La energía de nuestra especie.

Usos y Costumbres.

 

 

Foto de Stella.

Foto de Stella.

 

Esperaban un varón rubio, pálido, de pelo enrulado, y ojos claros;  casi un angelito, pero con sexo… La partera les había dicho. – Es un niño grande y fuerte, se le sienten los latidos.

Las hermanas y amigas le hicieron la prueba de la cuchara, y ella daba vueltas entre el índice y el pulgar sobre el ombligo del vientre inmenso.

– Andá eligiendo nombre de varón.

Lo habían buscado tanto, en caricias y posturas, y luego en un delirio de épocas pasadas, miraron en revistas ésos niños rollizos, de cara redonda y aviso de Malta.

– Tenés que comer por dos. – Tenés esa mancha en el cuello, y eso es por algún antojo. Aunque ella ya no sabía como ocultar tanto tamaño, y lo único que le interesaba era dormir.

Se va a llamar Constancio Cecilio sentenció el padrino apoyado por el padre. No conocían a nadie vivo con ése nombre y podía ser un buen ejemplo, para recordar al escritor, y sus libros de tapas duras, y bichos con medias y moñas de colores.

– Va a nacer con el signo de Picis, se va a deslizar como un pescado.

Nació en un febrero cálido, hasta el agotamiento, después de casi un día de contracciones, dilataciones, brazos cruzados sobre el vientre, jadeos hondos y espera.. Llegó con el color morado y el desgarro, y el profuso sangrado.

Ante el asombro del té de tilo, del agua caliente, de jarras y palanganas esmaltadas, de sábanas y toallas blancas, las tijeras se adhirieron a  las manos fuertes, y ante la palidez de la tía, y el sudor perlado, al grito de la madre, nació una niña de renegrido pelo, lacio, y ojos grandes como platos.

-Tiene tanto pelo, que pronto se le puede hacer trencitas!

-Parece una gran hormiguita morada, un poco oscurita y gordita.

– En cuanto se le estire la piel se aclara. Aunque en ése momento parecía que iba a explotar de rellena, y lloraba a lo marrano.

Ante el milagro, se conformaron todos con la sanita, desde de la cama con elástico que tanto hicieron chirriar, al sufrido cotín a rayas del colchón de lana aplastado tantas veces, hasta la noticia que encontró caminando al padre por el jardín, abanicándose con un rancho de paja.

No esperaban al heredero de una dinastía, ni de una herencia fabulosa, ni siquiera la continuidad de un apellido ilustre. Les llegó el chasco, le fracasaron todas las pruebas del vientre en punta, de las caderas anchas, de la cuchara al péndulo, el horóscopo y el pescado, y el del fantástico e infalible orden del orgasmo. Si lo tuvo primero la mujer era varón, si fué el hombre, niña. Nadie decía esa palabra, no porque no supieran de su  existencia en la vida y en el dicionario; muchos hicieron carrera con ella;  era digamos una confesión de oscuridad compartida, nadie discutía sobre temas complejos, eran dichos de comadrona.

En Uruguay nacen muchas Hormiguitas Viajeras con sed, llevando el pan bajo el brazo o sin él, pero todas van en busca de su casa.

 

 

Foto de Stella

Foto de Stella

 

 

•La Reina. -Eres un buen ejemplo de la energía de nuestra especie.•

•Constancio Cecilio Vigil, fue un escritor de literatura infantil y empresario uruguayo. Nació en Rocha, Uruguay, el 4 de septiembre de 1876 y murió en Buenos Aires el 24 de septiembre de 1954

•MALTA MONTEVIDEANA.

Los inicios de la producción de cerveza en Uruguay se remontan a 1866, cuando el hamburgués Conrado Niding inauguró la Cervecería Popular. Su espíritu pionero fue continuado por su compatriota Friedrich Mux, y por el austríaco Eduardo Richling, lo que derivó, a fines del siglo XIX, en el nacimiento de las fábricas Nacional y Montevideana, luego fusionadas en Cervecerías del Uruguay, una célebre firma de su tiempo. Entre sus productos destaca la Malta Montevideana, una bebida reconstituyente dirigida a los niños.

Autor: anónimo.