Uno frente al otro.

 

Uno frente al otro, el desayuno y los diarios.

Con ese hablar cansino cuando no se espera contestación, él dice: – Anoche tuve un sueño corto y disparatado. Estaba con mi madre y le comentaba que te habían robado la esfera del reloj;  yo veía tu muñeca, la correa de cuero, y un redondel en el mismo cuero, donde había estado tu reloj. Le decía a mi madre ;  – le han robado la esfera y estaba pegada! Seguro que era chino, y ella repetía

–  Le han robado y no se dió cuenta!

Ella levanta la cabeza, lo mira, pero él ha dejado de hablar y sigue leyendo el diario.

– Tan disparatado no es, con todos los robos que hay, dice ella por seguir el diálogo. Aunque en sueños le haya dicho despistada su difunta suegra.

Él ya ha dejado de oirla, sigue en su ritual, leyendo los grandes titulares, donde señalan los robos en el Este de alhajas que ni siquieran entraron al país, el privilegio de tener la nafta más cara del Cono Sur, lo malo de tener saleros a la vista en los restoranes; ahora hay que pedirlos, la santa esposa que mata al marido a martillazos, y ya había matado al primero, degollándolo con un hojilla de afeitar,  la regulación de la Marihuana y lo bueno y conveniente que es saber como es y que te enseñen a plantarla en el Latu, los presos de Guantánamo, y el barrio Sur, y como le dan de cascotes los Teros a sus rivales chilenos.

Comportamientos ejemplares según la crónica.

Ella bebe su leche helada, hay toda una página sobre la protección de la piel, lo que hay que comer en el verano, y los dos litros, por lo menos de agua por día que hay que tomar, y el cuidado que hay que tener con respecto al sol.

Los mejores protectores le hacen guiños desde la página, y baila una ensalada multicolor, dirigida por una orquesta de palmitos.

No hay nada que levante más el espíritud, que leer el diario en la mañana!

Recuerda a su tía lagarteando al sol, los jugos de zanahoria para dar color a la piel, y el aceite de coco como único lubricante, para hacer milanesas debajo de la sombrilla con maderamen, y el sol del mediodía levantando ampollas.

Se ve jovencita haciendo piruetas y columnas de seis y hasta de ocho amigos en ése mar bendecido;  las tablas de colores de Malvín, cuando todos se creían que sabían surfear, remontando olas, o nadando en las piscinas de Trouville en comunión con el mar..

Él se levanta, abandona todo sobre su lado de la mesa, se le acerca y la besa.

– Creo que hoy no te saludé le dice, y se aleja rumbo a su quehacer..

La mujer, vuelve a esas páginas con consejos que todo lo solucionan y lee un pequeño artículo llamado:

Las cinco trampas para mantener la llama del matrimonio…No es de Coelho…

Mira ésa lámina con ese fuego incontenible, y le entran unas ganas inmensas de quemar ese reloj, que no sirve;  porque  son las ocho y media de la mañana, de un día que será largo, igualitario, donde se hundirán las horas.

Él tenía razón, le han robado la esfera…y todo lo demás, puro cuento chino.

 

-antigua-postal-picinas-trouville-r765-1637-MLU11471864_9913-OLas piscinas de Trouville, comenzaron a desaparecer, parquerizando el sitio la IMM, a mediados del año 2004. En la foto aérea, se ve la pequeña distancia que mediaba entre las piscinas y el mar.  ( Foto Postal )

*La playa Malvín es una de las más tradicionales del cinturón costero de Montevideo.  Frente a la costa se divisa la Isla de las Gaviotas, una formación rocosa que da un encanto especial al paisaje.