero siéntese a ver si le es cómodo.

Janine se sentó, en una de esas pequeñas butacas que ponen en los probadores, y desde ahí la imágen se veía  estupenda con cada cosa en su lugar. Suspiró todo lo hondo que pudo hasta que se sintió un ruido corto. El cierre, mejor dicho la pequeña tranquita, salió  de la huelga, es decir rompió las consignas de la unidad hace la fuerza, y se corrió solita hasta la terminación.

Los ojos asombrados de la compradora hicieron hablar pronto a la vendedora.

– No se preocupe, traigo otro, del mismo talle o un poquititito  más grande. Lo decía acercando  el pulgar al índice, dejando espacio para la duda.

– Sabe lo que pasa es que  los chinos son tan bajitos, tan pequeños, que un talle 10 de ellos, viene a ser un doce o un catorce nuestro. Todos tienen la misma tela elastizada, son garantidos. No sabe la cantidad que he vendido en éstos días.!

Enseguida vuelvo….

Foto de Stella. Serie Abstracto.

Foto de Stella. Serie . Las vidrieras.