Un caño cualunque.

Foto de Stella

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Usos y Costumbres.

Los ni..ni..

Había sido ferretería, club político durante las elecciones y ahora le decían la casa azul, con ironía al compararla con un buen restaurant sobre la rambla de Punta del Este. Era un tugurio, a la entrada del Cerro, usada solamente los días de feria, cuando ponían a la venta los cajones de frutas y verduras, con  todo el requeche del mercado.

Eran cinco muchachos, contando el que  estaba sentado en el cordón de la vereda.

Uno con la gorra puesta al revés, con la visera para atrás, los negros rulos, teñidos de rubio, mostraba un reloj con tres esferas, dicíendo que una le cantaba el día en que estaba, la otra le decía si hacía calor o frío. Lo que más le gustaba era la palabra, la saboreaba al decirla. Calendario!

Bamboleándose, apoyando una mano en la pared, habló del Luchi, y lo que había pagado para hacerse consejal, de los inspectores y las motos, pero lo peor fué cuando dijo que sabía lo de la lancha sobre el río Uruguay y el contrabando de la marihuana.

El ocio, cobra en juventud, saca de la conversación hasta el porqué .

Porqué lo dijo Felix, nadie lo supo. Lo más probable, para hacerse ver de lo enterado que estaba. O por envidia, porque él no iba a pasar de ser un holgazán de dicisiete años con antecedentes. Un empuja viejas el día de cobro del BPS, uno de los ocupa de la casa azul, o porque nunca se había sacado sus ojos de la nuca.

Cuando  vió la cara tostada del mandadero de Luchi, le pareció una cara confeccionada con ángulos agudos, porque los árboles hacen sombras extrañas los días soleados. Se miraron, pero estaba seguro que a esa distancia no podía oir lo que él decía.

La reunión se deshizo, se evaporó al instante.

Cuando iba a entrar,  por el agujero que tiene la puerta trasera, arrastrándose entre los hierros, porque  hay un caño que se usaba como sumidero, sintió el tiro, y la bala rompió una parte del caño, y una pequeña cuña le hizo un tajo largo.

Quedó trancado, la mitad del cuerpo adentro y la mitad afuera en la vereda. No le dolía la pierna pero sentía la sangre caliente como le llegaba hasta los championes, ésos de marca que compró en la feria de Pajas Blancas.

A él que le decían el gato y hacía honor a su nombre ahora estaba apretado por un caño cualunque, esperando que alguno se despertara de su sueño del mediodía!

El sol, el engañoso sol, se hizo redondo, tórrido, abrazante, le llegaba hasta la boca y le secaba la lengua, mientras el calendario imparable le marcaba en que día de que mes estaba, y si a esa hora tenía frío o calor, cantándole la justa.

El pedido de auxilio, se fué agotando lentamente en la tercera esfera..

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Cuento seleccionado para Un té con Daupradi. Basado en el tema muerte, premonición  etc..

Mi agradecimiento al espléndido lugar que me consideró e hizo un sitio para dos relatos míos.

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•Cualunque: regionalismo que se utiliza para denominar a una cosa que es barata, de poca calidad.

•Requeche: regionalismo uruguayo usado para designar sobras o restos.

• «Cantar la justa»:  dicho político del expresidente Jorge Batlle de Uruguay.

Frescura bendecida.

Usos y costumbres.

 

Dos juegos, Las estatuas y el Rango.

Cuando se recuerda la niñez de mitad del siglo XX, se piensa en un lugar con pocas teclas y botones. Supliendo lo comprado por lo imaginado, lo estático por el movimiento.

No es un resúmen de juegos que ya efectué con fotos de álbumes familiares, en Presentaciones como un homenaje a la infancia de otros niños, que me miraban interrogantes, desde sus cartones en blanco y negro.

Estatua.

