Usos y Costumbres.
Crónicas a mi andar.
El puerto al atardecer huele diferente, y lo saben a conciencia las carroñeras gaviotas.
Tiene un sabor de regreso. Días de mar revuelto, de lluvia finita que empapa y de manos oscuras y cuarteadas. Buena pesca al final del invierno.
Es la hora quieta, cuando atracan las barcazas, y se llenan las marinas de ojos y bocas abiertas, descansando sobre aletas plateadas.
Enredadas en redes azules y boyas rojas, la pesca artesal, familiar, alcanza justo valor para mantenerse en un lugar privilegiado y exclusivo.
Las mujeres que se quedan al resguardo y los hombres que no pueden hacerse a la mar, son los que filetean los pescados.
Sobre mesas portátiles de tablones anchos, abren los vientres con cuchillos de filosa maña, se cortan cabezas, aletas, raspan escamas y en un ritmo vertiginoso, se transforman en bifes y todo deja un reguero rojo sobre el gris. Los pescados mas grandes se lucen en los puestos de venta.
Los lobos esperan como pandilleros su parte, y firmes, ágiles sobre ellos, como nubes en movimiento las gaviotas. Peleando cada uno se lleva su parte.
Los turistas esperan la pesca del día, muchos son sacados vivos de los baldes o bandejas de plástico. Más fresco imposible !
Tiene algo de salvaje, y temerario, la pesca, es ese mar de palangre, redes y boyas; ese elegir permanente el mejor lugar, lo de mayor valía.
Cuando acaba la venta, se van apagando los motores, y algunas luces, y se van prendiendo otras, la de la ciudad y el movimiento.
En el puerto todo se repliega, todo se guarda entre el óxido, y el salitre. El agua limpia que baña las marinas, las redes, las boyas, las barcazas, sabe del cansancio y el puerto se va callando lentamente en el sueño del hoy.
Anochece…El foque me guía…
Fotos de Stella. Puerto de Punta del Este.
Es un relato espléndido, es como una foto en la que vas recorriendo el puerto, los pescados, las gaviotas……etc.
Enhorabuena, me ha gustado mucho éste post.
Un Abrazo 🙂 .
Gracias Joaquín.
Es un lugar espléndido, que invita a fotografiar y a relatar los que ves.
Un abrazo.
Hasta pronto.
Ah la vida cotidiana, que le has trozado un gago que nos ofreces con el rico detalle de la vida en el puerto y el acecho de las gaviotas. Linda prosa querida amiga, sencilla, clara que uno va disfrutando punto a punto… besos Rub
Quise a dos fotos, agregarle el momento, cuando retornan las barcazas.
La agresividad de las gaviotas es increíble.!
Me atrae el puerto y me fascina Punta del Este que es un maravilloso lugar.!
Un abrazo.
Hasta pronto.
Ya imagino a las gaviotas de ojo saltón y picos de tijera.
Lo has descrito con tal lujo de detalles que me ha parecido estar ahí, hasta he percibido el fuerte olor que desprende el lugar… y me has trasladado a otro puerto, el de Vigo en Galicia, de donde es mi príncipe. A fin de cuentas escenas idénticas en lugares distintos.
Como siempre, un placer leerte y admirar tus fotos, mi querida Stella 🙂
Muchos besitos!!
Me han dicho que Galicia es hermosa. Tendría que mandar a mi Rey, que tiene la mitad de la sangre gallega, a que conozca la tierra de sus abuelos maternos.
Un abrazo fuerte, con mucho cariño.
Hasta pronto..
Aaaaah, ¡pues ya tenemos otra cosita en común, consortes de origen gallego! 😉
Más besitos!!!
Buena cronica para describir tu caminar… y las fotos estan preciosas Stella
Gracias, son de verdad crónicas de mi andar.
Un abrazo.
Hasta pronto.