Luz inquieta.

 

Mañana de luz inquieta. Filtrada por las persianas, se entretenía en formar óvalos iguales, que danzaban sobre los papeles.

Un secreter, un escáner, máquinas fotográficas, un PC, un block y una birome. A un costado descansando en soledad, los libros dormidos en diferentes planos, de varios estilos, épocas y temas.

Austero el sitio, solamente la imaginación, recargada y barroca, vulgar y simplista hasta la obviedad, dieron al lugar una ecléctica personalidad.

Machacona la curiosidad de saber lo que no es aplicable en el diario quehacer, en la rutina, dejaron sobre un antiguo sillón, los ropajes innecesarios, casi como si fuera una vitrina.

Ya casi sin óvalos, se hizo difusa la luz, la mano se cansó del apuro de la mente.  La loca de la casa se concentra, se abstrae, no piensa en los adioses, en el despido, deja de lado la angustia, y como buena secretaría, escribe en negrita…

Para el que quiera leer

La luz es plena, indiscreta, atraviesa las máquinas, las hiere, el papel comienza a amarillar, se contrae, la birome insulta en el azul, y las manos, caen sobre el teclado…

Busca el color, el ojo ayuda, se entrecierra, y sueña en rojo, verde, azul.

Comienza nuevamente, el momento es tremendamente íntimo, tanto como su desdicha, como su superación, su satisfacción al realizarlo, su base en el escritorio, su fondo de color, su propia imágen..

Los papeles sin letras de un block de apuntes, se despliegan en blancos y grises, se superpone lo superfluo sobre lo lucrativo, lo vulgar de lo selecto, es toda una quimera ordenarlos por valores, una utopía de la mente, de la visión, de la mano, del entorno.

En un clic la imágen impera, se desvanese en un fondo claro ilimitado, no hay zoom que acerque los amores, que enfoque los olvidos, no existe la representación perfecta, la luz no engaña, no miente, no alisa las arrugas, es la mano del hombre la que marca el ritmo de la danza, la luz pone la música y te arrebata el alma.

P1000835 - copia

 

 Foto de stella.

Con éste…

Mauro, me pidió un cuento barrial. Él se encuentra en otro país, así que espero su comprensión, porque el piensa hallar realidades, que no se si puedo trasmitir.

 

 

 •Inflación. Nombre femenino, incremento excesivo de algo.

 

Había sido tan criticada, por su vida privada, que más que el amor o la afinidad con Tito, la llevó la revancha. – Con éste voy a dar...el gran salto.

Pero el éste, no era el bonachón de Bruno, con más panza que cerebro con el que compartió tres años, y tampoco era El Julio conquistador y empedernido mujeriego por el que dejó a Bruno, ni era uno más de los tantos chascarrillos juveniles.

– Llego a los cinco años!. pensaba, con una Victoria grande, para alguien que se sabía, la reina del resultado adverso.

Tito era el típico; me las sirves todas…o te las doy todas juntas.

Empezó con  un verano tórrido, ardiente, vulgarmente abierto,  y terminó ése mismo otoño, en la comisaría Séptima.

Cuando le avisaron a la madre de La nena, que pasara a buscarla porque no se sentía bien,

Jacinta llamó a la hija menor La Beba, que era la consejera y daba siempre en el clavo.

– Vamos a buscar a tu hermana a la Séptima, estoy segura que el Tito ése, me le ha dado unos chirlos,…yo siempre le ví cara de desgraciado..

– No sé mamá, ella también tiene un carácter pronto, la malacostumbró Bruno.

– Se hubiera quedado con él, total para acostarse con El Julio no necesitaba dejar la casa, el reparto, el autito…y la doña iba enumerando las cualidades de Bruno, mientras se ponía un abrigo y cada ojal era un suspiro de resignación que eclosionó al cerrar la puerta con el candado.

 

Foto de Stella

Foto de Stella

La Comisaría, las recibió con mucho papelerío y acción. Los dos bancos largos, de madera y caños de hierro, contenían a varias personas, angustiadas, asombradas, furiosas.

Pura gente protestando. – Me robaron la cartera…-  Me punguearon en el ómnibus…- Perdí la cédula de Identidad…- Me chocaron…Gente discutiendo en un rincón, un abogado convenciendo a un cliente…Un borracho durmiendo en el extremo del banco.

Colorido y surtido el lugar, con ruido de sinfónica, y con número para ser atendido.

– Vengo a buscar a La Nena, me llamaron hace un rato, dijo doña Jacinta C.. con su timbre de voz finito y potente de bicicleta.

Usted es Jacinta C…espere voy a buscar al Comisario, dijo el policía, con cara de cansado.

– Viste, dijo Comisario, debe estar lastimada la pobre o la llevaron al Clínicas o al Policial..

– Calmate mamá, esperá. Donde estará el Tito ? Hay tanta gente aquí !

Llegaron dos chicos descalzos, pálidos de miedo, diciendo que le habían sacado las mochilas, las camperas y los championes.

Donde fué eso, preguntó un policía, mientras les tomaba los datos.

Aquí a la vuelta, tenían un arma, nos apuntaron y se reían de nosotros, diciendo…_ Vayan a contar a la Comisaría que los afanamos…

Doña Jacinta en la espera comenzó a hablar sola…- El degraciado ése..el chicle, iba de una muela a otra, con ganas de salir chiflando.

– Señora el desgraciado ése como usted dice es el que está en el Hospital, bastante machucado, como para pasarse un día, y a su hija ahora se la traigo y se la puede llevar porque él herido no hizo cargos, le dijo el Comisario.

Cuando apareció, en el medio del batuque, con ése cuerpo cimbreante, y a pesar del frío reinante, con el primer botón desprendido, muchos se dieron cuenta al verla, que la violencia doméstica tiene diferentes apreciaciones.

