Cuando le cuente…

El espejo de los otros.

Foto de Stella.

Foto de Stella.

 

Enrique…Enrique…lo  llamó con toda su voz, y él sin responder, siguió su marcha apresurada.

Imposible seguirlo, aunque tenía unas ganas locas de charlar. Tanto años sin verlo.

Caminó hacia la casa de su hermana, contento de decirle que había visto a Enrique de pasada.

Cuando estaba por llegar, se topó, casi diría se chocó de frente, con Tony el del recuerdo increíble, el audaz.

– Tony, tantos años sin verte, supe de tí por Nury..Siempre igualito.

– Pero que alegría de verte Luchi; casi ni te reconocí, pero que bien estás!

Un abrazo fuerte, con los golpecitos en la espalda, de consolación.

– No lo podrás creer, hoy es el día de las casualidades, acabo de ver a Enrique caminando rápido, y lo llamé y no me sintió, y se me perdió de vista en el parque.

– Tú hablas de Enrique Jas?

– Sí, está como lo recordaba, con el pelo largo y renegrido, fuerte como siempre el petiso.

– No puede ser Enrique, murió hace como cinco años.

– Está igualito…Pero hablame de tí Tony, el otro día me acordaba cuando estabas en cuarto y te cargaste a Luisa, la de sexto, la alta y flaca. Para mí fué algo increíble, sería que yo estaba en segundo. Y tú tan pancho diciendo.  – Va a ser mi novia, y le voy a dar un beso. Un beso apretado en la boca!

– Te acordás de Luisa, y de lo del beso…le contestó con asombro.

– Para mí, no había nadie más audaz que tú, seguís así ? Sé que tenés una Empresa de Reciclado, pero no mucho más. Yo me jubilé, antes de tiempo por un problema en el oído izquierdo, y bueno me dediqué a mi hermana y mi sobrino y nada más. Yo nunca hice nada especial. Todo lo decía con el tono cansino, que había cultivado desde la juventud.

– No creas yo tampoco. Éso sí, me casé y tengo dos hijos que ya volaron del nido, y quedé solo con mi mujer, y nos fuimos de la casa grande a un apartamentito en Pocitos, frente al mar..Agrandado, en voz y en volúmen, entrecerraba los ojos, mirando por arriba de los lentes.

– Vivís en Pocitos, te animaste a vender la quinta, que era única. Recuerdo las dos anacahuitas que dejaban señorial la entrada. Siempre fuiste el caballero andante, el Cid Campeador.

– Siempre me animé, fuí muy emprendedor. Sabés quien fué mi novia y me casé a los diecinueve, contra viento y marea? La flaca Luisa, la del beso.

– Te casaste con Luisa. Qué bueno, realizaste lo que soñaste! Hundido el Luchi, en un asombro total.

– Esperá que te muestro una foto, que tengo aquí en la billetera.Tony le estiró la foto.

Luchi, se quedó mirando, la foto era oscura, y estaban retratados de espalda y no sabía cual de ellas era Luisa.

– Es la del medio.

Trató de disimular, no sabía si había sentido bien, y la conversación se había agotado en las presentaciones.

– Está muy bien, aunque se ve poco.

– Es muy sana Luisa, dijo afirmando el comentario.

Se despidieron con la promesa de verse, sin darse direcciones, ni fechas. El tiempo se estancó en el último abrazo, y en los pensamientos de cada uno.

Pero qué viejo, flaco, arrugado y tapioca que está Luchi, y eso que es menor que yo, además cree ver hasta los que se han ido, y tiene una vida quieta, de la hermana a los sobrinos…Vida espantosa de jubilado. Se está desarmando solito. Cuando le cuente a Luisa!

Pero como se ve de horrible Tony, tan panzudo, y pelado. Lo peor ha sido la estafa de Luisa, engordar de ésa manera y todavía mayor que él. Le costó caro el beso apretado que le dió la sanita; lo embretó desde los diecinueve. Para peor tener una Fábrica de Reciclados, y el dueño sin poder mejorar un poco. Qué foto de familia para mostrar andando por Pocitos ! Cuando le cuente a Nury!

 

 

Foto de Stella.

Foto de Stella.

•Pocitos

El barrio se localiza sobre la costa del Rio de la Plata  El barrio y la playa toman su nombre de la época en que las lavanderas acudían a ella, aprovechando las arenas limpias de la misma para lavar la ropa, haciendo pozos.

Se caracteriza por una arquitectura de edificios de apartamentos de 10 a 15 plantas que bordean el estuario del Río de la Plata,  Es el lugar elegido por la clase media y alta de la sociedad uruguaya.

La anacahuita es el árbol indígena más popular entre los uruguayos