Desasir

 

Cuando llega lo inevitable, no hay quien disperse la bruma, ni viento que la expele, ni aguardar al sol candente.

Te quedas donde estás, sin certidumbre alguna, a recobrar el excedente.

Solamente es tuyo. Las heridas abiertas, las cicatrices, los besos dados, las sublimes emociones y si la vida te da tiempo, las arrugas, los desvaríos, los cercanos horizontes, las remembranzas.

Entonces porque dejar de lado lo hermoso de la llovizna, los rojos amaneceres, los olvidados abrazos, las lunas de vientre distendido.

Encomienda al azogue del manchado espejo, todo lo dado, lo adquirido, lo regalado, lo comprado, lo gastado y sobretodo lo perdido.

Alguien lo levantará, siempre va a existir quien catará el sentimiento ajeno..

 

 

Desde el muro de piedra. .Serie Blanco y Negro.

Trabajo de Adobe sobre foto del álbum familiar.