Siempre tuvo la bendita idea de que a ella nadie la miraba. Como se sabía libre con respecto a eso, se vistió con lo que entendía hermoso. Lo lindo no es para todo el mundo igual. Así que flores multicolores en la ropa, zapatos y carteras de texturas raras y tonos estridentes, y sumamente alhajada, hicieron de su figura un ícono de un gusto dudoso.
Reina del Campo de Marte, fué ese corso a contramano del que hablan muchos, a raíz de un desengaño sentimental.
La empezaron a llamar la cotorrita del Cordón, porque predominaba el verde entre tanto color.
Cordón de mojones idos..a un tiro de bala de cañón. Ése fué su sitio, su Ejido.
Lo agradable que decían era su casa. Un aristrocrático recinto que llenó de flores, en una eterna primavera. El indiscreto sol entraba por los vitrales de colores, y se descomponía en su interior.
Nido de pájaro carpintero, con revestimientos de madera, y múltiples adornos.
Cuando empezó a envejecer, al no poder ver su piel con algún signo de cansancio, suplantó años, por pintura. Así surgieron sus grandes ojos, desde ventanas azules, donde en lugar de cortinas estaban sus pestañas renegridas y como marco y pestillos de las mismas, un negro profundo, que se unía en la cejas.
Se veía tan hermosa, con su cara de carnaval eterno, con sus labios carnosos de un rojo intenso.
Cuando su cuerpo viejo se hizo pequeño, la curva de su espalda dió tributo a la tierra.
Peregrina de la calle, un canto sin sentido, un deambular incesante por un sitio, y el golpetear de un pájaro buscando nido.
Llegando al último adiós, se la vió de oscuro en cavernosa búsqueda, empezó a dejar para otros los colores, las flores, los sombreros de paja, los abalorios.
Y sus ojos abrieron las ventanas y sus labios se llenaron de suspiros.
Nota. Fué un ser extraño que hace muchisimos años recorrió las calles del Cordón, por la Avda. 18 de Julio. Para éste pequeña historia me basé en relatos familiares. La foto que antecede no significa que la dueña del cuento haya vivido ahí. Simplente es para que conozcan algo de la antigua edificación del barrio » El cordón »
Pinceladas del Cordón
En el año 1750, por orden de la Corona Española el día 15 de abril desde los Portones de la Plaza Fuerte Montevideana, se disparo un tiro de cañón, que marcó la extensión de tierra que debía dejarse despoblada, sin obstáculos en caso de ataque o guerra, donde no se podía construir. Aquella franja de tierra que tenía la dimensión de la distancia a que llegaba la bala de un cañón (600 toesas) y desde allí se establecieron los mojones que delimitaron ˜El Cordón˜
Llevas de la mano al lector y con tus fotos nos ubicas en el sitio del Cordón. Allí iba o venía la mujer que sabía que en ella nadie se fijaba. Gracias por compartir querida amiga y muchos besos y rosas para ti
Para que conozcan algo de mi ciudad, saqué algunas fotos, y relaté una historia que me contaba mi madre.
Gracias por las flores, y más en ésta época escasa en rosas.
Un fuerte abrazo mi querido amigo.
Hasta pronto.
Hay personajes que dejan su huella en ésas calles en ésos lugares……..
Un Abrazo Stella 🙂 .
Hay varios, recuerdo una cieguita pidiendo con su madre, que ahora la sigo viendo sola. Triste, en el mismo lugar después de tantos años.
Un abrazo y hasta pronto.
En un terreno distinto donde el cordón se pudo romper un día, decidió llegar más lejos, liberándose de ataduras sociales y familiares, pues quería envejecer en compañía, aunque no le alcanzó el tiempo.
Tu poema me ha llevado de la mano a recordar a mi querida tía Nephtalí.
Un abrazo.
Me alegra que mi relato te traiga recuerdos familiares. Me encanta el nombre Nephtalí.
Un abrazo y hasta pronto.
Me encanta la gente fuera de convencionalismos.. solo espero que haya sido feliz
Siempre vas a ver personajes que se saltean los convencionalismos.
No sé si fué feliz, esperemos que sí.
Hasta pronto.