La nena tenía ese canchengue en las caderas, tan valorado en el tiempo en que no se usaba estar mal alimentado.

– Qué pasó? dijo la madre.

– Qué le hiciste? dijo la hermana.

– Nada se resistió.

– Porqué?

-Porque no quería trabajar.

– Ya decía yo que era un puerco, que no me gustaba. El chicle saltó sin más al piso.

La hermana menos condicional que la madre preguntó.

– En donde querías que trabajara el Tito ?

– Hay que mantenerse o no? Nada de blanditos; se negaba porque…» ésto huele mal, y lo otro que está pasado, o que dobló el codo.» Si hay laburo, hay que aprovecharlo,y ahora está cerquita en la esquina, con el grupo de muchachos que formaron una peña buenísima , «Los taxi boy». Hay que saberse ganar el pan..como yo.

– Tenés razón Nena respondió la madre. Con la inflación que hay!

.- Y si le hablás al Bruno dijo La Beba,  aunque te importe un bledo, y lo convencés de que fué un error, porque que te equivocaste de verdad con éste, es muy melindre…le dijo la hermana.

El borracho se despertó saludando a todos con » el buen día su señoría » y se vino colorado como estaba derechito hacia La Nena, que le dió un empujón que lo mandó trastabillando hacia el mostrador.

Enseguida se dirigieron hacia la puerta. Las tres mujeres, se dieron de cara contra el aire helado, de un otoño que no perdonaba a nadie, y desde ahí vieron el auto de Bruno estacionado.

-Mirá! dijeron La beba y la madre. Bruno debe estar haciendo el reparto . Andá Nena, aprovechá la boleada, y además preguntale si no tiene algunos pan con grasa, para el matacecito de la tarde.

La calle las estaba aguardando, La Nena marchó hacia el auto de Bruno, caminando por la vereda de baldosas desiguales, sin nivel, llevando sobre sus tacos altos y finos,  su agrietado paso…

 

Foto de Stella

Foto de Stella

 

 

 

 •Chirlazo. Golpe que se da en la nalga con la mano abierta

•Clínicas y Policial. Hospitales de Montevideo.

•Batuque.Modismos de Uruguay y Argentina, Barullo, desorden, bochinche, escándalo, enredo, mezcla.

•Canchengue.  Es un estilo de baile del tango opuesto al tango de salón. Es una manera de caminar arrabalera, de candensiosos movimientos de cadera.

•Laburo. Trabajo . Lunfardo. Expresión usada en Uruguay y Argentina.

•Boleada. Criollismo. Efecto de tirar las boleadoras- Aprovechar el momento.

Un eterno deambular.

Plaza de Los Treinta y Tres. Barrio " El Cordón" Foto de Stella.

Plaza de Los Treinta y Tres.
Barrio » El Cordón»
Foto de Stella.

Siempre tuvo la bendita idea de que a ella nadie la miraba. Como se sabía libre con respecto a eso, se vistió con lo que entendía hermoso. Lo lindo no es para todo el mundo igual. Así que flores multicolores en la ropa, zapatos y carteras de texturas raras y tonos estridentes, y sumamente alhajada, hicieron de su figura un ícono de un gusto dudoso.

Reina del Campo de Marte, fué ese corso a contramano del que hablan muchos, a raíz de un desengaño sentimental.

La empezaron a llamar la cotorrita del Cordón, porque predominaba el verde entre tanto color.

Cordón de mojones idos..a un tiro de bala de cañón. Ése fué su sitio, su Ejido.

Lo agradable  que decían era su casa. Un aristrocrático recinto que llenó de flores, en  una eterna primavera. El indiscreto sol entraba por los vitrales de colores, y se descomponía en su  interior.

Nido de pájaro carpintero, con revestimientos de madera, y múltiples adornos.

Cuando empezó a envejecer, al no poder ver su piel con algún signo de cansancio, suplantó años, por pintura. Así surgieron sus grandes ojos, desde ventanas azules, donde en lugar de cortinas estaban sus pestañas renegridas  y como marco y pestillos de las mismas, un negro profundo, que se unía en la cejas.

Se veía  tan hermosa, con su cara de carnaval eterno, con sus labios carnosos de un rojo intenso.

Cuando su cuerpo viejo se hizo pequeño, la curva de su espalda dió tributo a la tierra.

Peregrina de la calle, un canto sin sentido, un deambular incesante por un sitio, y el golpetear  de un pájaro buscando nido.

Llegando al último adiós, se la vió de oscuro en cavernosa búsqueda, empezó  a dejar para otros  los colores, las flores, los sombreros de paja, los abalorios.

Y sus ojos abrieron las ventanas y sus labios se llenaron de suspiros.

Foto de Stella. Barrio " El Cordón "

Mirador. Barrio » El Cordón » Foto de Stella.

Nota. Fué un ser extraño que hace muchisimos años recorrió las calles del Cordón, por la Avda. 18 de Julio. Para éste pequeña historia me basé en relatos familiares. La foto que antecede no significa que la dueña del cuento haya vivido ahí. Simplente es para que conozcan algo de la antigua edificación del barrio » El cordón »

Pinceladas del Cordón

En el año 1750, por orden de la Corona Española el día 15 de abril desde los Portones de la Plaza Fuerte Montevideana, se disparo un tiro de cañón, que marcó la extensión de tierra que debía dejarse despoblada, sin obstáculos en caso de ataque o guerra, donde no se podía construir. Aquella franja de tierra que tenía la dimensión de la distancia a que llegaba la bala de un cañón (600 toesas) y desde allí se establecieron los mojones que delimitaron ˜El Cordón˜