Tantos días de lluvia, dieron música a los plátanos, cuando se tocan sus ramas y se ven contra el sol sus cortezas marcadas, y cientos de pequeños charcos, reflejan agrandados el pasaje de los pasos.
A quién le asombra, el que yo me sienta árbol en un cielo infinito, y cuide con luz mi nido de seda, quién se sabe pájaro para juzgarme, quién se cree viento para llevarse lo que queda.
En mi sitio de hornero, con sala y alcoba yo te llamo tiempo, para que me des cabida. No me arrincones tanto, no evites mi canto, dame una senda, admite mi mente tan lenta.
No me digas frases de cuentos vencidos, arrastra los pecados, regala los míos.
Silencio eres mi cómplice, imítame, aférrate al verde antes de hundirte en el piso dorado y azul.
Déjame mi espacio tiempo…Le importa a éste mundo tan indigno, si vivo en un hueco de frondosa ramas, y hacia y por donde camino yo ?