Un canasto con grafiones

Cuando conocí a Rita..dice, mientras escarba en la memoria..

Se detiene, respira profundamente, mira y sonríe, al jóven que está delante.

La luz tamizada por la persiana, hace óvalos en el piso, Tomasa juega, salta, ronronea en gris y blanco.

Comienza a enderezarse, su silueta se estira en el sillón, y ahora su cabello blanco luce más en su poquedad.

Conoces los grafiones pregunta ?

Abuelo, nunca los probé, creo que mamá me dijo, que a tí te gustaban mucho..son parecidos a las guindas…creo que ahora no hay.

La guinda es su prima, es la cereza silvestre de carozo negro, la de la flor en ramo.. ..Mi abuelo tenía en la quinta del Manga, plantados varios árboles de grafiones..

Se detiene, ahora la memoria lo posee, y vuelve al comienzo.

Cuando conocí a Rita, aprendí a oler, palpar, a saborear los frutos rojos, agridulce..Porque Rita era…. abre las manos en un arco grande,..era como un canasto de grafiones.

Baja las manos, y lo ilusorio crea forma y lo deposita sobre sus piernas.

Lentamente, comienza su festín. Los tiene a su alcance, los acaricia, los saborea, los mastica, y separa su carozo, y con un gesto repetitivo los va tirando al suelo, mientras Tomasina busca, entre la luz y la sombra lo inexistente.

Rita fue antes o después de la abuela? le pregunta

No responde, sigue degustando.

La soledad lo está llevando a esos matices ácidos y amargos que tanto le caracterizan.

Rita fue siempre la fruta carnosa, que pende del árbol, no tiene tiene cerco.

El jóven lo mira, lo abraza, lo comprende, evita las preguntas inútiles, que desnudan tiempos.

Le acaricia las manos, y pausadamente desteje la trama .

..

4 pensamientos en “Un canasto con grafiones

  1. Tiene tu escrito el delicado encanto de lo que evoca el alma y se mantiene unos instantes en el aire de la estancia del presente. Un abrazo junto al deseo de seguir leyéndote como respirando aromas hermosos y lejanos.

    • Muchas gracias, por tus hermosas palabras. Valoro muchísimo el tiempo de los otros.
      Nos encontramos pronto, antes de las fiestas.
      Un abrazo largo…

    • Estoy para el recuerdo, la añoranza de la infancia, cuando iba a la chaca de mi abuelo, donde había hileras de árboles frutales, entre ellos el de grafiones.
      Para mi una delicia, para la vista, el tacto y el olfato.
      Todo lo demás es mi creencia, de que hay ideas, sentimientos, que quedan dentro de uno, hasta en el comienzo de la demencia.
      Un abrazo fuerte y cálido..

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