Desnuda a pesar de las vestiduras, taladrada de soledad, sin abrazadera alguna se hunde de pie;
la bruma le impide recordar cabalmente el dolor de los errores o la alegría de los aciertos;
divisa en la cinta plateada del horizonte, que él le sonríe, y se sabe cubierta, y segura al creer en la falacia de un posible punto de descubrimiento.
Abuela, que lindo cuento. Me encanto.
El abuelo esta con nosotros en nuestros corazones. Y algún día todos nos encontraremos.
Beso gigante.
María
Un abrazo sereno … profundo, Stella.
Hermoso escrito querida amiga, me encanto la última estrofa o frase… la esperaza siempre es la que nos sustenta, bendita esperanza. Un abrazo gigante.
Te abrazo en silencio y comprendo. besos y rosas querida amiga.
Un Fuerte Abrazo querida Stella, muy muy solidario… 🙂 .
Qué bellas estas líneas…. Por lo que leo en el comentario de tu nieta es algo que te afecta directamente. Un abrazo grande Stella