Pasá , tienes pronta la cena, la mesa está tendida.
Deposita tu mirada donde gustes. Ahí está el perchero, donde habitan las estaciones, el paraguas, el sombrero de paja, la bufanda de lana, las llaves de la casa.
No te detienes; para tí son cosas accesorias que puedes comprarlas.
Deposita tu mirada donde gustes, en el sillón, en la cama, en los bordes de la almohada, en los libros leídos, en mis notas, en la ropa colgada.
No sabes lo cansada que me siento, tanto, que puedo compartirlo todo, menos el contorno de mis lágrimas
Solo ha dicho pasá, todo lo demás lo ha pensado, y se escabulle su domesticación, por las fisuras de su alma.
Él entra silbando, le besa la mejilla, le palmea la espalda, prende la televisión, y cómodamente ignora, que el sitio hace mucho tiempo ha dejado de ser su morada.
Relato breve sin publicar. 13 de abril de 2015.
La Plaza de Cagancha es una de las plazas características de la capital uruguaya Montevideo. Es conocida también como Plaza Cagancha o Plaza Libertad. La columna de la paz, situada en dicha plaza, es el Kilómetro cero de las carreteras nacionales.
Precioso relato, Stella,de una delicadeza única.
Muchas gracias.
Hasta pronto.
Bello relato dónde se cuida y se llora.
Un Abrazo Stella 🙂 .
Creo que se llora mucho.
Feliz fin de semana joaquín.
¡Hermosísimo relato! Toda la vida contenida en una palabra… 😀
Si lo sientes así, me doy por muy feliz.
Entretelas de tus pensamientos más acunados, que se abren a nuestros ojos a través de tus palabras.Bonito. Hermoso. Triste.
Triste y real la domesticación señalada. Se empieza a sentir en éste siglo XXI, parte de una liberación lograda a pesar de..
Gracias y hasta cuando gustes.
Por las fisuras de su alma … precioso, Stella, precioso.
Un abrazo muy fuerte.
Gracias Enrique.
Un abrazo fuerte.
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Con permiso, realicé un Reblog: https://etarragof.wordpress.com/2016/01/22/pasa-usos-y-costumbres/
En ese entramado fino, donde se cobijan tus escritos, mis palabras llegan agradecidas, buscando un refugio.
Un fuerte abrazo desde éste Montevideo, tórrido.
Gracias por ese tórrido abrazo, Stella, por aquí ya empieza a hacer un poco de frío. Feliz lunes
Qué bonito relato…y qué triste.
Pero así son muchas vidas.
Me encantó lo del as estaciones en el perchero, nunca lo había pensado pero es cierto
Verdad que sí. La tristeza nos llega a todos, es como el perchero receptáculo de las estaciones.
Hasta pronto..