Esteban

 

Te amo como se aman ciertas cosas oscuras, en secreto, entre la sombra y el alma. Pablo Neruda.

 

 

La última letra, la ene de Esteban, se estruja al segundo llamado. Es casi un grito, y en ese giro que dan los desencuentros, llevada por el aire, esa terminación, da de bruces contra las hojas del otoño, cae y se trasforma en la nada.

Lara camina a ese lugar donde habita y medita

.»  Sintió, o dejó que el llamado se perdiera entre la vegetación existente, como si fuera inoportuno el requisito.»

Tiene en su bolso el espía luminoso, con música. No hay mensaje, y la pobreza se apodera de su andar.

La soledad es solo de ella, no la exhibe, no es la joya en la vidriera, ni el logro de las desavenencias.

Abre y cierra la puerta, coloca la alarma, y todo el sitio tiene su perfume, la esencia de saberse la dueña del espacio.

Permanece en el constante círculo de sus pensamientos, se agita, Da por terminada la relación  y sin embargo cree que el amor tiene un tiempo de reposo hasta la verdadera decantación..

No  puede permitir que se adhiera al desamparo que la aterra, el deseo de sus  brazos fuertes, cerrados en círculo sobre su pecho, y sentirse postrada ante la fragilidad existente.

– Vuelvo y te acabo matando.

Piensa que es nula la amenaza, estira la mano, acaricia la idea, y la rechaza.

En ese decir, dejar y no hacer, permite que por la rendija de la madera de una antigua puerta, entre el filo de un arma blanca y la gruesa cuerda de cáñamo, y ante la desnudez de ambos,  se acoden las hojas de su otoño, dejando su nuda propiedad  al descubierto.

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Foto de Stella

 

Un relato de ficción, ante el horror, de un nuevo femicidio y posterior suicidio..