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Bajo el sol de enero, despiadado acompañante, que hace a las sombras verse como cayado del peregrino; caminaba lentamente con tal cuidado que parecía que estrujaba sus pensamientos.
Bajo su sombrero de lona asomaban intrépidas las cejas y pestañas, de ojos cansinos de mirar siempre lo mismo
Aline lo oteó como a los antiguos negativos, mirando bordes para saber cual era el derecho o el revés.
Cuesta divisar a conciencia, lo que tanto se amó y tanto se despreció.
Román…necesitas algo, …te puedo ayudar.?
El oído se pierde o se gana, en las palabras, con conocimiento hasta de las pausas.
El percibe y se endereza, y se enzarzan pensamientos e imágenes, seda, y arpillera, con colores quemantes, y cítricos sabores.
Ya has dicho todo…Gracias.
Retoma el camino y espera a la sombra para cruzar la calle