La jóven acaricia su celular..
«Lo llamo o no lo llamo…Él me tiene pendiente… Sabe que lo estoy esperando..»
Reflexiona y duda..
Lo aprieta fuertemente, lo estruja, lo acorrala, y la brillante carcaza, con su pantalla iluminada, se estremece, y en un impulso suicida se resbala y cae del bolsillo, con los ojos puestos en un listado de WhatsApp.
Se rompe en grandes trozos los mensajes dados y los no recibidos, y los números saltan desapercibidos, pero sigue el azul, pulsando el jóven corazón. No cabe la indiferencia en pocos lustros, sólo la desazón momentánea, del llamado instantáneo.
Se levanta al espía, y el chip rápidamente será remplazado de lugar.
De angustia en angustia, y un click, y otro mensaje y dos rayas verticales, dejarán desnudo al nuevo emisario.
Me encanta, es precioso el escrito.
Gracias. Bienvenido Junior!
Muy bueno, mi querida amiga, los objetos van cambiando, pero los sentimientos, siguen igual.
Abrazo de luz desde México
Me quiere mucho, poquito y nada.
Ahora se persigue con celular.
Un abrazo fuerte.
Jajaja, así es, msj, Whats, Msn o llamada, pero siempre es lo mismo, como cuando se deshojaban margaritas.
Abrazo de luz
Y así dejábamos el jardín sin flores..Se cambian los sistemas, el fin es el mismo..
Un escrito excelente querida Stella.
Un Fuerte Abrazo 🙂
Pequeñas comparaciones.
Un abrazo fuerte
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