Cuento breve.
– Soy Esteban T…dijo
La puerta alta, antigua, se abrió totalmente y franqueó el paso. Toda la pieza se impregnó de olor a tabaco.
La joven, se lo quedó mirando, esperando alguna palabra del hombre.
– Tome asiento, si gusta .
– Carmela, estás grande niña, más de lo que imaginaba.
– No soy ninguna niña, tengo veintitrés años. Lo que pasa es que hace mucho que usted no nos visita, me costó reconocerlo.
– Que no vengo por éstos pagos hace doce, es que cada vez se me hace más difícil. Yo cada vez camino más lerdo.
– Y Agustín su hijo como está? Yo le recuerdo alto, pícaro. Me gustó la última vez que estuvo, cuando lo trajo para jugar conmigo.
– Agustín…y el viejo se fué inclinando como soslayando a un arrebatador viento…- Partió hace unos ocho meses.
– Partió hacia donde se fué…se fué lejos?
La voz del hombre llegaba desde lo profundo del pecho, cómo si la culpa de la ignorancia fuera compartida.
– No te habló tu madre, no te contó que el caballo lo tiró porque se le enredó una pata, en el momento en que Agustín abría la portera y pegó la nuca contra una piedras.
La voz se hizo aguda en el asombro, sin importar la muerte.
– Usted habla con mi madre?
El viejo se la quedó mirando, con sus ojos acuosos, sus surcos, sus infinitas manchas, sus dientes amarronados.
Callado, abrió una tabaquera de goma que se cerraba en espiral, y las curtidas manos, comenzaron con el ritual.
Por primera vez Carmela, vió en esos rasgos todo lo ignorado, pero fué el olor fuerte a tabaco, el que despertó vivencias.
Ahora compartían el silencio..
El lento armado del cigarro de chala, el yesquero a nafta, y luego el humo gris, ácido le fueron redondeando las respuestas.
¡Qué hermosa y tierna pintura! Los olores tienen ese efecto evocador que nos lleva a momentos, nos devuelve pasados y nos reconcilia con la vida. ¡Gracias por escribir!
Muchas gracias. Me empujas a seguir.
Un abrazo y hasta pronto.
Brava la foto. Creo que es de una casa abandonada. Me gustó la clausura de los ventanicos, que algún grafitti, convieritió en una cara, que mira al que pasa.
Un abrazo y hasta pronto.
Es un relato que impresiona por su ritmo y sus imágenes.
Un Abrazo Stella 🙂 .
Mi respuesta Joaquín quedo más arriba.Lo lamento.
No hay mejor manera de empezar un viernes que pasándome por tu blog Stella. Me encantan tus relatos, tus diálogos que siempre consiguen meterme en la escena como si fuese yo un espectador o participante más. Precioso el de hoy como todos, enhorabuena una vez más. Gracias y un besín.
Bueno, espero que mis relatos de los viernes, sigan mejorando.
No sabía que foto ponerle, y le busqué esta un poco terrorífica.
Un abrazo montevideano.
Hasta pronto.
A veces no hacen falta las palabras no? las sensaciones lo dicen todo…
Bonito relato Stella!
Los silencios, los olores que traen los recuerdos..
Un fuerte abrazo y suerte con tu relato.
Hasta pronto.