Saul, sabe algo de lo que le dijeron en la escuela, que hoy lunes se celebra la Jura de la Constitución. La maestra leyó unos artículos y le dijo que se juró del 18 de julio de 1830.y que dice.» Todas las personas son iguales ante la ley, no reconociéndose otra distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes.».
Que todos ellos eran iguales a todos los otros niños, de otros barrios…
.- Como los de Pocitos ? preguntó uno de la clase…y la maestra les dijo que sí..Para Saúl lo que pasa es que…Es …Muy pero muy vieja..No la maestra, la Constitución.
Su padrastro, no va a salir con el carro y el caballo a recoger los cartones del Ministerio, y algo más, y su madre no va a ir a limpiar a lo de la doña, porque hoy no trabaja nadie.
No hay escuela desde el viernes, no hay almuerzo y merienda. No hay nada.
La nada para un niño de ocho años, es un chiflido largo y angustioso, que le hace ronda en la barriga. Está abrigado tiene bufanda y gorro, pantalones largos de polar y unos championes chinos que le regalaron el día de su cumple, y desea ansioso le duren mucho, porque sabe que no va haber otro, aunque se le abra la punta.
Juega con las piedras, las tira lejos, apunta al enrejado, y chillan las latas, donde hacen valla para tres chanchos que gruñen en el chiquero; ladra Prohibido el perro del vecino, hasta que furioso sale el Cholo y le grita desde la puerta.
– Cuando te agarre, te hago moco!
Insulta, y parece por momentos que se va a ir a las manos, pero es bueno, muchas veces le regala guiso o lo que le sobra para la cena.
Su madre lo llama.
– Hay mate con leche, pan de chicharrones y dulce de boniato.
Hoy hay desayuno, y almuerzo y si el Cholo hiciera polenta o guiso, o tortas fritas, se ligarían una cena.
Hoy son ricos!
Con un frío que no perdona, acuna a el mate galleta, pone la leche azucarada, levanta y gira la bombilla que tiene una flor con una piedra roja en el centro, y el posa mate está confeccionado con un alambre revestido en hilo. Lo hizo en primero de escuela para el día de la madre, pero igual quedó para él y Virginia, la más chica y la más ladina de los tres.
Chupa, y muerde el pan, traga y siente el calor dulce que le llega al alma. Hoy aunque no la entiende bendice a la Constitución, por las dudas..
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