Final del Invierno.

Punta del Este. Final del Invierno 025 - copia

Usos y Costumbres.

Crónicas a mi andar.

El puerto al atardecer huele diferente, y lo saben a conciencia las carroñeras gaviotas.

Tiene un sabor de regreso. Días de mar revuelto, de lluvia finita que empapa y de manos oscuras y cuarteadas. Buena pesca al final del invierno.

Es la hora quieta, cuando atracan las barcazas, y se llenan las marinas de ojos y bocas abiertas, descansando sobre aletas plateadas.

Enredadas en redes azules y boyas rojas, la pesca artesal, familiar, alcanza justo valor para mantenerse en un lugar privilegiado y exclusivo.

Las mujeres que se quedan al resguardo y los hombres que no pueden hacerse a la mar, son los que filetean los pescados.

Sobre mesas portátiles de tablones anchos, abren los vientres  con cuchillos de filosa maña,  se cortan cabezas,  aletas,  raspan escamas y en un ritmo vertiginoso, se transforman en bifes  y todo deja un reguero rojo sobre el gris. Los pescados mas grandes se lucen en los puestos de venta.

Los lobos esperan como pandilleros su parte, y firmes, ágiles sobre ellos, como nubes en movimiento las gaviotas.  Peleando cada uno se lleva su parte.

Los turistas esperan la pesca del día, muchos son sacados vivos de los baldes o bandejas  de plástico. Más fresco imposible !

Tiene algo de  salvaje, y  temerario, la pesca, es ese mar de palangre, redes y boyas;  ese elegir permanente el mejor lugar, lo de mayor valía.

Cuando acaba la venta, se van apagando los motores, y algunas luces, y se van prendiendo otras, la de la ciudad y el movimiento.

En el puerto todo se repliega, todo se guarda entre el óxido, y  el salitre.           El agua limpia que baña  las marinas, las redes, las boyas, las barcazas, sabe del cansancio y el puerto  se va callando lentamente en el sueño del hoy.

Anochece…El foque me guía…

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Fotos de Stella. Puerto de Punta del Este.

10 pensamientos en “Final del Invierno.

  1. Ah la vida cotidiana, que le has trozado un gago que nos ofreces con el rico detalle de la vida en el puerto y el acecho de las gaviotas. Linda prosa querida amiga, sencilla, clara que uno va disfrutando punto a punto… besos Rub

  2. Lo has descrito con tal lujo de detalles que me ha parecido estar ahí, hasta he percibido el fuerte olor que desprende el lugar… y me has trasladado a otro puerto, el de Vigo en Galicia, de donde es mi príncipe. A fin de cuentas escenas idénticas en lugares distintos.
    Como siempre, un placer leerte y admirar tus fotos, mi querida Stella 🙂

    Muchos besitos!!

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