En la mitad de un profundo sueño, un grito lo expulsó de él.
Era un llamado agudo, finito.
Los ojos buscaron en la penumbra donde aferrarse, y la mirada, poseyó el silencio oscuro, denso.
La soledad extendió sus alas sobre los caminos transitados de ausencia;
comprobando que nadie responde, ni auxilia a los otros contra sueños perversos y efímeros.
Sentía el llamado, constatando con escalofriante asombro que el grito ahogado le pertenecía.
Él encendió los cirios. Se cubrió, y fue suya la peregrina idea del regreso.
Me deja pensativo, es acaso él que quiere regresar del inframundo?
Como tú lo interpretes, así puede ser.
Hasta pronto Rub.
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Eres grande, Stella, muy grande … esa descripción me ha hecho pensar y … y me ha emocionado.
Un abrazo
Muchas veces los gritos ahogados, a no los oímos, o sentimos, y son nuestros. La peregrina idea de quedarnos, muchas veces se va con el sonido agudo, finito que emitimos.
Un abrazo fuerte.
Muy interesante .Besos Stella. Elssa Ana
Muchas gracias. Un abrazo fuerte.
Hermosas, hermosas estas líneas, me han encantado. Un abrazo Stella!
Gracias Eres un encanto. Un abrazo