Cuando llega lo inevitable, no hay quien disperse la bruma, ni viento que la expele, ni aguardar al sol candente.
Te quedas donde estás, sin certidumbre alguna, a recobrar el excedente.
Solamente es tuyo. Las heridas abiertas, las cicatrices, los besos dados, las sublimes emociones y si la vida te da tiempo, las arrugas, los desvaríos, los cercanos horizontes, las remembranzas.
Entonces porque dejar de lado lo hermoso de la llovizna, los rojos amaneceres, los olvidados abrazos, las lunas de vientre distendido.
Encomienda al azogue del manchado espejo, todo lo dado, lo adquirido, lo regalado, lo comprado, lo gastado y sobretodo lo perdido.
Alguien lo levantará, siempre va a existir quien catará el sentimiento ajeno..
Desde el muro de piedra. .Serie Blanco y Negro.
Trabajo de Adobe sobre foto del álbum familiar.
Cuanto tiempo, Stella.
Te diré que ha valido la pena esperar.
Ese «alguien lo levantará» me ha sonado a agua de río cercano.
Un abrazo muy fuerte
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Se han ido sin responder hasta los comentarios.
Es que que estoy por dar un giro importante a mi vida.
Aunque sea una de las últimas decisiones que tome, no quiero que nadie escoja por mí.
Si tenemos la misma agua, el mismo o semejante río, creo que me comprenderás.
Desde mi sitio un abrazo fuerte, sin demoras.