Quietud

El domingo,

se despereza, hace ejercicios de estiramiento, camina o corre sin lugar fijo.

La soledad da vueltas sin encontrar refugio.

Suena una campana, es un repiquetear grabado, la legitimidad pierde espacio, y el rumor de cirios, su vigencia.

El sol se aquieta en las torres, y culmina brillante en los vitrales.

Mi yo se siente, incomprendido, sin vigor, y entonces le explica al desamparo,  esperando la respuesta….

El recogimiento, tiene tintes de clausura, donde se marchitan hasta las hiedras más perennes. es que la mudez  duele más que la ausencia.