Casas abandonadas XI.
La cúpula, era un mirador para apreciar la cercanía de un arroyo y sus parques. La azotea con balustres, y las dos plantas con galerías en forma de herradura, mostraban el eclecticismo que se apreciaba en la fachada.
Una esquina con salida a tres calles. Una avenida recibía a los visitantes por un gran portón de hierro con volutas, y al abrirlo te convidaban con un jardín perfumado por magnolias, y un alto muro perimetral cerraba la visión donde estaba situada la puerta trasera, y otro gran portón para que entraran los proveedores y los carruajes.
Época de un Montevideo con enaguas, cuando muchos de sus habitantes se sentían franceses, y todo se reflejaba, en la vestimenta, las casas, los mobiliarios, los jardines.
Hoy la retraté en su agonía, antes de que quede ese predio hermoso despejado del todo, y los añosos árboles, sepan de su muerte anunciada.
Están quedando como testigo mudo de la dejadez de la ignorancia, dando todo por perdido, un portón, las columnas, adosados a su muro, la maleza, los árboles, y los nidos.
Después de todo el secreto es mirar hacia arriba
y ver cómo las nubes se disputan las copas
y ver cómo los nidos se disputan los pájaros.A la izquierda del roble – Poemas de Mario Benedetti
Precioso, son huellas imborrables… Me ha encantado, tanto las imágenes como las referencias.
Es que Montevideo tiene muchísimas viviendas abandonadas. Trato de sacar fotos de lo que pronto no va a existir.
Un abrazo.
Tido se va. La vida de la casa se fue y solo quedan las hierbas parasitas que asfixiaran el tejado. Besos y yosas por doblete por tan bellas fotos.
Las hiedras han tomado posesión de la casa, queda aún una parte de las dependencias de servicio en pie.
Gracias por las rosas, estaba extrañando al mensajero..
Un abrazo fuerte.