
Yuyos, que nacen en las fisuras de los muros, donde el polvo se hace sustento, y llega a florecer sin nombre, en estación cualquiera.
Fuente inagotable de color, que cuando llueve baila, y cuando quema el sol se aquieta, y se profundiza en la sombreada hendidura.
Belleza intacta de un alma pasajera.

Fotos de Stella. Serie Casas abandonadas.