Casas abandonadas. 11.
La puerta alta, oscura de cedro, cubierta de polvo estacionado. Un pequeño cuadrado de bronce calado, para el ojo vichador. Una voluta gruesa, valiente, contenía las fauces de un león. El timbre alto blanco insolente se ríe de los pomposos tallados.
Madera de noble cedro, guarda dos largos paneles de vidrio, contenidos en hierro negro.
Debajo de ella el escalón de marmól, competía con los bronces gastados de los manotones.
Formando una media caña, la imaginación en pomposa revista, dejó para el que pasa y avista, hojas de laurel, y una corona sin blasones.
Sobre el lugar, una manta cualquiera, unos papeles voladores, despedazados momentos de algún libro, hojas impías con números indiscretos.
Por eso, nada más que por eso, para que no escaparan las historias de amor, trabajo, dolor y éxito, cerraron con una reja, cadena y candado la puerta.
No miraron hacia arriba, donde los balcones de reja calados forman una cadena de bellezas artesanas,y las persianas de pequeñas maderas construídas, en rebeldía de años de desidia, en abierta indiscreción dejan entrar las estaciones, inclementes momentos, infinitas poesías.
Yo he visto hoy pasear, sin temor alguno, a los fantasmas que la pueblan. Agotados, cansados de esperar un resurgimiento, estaban quitando el cartel de se vende!
• Casa esquina y local comercial. Calle Andes y Soriano. Montevideo.