Una gota de asfalto en la retina.

 

Foto de Stella.

Foto de Stella.

 

Tu mirada teje y desteje los hilos de la trama del espacio.

Octavio Paz.

 

– Mañana me voy. Hacía meses que lo venía anunciando.

Nadie pensó que sería capaz, ni cuando dijo, mañana.

El mañana se diluye, se hace casi imposible, cuando no se cree en quien repite.

La adolescente, fué la única que vió en sus ojos, ventanas con paisajes.

– Es lindo donde vas a ir?

– Una isla de huesos, un precioso lugar donde hay mucha agua cristalina, el calor abrasa y se une a tierra firme por puentes. Ahí me esperan.

– Es un cementerio con muchos huesos ? No te da miedo irte, yo no podría hacerlo.  Te voy a extrañar mucho.

– Te voy a escribir, te voy a mandar una foto. Ya verás. No temas, fué un cementerio, un lugar de acogida para los rechazados, guarida de piratas. A los barcos los acompañan los delfines, un verdadero cuento.

– Me vas a llamar, me vas a decir como estás. Verdad, me lo prometes? Estaba en la edad del entorno imaginario, donde se puede poseer hasta un castillo.

Cuando llamaron a la vecinita habían pasado meses, el mañana estaba lejano.

– Nena, a tí te dijo a donde iba?

La pregunta imperiosa, la voz cortante.

– La adolescente sabía algo, el resto era una suposición, y dijo lo que más le había impresionado.

– Fué a un lugar con puentes, con mucha agua, y con huesos.

– Lo que yo presentía. Te dije que se mató, le contestó con furia la tía al padre. La debías de

haber contenido…Qué loca, loca..Será en el Santa Lucía?

El hombre mayor inquirió a los devalidos once años.

– Te habló del sitio? Qué me ocultás ? El tono sacudió las piernas, hizo sentir culpa, con olor a mar revuelto.

– Tartamudeando, explicó una ausencia. – Que era hermoso como un castillo flotante, como un cuento.

– No la sigas indagando, no ves que no sabe donde está parada!

Cuando le relató a su madre lo sucedido, la reacción fué de cólera.

– No les hables más, son de lo último. La tía es una chifle, y el viejo es un chupín.  Si les volvés a hablar se lo digo a tu padre, y van a ver lo que es decirle tarada a una hija! Si no saben donde está, que la busquen. Yo también me hubiera ido de una casa semejante.

– Mamá no me dijeron tarada…No exageres, yo me acerqué porque creí que sabían algo de ella.

Fué acorralada y calló el sitio.

Ahora aquella adolescente tiene la edad de la que se fué. y vé al mirar paisajes que nunca recorrió y su lagrimal tiene fisuras que deja el ojo seco.

Por una calle que grita el abandono y el desengaño de otras vidas vividas, vió en un muro descascarado un ojo, casi igual al que despidió hace más de veinte años.

Habla con mudez sobre la imágen y le reprocha la carta y el llamado que siempre esperó, y sin proponérselo recuerda en ése preciso momento el nombre que no dijo, el que acalló su mente, el que cerraron sus labios en la debida privacidad.  Cayo Hueso.

Ahora el ojo que la mira tiene una gota de asfalto en la retina.

 

 

“Nunca escribas sobre un lugar hasta que estés lejos de él.”

Ernest Hemingway.

Y así lo hago.

 

 

 

•El Río Santa Lucía es el afluente más importante del Rio de la Plata y uno de los mayores cursos de agua de todo el territorio. A lo largo de su extenso recorrido (238 kilómetros desde la Cuchilla Grande en Lavalleja hasta el límite entre Montevideo y San José), el Santa Lucía va trazando lindísimos paisajes que no suelen estar en los circuitos turísticos más populares y que realmente vale la pena descubrir.

•Chupín.  Jergas y modismos rioplatenses. Tomador de bebidas alcohólicas.