» Figura, escultura, imágen «

Sin gastar un vintén, en base a agilidad, imaginación, compañerismo, núcleo familiar, playa, jardín, vereda, parque o plaza, con un poco de espacio bastaba. Dos, tres, cuatro niñas o más, un giro de brazo estirado y mano segura, y a pensar en lo visto; el pelo como cortina, los ojos de ensueño, y de los giros surgían  cantantes, estrellas de cine, o eras el Plié de piernas largas y seguras, y en el último lugar pensabas en el mármol. Tenía el nombre, que da el cincel a la piedra, con un alma infantil, que lo alejaba de la realidad. Sería como el comienzo de una escuela de teatro, con evaluación benigna, y quietud de pocos minutos.

El fallo. Adivinar lo que se representaba, ajustarse a lo que se quería trasmitir.

La sentencia sin ejecución.

La estatua caída, muchas veces sonriéndo, nos miraba desde el suelo.

La danza, del cuerpo ágil y pequeño, la imaginación robusta, que todo lo puede, lo controla y lo logra.

 

 

Foto de Stella

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El rango.

«Calidad, categoría, clase, jerarquía «

En cuclillas, contra el suelo, tratando todos de tener la misma altura, como si éso fuera posible, guardando distancia, esperando el salto.

El elegido, muchas veces después de discuciones de prioridad, soy el mayor, el más fuerte, el más ágil, o a votación; surgía el lider.

El salto, las palmas sobre la espalda del posible rival- obstáculo, las piernas abiertas, y ya está, uno tras otro hasta terminar. Si perdías, te trasladaban al final de la fila, agazapados todos, esperando el apriete de la palma. Ibas a la cola.

Teníamos reglas, y efectúabamos prendas al que no las cumplía. Algunas terribles como tragar sal gruesa, o ir de rodillas por un trecho.

La trampa, elevarse un poco, no seguir el nivel, moverse sin querer o queriendo, estirar la pierna. El escogido podía y muchas veces lo hacía, saltaba de costado, eludía diligente el mayor esfuerzo, dejaba sin chance al estorbo.

 

Cuando en las noches cálidas, veo parques llenos de ojos- celulares, que no miran ni la tierra que pisan, ni el cielo que habitan, siento una increíble necesidad de comparar éstos sencillos juegos, que se tenían al alcance del cuerpo que habitábamos, de la imaginación que presidimos, y los comparo con actos de la vida.

Idear en un giro a ser otro, imitando lo visto, bailando sin música, acompañados en nuestra soledad, pensando en que somos lo que ven los otros. Juzgando, eternamente comparando. Ilusionistas del presente.

Saltando sobre el otro, logrando en una zancada la altura establecida, haciendo la trampa, la zancadilla, o con clase, con calidad, saber perder en ésta vida.

Si enlazas el pasado y el presente, vas a quedar como yo, pensando que soy una bailarina, que juega con nubes agazapadas, que me elevo apoyando mis palmas en la espalda del cielo infinito, y que la estación, el color, el lugar y la música la elijo yo.

«Vestida de diciembre, de blanco, y de hilo.

Te espero en mis saltos, te aguardo en mis giros.»

Foto de Stella

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•Vintén. » Me resulta dificilísimo, definir un vintén. Pienso que a un tiempo esta monedita conseguía ser una maravillosa galera de prestidigitador, y el más enano y cruel de los sirvientes.» Carlos Maggi. » Gardel, Onetti y algo Más » 1964.

 

 

El operativo

Foto de Stella

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A Anselmo nunca le habían cerrado bien las camisas, siempre le quedó un ojo grande abierto, antes de llegar al cinturón.

El cinto ancho con una hebilla dorada de bronce y dos A entrelazadas, daban cuenta de su estirpe.

Colocaba los pulgares dentro del cinto y el ojo guiñaba mientras caminaba.

Cultivó con base de caña con butiá, todos los pelos enrulados del entorno, y en lugar de dejarlos habitar en la cabeza, los desperdigó en el pecho, brazos y piernas.

Ancho y alto, pinta de ombú, hombre de suburbio, se ganaba la vida en el puerto. Brazos  fornidos, piernas como columnas, hacían las delicias de las ofrecidas, como las llamaban en la zona.

Lo que no iba con él, ni con su mate con virola, y sus vasos panzones, era la voz. Vulgarmente aflautada, ni la bebida logró bajar el timbre de su voz. Como medida precautoria, hablaba lo necesario, se pasaba de señas, y palmoteo.

