El niño que hubiésemos querido ser

Yo pensé que quien llamaba era un objeto interno necesitado, o uno externo necesitado y destruido, que llama a la persona para que le ayude. Pensé que “quien llama” era el súper-yo o el objeto dañado mismo (…), pero quien llama es el niño que hemos sido. El niño que hubiésemos querido ser.

Marie Langer, psiquiatra vienesa

 

La llovizna finita impedía a la niña ser la Primavera. 

La quería azul, amarillo, rosa, blanco, verde. Igual a sus mágicos lápices de colores. 

La quería deleitable como el chupetín de su hermano más pequeño, pero lo que ansiaba la encía, era el mordisco goloso, en el agua dulce de la sandía

Ya van a llegar le decían; pero los tiempos de rodillas amoratadas, no sabe de mas apremio que el momento mágico del arco iris, en las pompas de jabón.

Y se enoja, llora, y combate contra la lluvia, contra el jardín, donde es suyo el jazmín blanco y pegajoso.

Muchos años después, cuando los árboles se miden por la proyección de su sombra, y los colores se ahuyentan, llevándose la h aspirada, se coteja la vista, junto con el sabor y se elude el gozo de la dentellada…

Aún le queda el aroma, por descifrar

Eladia Blázquez

  Eladia Blázquez   Letrista, poeta, pianista, compositora y cantante (24 febrero 1931 – 31 agosto 2005) Lugar de nacimiento (Buenos Aires) Argentina     No Permanecer y transcurrir. No es perdurar, no es existir. Ni honrar la vida. Hay tantas maneras … Sigue leyendo

Sin Linde

Donde se une la arena con la espuma,  las conchillas hacen pisos negros y azulados, y  las rocas dejan la rompiente con música..

Ahí donde el sol hace sombras chinescas y el calor deja la piel brillosa y los ojos transparentes.

Donde sin linde, el amor tiene colores y poesía, y el foque como vela mayor puede ser la  guía en la ensenada.

Ahí te espero sin término.    Anhelaremos  juntos..

Foto de Stella.

Andar a tientas…


Andar a tientas, perder el rumbo y seguir la ruta.

Impostor tiempo, que no te detienes, y hallas en las pequeñas esencias de las cosas, los dichos, las equivocaciones.

Recuerdas momentos fútiles, esos sin sentido y se pierden en los pliegues de la memoria lo fundamentales.

Cuantas emociones acumuladas, sin solución, mal planteadas.

Como los restos grafiteados de una senda.

Fotos de Stella. Serie Grafitis.