El llamado

Igual voz

La misma entonación

La misma forma de llamar

El nombre se triza en el… Ya voy,,,,

Cada una de sus letras, busca un refugio.

Unas son cristales que se adhieren dando luz

a los ventanales, otras a impulso de la voz, llegan más lejos

No se unen, no pueden hacerlo , porque el llamado se apaga, se libera, se desata

y en ese gris nuboso, en ese momento único, se encuentran los recuerdos, de lo visto

y no mirado, de lo valioso a lo fútil.

De ahi, en ese silencio construído por las etapas de la vida, renacen los corazones desgastados.

Tapiado

Yuyos, que nacen en las fisuras de los muros, donde el polvo se hace sustento, y llega a florecer sin nombre, en estación cualquiera.

Fuente inagotable de color, que cuando llueve baila, y cuando quema el sol se aquieta, y se profundiza en la sombreada hendidura.

Belleza intacta de un alma pasajera.

Fotos de Stella. Serie Casas abandonadas.

Recordando a Juan

Juan era la verja de madera que limita una dimensión. Un jardín espacioso, un vivero, un canil, los restos olvidados de casas derruídas, el mirar ajeno, o tal vez la respuesta a seguir un camino sin marcación alguna.

Creó su propio cerco; con clavos oxidados, con cuñas, con restos de pintura, con las hiedras como guía, y lo concluyó, con su sístole o su diástole, sobre su piel crepada.

Auténtico, aventurero, triunfador, libre, rebelde y hermanado, a las lógicas causas ajenas.

Luego, fue por años el otro, el que no escucha, el que casi no habla, mezquino en dar las gracias, el que cree que son solo los otros los que cambian.

Sin la protección de Juan ; la lluvia penetró la madera, y dejó en sus cavidades el hongo que degrada.

Hoy se despide el cerco verdoso, y se lleva el saber amojonar el terreno, poniendo límites a los linderos.

Otros vendrán, y cerrarán su sitio, y ya nadie reclamará, la posesión ínfima del mismo. El tiempo salta vallas; y deja acorralado hasta la angustia, de haberlo poseído…

El amigo de Juan.

.

Juan y Thomas de niños, de adolescentes, donde el amigo fuma naco negro, y toma caña con Pitanga, de un vaso barrigón, de un solo trago.

Juan que dice conocer las curvas prohibidas del aura violeta, y sabe del sabor de las bocas que se ofrecen, sin pagar favores.

Jóvenes los dos; y Juan que deja a la novia, la del padre político, rico, con fama, la culta, la linda y discreta….porque no aceptó la prueba, aunque quisiera, sino por el miedo al embarazo, y le sumó en contra; la que no teme el roce de piel con piel, ni el vulgar escote, la maga del color como arma.

Lilí, fue el embriague del pesado aroma, el difícil equilibrio de los tacos aguja, el movimiento ondulante de los pechos libres.

Hace casi cuarenta años que Juan, el que todo lo puede, se casó con la hechicera de Lilí…» Diciendo que lo hacía; » para protegerla, para frenarla, para que no se fuera con otro, con cualquiera. »

» La que no le dio ningún hijo; porque los hijos no unen, lo desflecado «

En la soledad de Thomas, lo que le sucede a Juan es luz en la niebla, porque poseído, desorientado, busca siempre en su amigo, el consejo justo, el bastón emocional…sale de su trama y entra en el sinuoso vivir del otro.

Este año y medio de pandemia, todo se volvió más opaco, turbio, en ese estar encerrado sin verjas, sin carceleros, sin voces…No basta ver un celular, o el barbijo de una limpiadora, que huele a desinfectante, y que por toda conversación dice..- Usted se queda en el escritorio, mientras yo limpio y cocino.. Cuando termino sale, y después yo limpio el escritorio..

O el saludo de despedida – Hasta el jueves y cuídese..

Hoy salió solo; cómo llegó hasta el Supermercadito, ni él lo sabe.. Una cuadra y media pegado a las casas de la manzana, algunos portones, y la calle vacía.

Hoy fue el dueño absoluto del barrio..

Va a comprar el antojo de la palabra.. Va a contarle a alguien que ve gris, pero no de manera uniforme..

No acepta la recomendación que le da la cajera, la jovencita del Supermercadito ; cuando le explicó sobre la niebla que no lo dejaba ver con nitidez..