Hasta que un día le vino como un atragantamiento, le dieron unos buenos golpes en la espalda y nada, el decía. – Siento como un carozo en el cuello.

– Con tanto carozo, te va a salir algún ciruelo, bromearon los amigos. Un día se decidió  después de que quedó morado tosiendo. Los variados análisis  dieron con el carozo.

– Tiene un problema, un tumor en el cuello y hay que operar.

Anselmo se felicitó mil veces del tajo en el cuello, porque en» el operativo «, como él lo suele llamar, tenía algo que obligó a sacar más de lo pensado, y tocaron «el aparato sonador «, de las cuerdas.

Anselmo tiene ahora una voz de vieja en rezo, pura plegaria, y ahora asusta a las muchachas cuando masculla.

Muchas dicen que tiene voz de fantasma.

Sucedió lo imprevisible, en un día de cobro, y de reunión en el bar del Vichadero. Allí se jugaba fuerte al Tutte Cabrero, y los que ganaban la mayoría de las veces eran Anselmo y el Palenque. Pura seña, entre refuerzos de mortadela, caña, grapa y vino tinto.

Unos que no sabían nada de nada,  esperaron en la esquina, que algún palo pintado saliera.. La esquina había sido  local de una farmacia, que hacía mucho que estaba abandonada.

Quedaron como un recibo olvidado, los vidrios rotos para reclame, un cartel con los días de turnos de la zona, un Geniol y su tornillo, en una carcomida imágen de cartón, y un espejo. El espejo a la intemperie, dejó a la aspirina del tubo fuera de uso, y se fué manchando de gris y negro.

Espejo para el gualicho.

Anselmo salió acompañado de su compinche el Palenque, y empezaron a rumbear con destino al ómnibus. Dos para tí, y dos para mí, y una al  centro.

Lindo para verlos de lejos.

Cuando llegaron a la esquina,  los dos pungas quisieron hacer algo al tanteo, cuando ocurrió lo imprevisto. Poca luz, y la que había, dió sobre el espejo hechizado, y aparecieron dos Anselmos, dos Palenques, y dos ojos peludos, que salían misteriosos de los cuadritos de una camisa, pero lo que los echó a correr, » Como alma que la lleva el diablo » fué la voz de Anselmo, que como de ultratumba les decía  – Al que toque le corto aquello…Le corto el operativo y los dejo sin sonador.

El Palenque todavía lo cuenta en el bar, y todos se ríen porque lo bueno es ser valiente y sacarse el carozo a tiempo.

 

•Gualicho.  Lunfardo. Hechizo dañino, brujería, maleficio, daño con bebedizos o hechicerías..

• Caña con butiá.Básicamente consiste en la maceración de los frutos en azucar y en algún aguardiente o alcohol. El butiá, puede ser colocado en el aguadiente utilizado, entero, picado, crudo o hervido.

• Tute Cabrero. Es la variante del tute más jugado en Uruguay y Argentina. Se juega individualmente y pueden participar tres, cuatro, cinco o seis personas.

 

 

 

 

 

 

 

Angel Award.

 

Xipalí Santillán,»quiteño», «ecuatoriano», dice en el último escrito de su Blog, entre otros agradecimientos..

» Sin orden alguno, sino el de la impronta que han dejado en la memoria, enlisto a mis quince nominados para un premio, humanos creativos, del tipo de personas que podría uno hacerse acompañar en un viaje a Marte.»

Stella, infaltable. https://apuntodecaramelo.wordpress.com/2010/12/07/el-gorro-equivocado/

Así que mis amigos, queridos blogueros, fuí una de las nominadas, con el Angel Award, por éste escritor, y poeta quiteño.

 

 

angelaward

Doy las gracias e invito a leer a Xipalí Santillán, y comparto con todos ustedes, el delicioso perfume de una Gardenia o jazmín del cabo.

Hasta pronto.

Stella.

 

•Sitio web: Angel Award | Xipali Santillán (IP: 192.0.80.62 , 192.0.80.62)
URL: http://xipali.wordpress.com/2014/05/05/angel-award/

 

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