– Es la casa que tiene muchos escalones a la entrada. No hay como equivocarse.
– Gracias, estoy decidida a verlo y contarle la verdad. Hay situaciones que no se resuelven por terceros.
Los lentes se resbalan, la mirada casi agotada responde
-Demoraste mucho, dejaste pasar los años. Me han dicho que él no es el mismo. Tiene fama, dinero, poder. No lo he visto, y no quiero saber más de su vida. Averigüé el domicilio para hacerte un último favor. No me menciones, y no vuelvas a contactarte conmigo.
– Te hizo mucho daño. Fuiste a la cárcel por culpa…
– De los dos Rita, de todos. Lo planeamos juntos, a él le salió bien, a mi regular, a Sonia le costó la vida y a tí nada..nada..Tú escogiste a quien servir.
– No fue tan así.
– No me mientas a mí, porque fuimos resaca, y él puede fingir ser ahora un Tannat estacionado.
Se despiden; tienen en común un pasado turbulento, ninguno de los cuatro era mejor que el otro.
La escalera ancha sin pasamanos, abierta a la vista, pintada color sobre color, rojo, gris, morado, azul, rosa, negro, ningún escalón igual al otro, y ninguno similar en sus partes, y cada tanto un foco desigual de luz que indica un largo recorrido. Allá al fondo al terminar la aventura, un reja guarda la entrada y como vigilante de emociones, lejos la puerta de dura madera.
Alza la mirada, la casa se pierde entre la vegetación.
Sube la escalera trabajosamente, resbalándose, bebiendo el color mezclado a grandes sorbos. Guarda su secreto. Aunque tiembla, y teme, se acerca a el pasado con alevosía.
La detiene la reja, con sus volutas y sus hojas de acanto. No hay timbre, llamador, o campana, ni bisagras, cerradura, o pestillo.
Nadie se pregunta donde está, nadie la buscó, nadie la encontró, no hubo reclamo sonoro alguno, no existió la voz de auxilio del secreto.
o
Ningún escalón es igual y cada uno guarda su secreto… Me encantó. Un abrazo, amiga.
Muchas gracias.
Un abrazo largo hasta donde te encuentres mi admirada Julie
Leerte es algo distinto, Stella, es como si pudiera ver lo que escribes … esos relatos, como me gustan
Ah, psssss, guardaré el secreto yo también.
Feliz verano, amiga
Gracias Enrique, yo sabía que el secreto quedaba en buenas manos.
Ayer y hoy fueron días de un calor sofocante.Te mando un cálido abrazo.
Me encanta tu detalle al escribir! Muy lindo!
Gracias…Muchas gracias.
Tienes en tu narrativa algo que hace que no dejemos de leer y el final hay que coccinarlo en nuestra imaginación. besos y muchas rosas de rosa y rojo.
Gracias por tus palabras siempre perfumadas.
Hasta muy pronto Rub
Un relato muy bonito. Enhorabuena
Muchas gracias. Un abrazo