La calle

Calle  levantada con ilusiones vanas de avenida, donde los árboles se hicieron dueños de las veredas, y estallan cada tanto, asomando sus raíces viajeras.

Comienzo de adoquines, de un tranvía ido, sobre rieles de fantasía, por donde corre  el agua de la lluvia, cantando con alegría.

Ahí abandonada a su suerte, una ventana muestra las curvaturas de molduras inexistentes, y en ese espacio donde habita la nada, crecen los yuyos, como pidiendo paso al tiempo ido.

El portón de hierro dueño de las paredes, sostiene un orificio, de un pestillo extraído.

Sobre el óxido toma el sol  la dueña del  glamour licuado, con su vestimenta a rayas y sus ojos compuestos.

Por esa calle despoblada camina el vecino Antonio, y a tres pasos reales y tardíos va su mujer desde hace cincuenta años.

– Antonio, no te apures que no puedo seguirte.

Le responde el bastón, que mastica su goma entre las juntas de los adoquines.

Un niño pequeño pica la pelota contra el muro de su casa, y la música del bam,bam, hace que bailen desgranándose los revoques.

Dando saltos, esquivando pozos,  dos autos llegan al cruce, asombrándose del encuentro.

Nada pasa, y todo sucede. Son muchos los ojos cansados, que miran desde de las ventanas, gastando el tiempo..

El cielo se encapotó, la humedad hace brillar las aldabas, los chapones, y los timbres de las puertas.

Se prenden las luces, se refugian los gatos.

Llovizna….La Anacahuita observa desde su copa redonda, y su follaje colgante, liviano,  como ….

Se ceban los mates, y se hace ronda.   Desde las cocinas sale el olor a trotas fritas…

Calle con color gris pardo, con olor a jubilación, a abuelo cuida nietos, a único dueño, a desolada viudez…

  • Anacahuita (Schinus molle): la indígena más popular en Uruguay. Falsa Pimienta.
  • Fotos de Stella.