Palabras

El diario y el temblor de las manos, las letras con un golpe certero la obligaron a cerrar los ojos.

Coces en el corazón presente y en el eco del ausente; mientras la memoria vestida de follaje, deja decantar su voz entre el amor y el deseo.

Vuelven las palabras y la fustigan, y hacen único el momento.

 

» Si nos ven, bendito sea al que le importe, yo soy a tu piel un pasaporte. De mi mano entrarás al sustento del verde, a la raíz, a la semilla. Es nuestro otoño insolente decías, con ése amor adolescente que estallaba en oro en tu mirada.

Si giras la cabeza sentirás la envidia que se enzarza, entre las hiedras trepadoras, ésas que ahogan al tronco más fornido, y lo secan, y mutilan las ramas. Por éso hay tantas hojas moradas;  son las lenguas de los otros que yacen aquí, en éste parque.»

Las palabras, ruedan, giran, le llegan al cuello, la ahogan, la enlazan.

 

– Mamá..mamá papá te llama, dice que es la hora de los medicamentos…

Mira la a la adolescente, y se reconoce, en otro tiempo en otras circunstancias.

 

Resuena el blister, toma su mano dos píldoras amarillentas, el vaso con agua la salpica de realidad;  mientras su mente habla otro idioma:

» Vísteme , con el canto de las horas perdidas, entre caricias dadas, y tantas recibidas; hazme un sitio en éste otoño despoblado y vacío.»

Camina.

– Mamá te estás mojando. Dame el vaso que yo se lo alcanzo. Estira las manos y hace la entrega.

– Ya estoy contigo– dame un momento– dice  casi susurrando; se siente indecente, desnuda; frágil

 

 

Foto de Stella

Foto de Stella. Serie Blanco y negro.