Thomas le conversa, porque nadie espera por la compra; le comenta porque está sintiendo el silencio sin palabras de su soledad, y la jovencita le responde al abuelo, porque ella está aprendiendo, que contestar mientras marca la mercadería, no cuesta nada…

Desde el barbijo los ojos grandes le dicen la receta..

– Lave los cristales de los lentes con pasta de dientes, y va a ver que se le van todos los rayones…

– No tendrá los ojos secos ?

Thomás la mira con asombro.. – Ojos secos, si lloran solitos!.

– Ahora que si sigue con el problema, cambie los cristales.

Thomas le da las gracias, es bueno hacerlo, es alguien que habla ese domingo muerto; cuando solo se escucha esa música de fondo, esa que de tan dulce dan ganas de dormir, mirando frutas y verduras, y montones de bifes, y chorizos, y de mil cosas que esperan el trasiego del que no va a comprar.

El cree que alguién el lunes lo va a llevar a ver a Juan; el insurrecto que no se vacunó, el Bolsonaro auténtico que no se enfermó

Sale…Se acomoda mejor el barbijo, que siempre siente que lo ahoga, coloca sobre el, los lentes, y aprieta la zona sobre su nariz y se calza la boina.

La niebla lo abraza, lo envuelve con su plateado signo, y se va quedando, húmedo, desorientado, enfermo en ese momento tan suyo.

Baja el cordón, mastica la niebla, la traga, gira, baila acuoso, resbala, cae, se golpea y queda quieto, fisurado, entre los lentes, el barbijo y las bolsas de la innecesarias compras.

La música relajante continúa..

– La jóven cajera grita, pobre abuelo, tiene rayados los lentes!

Él había deseado siempre un abrazo cálido, de fina cintura, y perfumada piel; lograba al final de su ruta, el frío gris de una mañana cualquiera.

El lunes el viejo Juan va a preguntar a Thomas, como es zarpar en la barca de Caronte con el remo del Covid…..

Foto de Stella.

La mujer de Juan.

Casas abandonas XIII.

10 de noviembre de 2015

A doce años de iniciado el Blog

Voy a poner a andar a la nostalgia, voy a poner de pie los recuerdos.

Dándole cabida, le construyo una estampa, y les incito a que logren algún puerto.

Mi bote, es pequeño, no tiene velas, ni ancla, ni amarras, y un solo remo, porque mis amigos navega en el ensueño.

Nada más mío que eso que te digo, son relatos auspiciosos, que se olvidan pronto y se los lleva el viento.

A doce años de iniciado el Blog….Gracias a todos, por leerme, por darme vuestro tiempo.

Monstera

Tallos sustentados por un muro viejo, evitan el derrumbe, la destrucción inevitable, que perfora el tiempo.

Visión; raices que horadan cimientos, ladrillos de barro, agua estancada de amarronada data, donde tratan de vivir los yuyos tan nuestros, por ajenos; junto con las iniciales de amores muertos.

Te contemplo, con respeto, por ser la imágen de un complejo; solo hay belleza en la retorcida hazaña de sostener la sabia de tu cuerpo.

En la vida; llega la navidad, como en el muro; muchas veces, como un rizado e idealizado cuento.

Foto de Stella. Serie raíces aéreas

Flash

Marcos de caoba, óvalos batientes de lunas de azogue.

Alta cómoda; quieta bajo su estructura, se escondía la infancia solitaria..

Su carpa un edredón, con ensoñaciones de almohada de lana.

Cubierta protectora de quimeras, bailando cometas en la aurora, en cielos despejados, sin manchas, sin fronteras.

Extravió lo óvalos en su andadura; perdió sus alas, para saber que ya no importa la mecedura de la imagen.

Son como brotes en la quietud de la tarde los fugaces recuerdos.

Después

Cuando todo es aventura, y ves planear la luna soñando imposibles;  todo se alarga, se estira, lo hacemos inconsciente al tiempo finito de vivir

Vamos a navegar en nubes, abrazando al viento, besando la costa pedregosa, y en un trasiego maravilloso, de arena y agua, buscar lo esencial en la cenicienta roca.

Porque los Yo, nos transformamos en nosotros, y  nosotros en aquellos;  por más que al mirar no se vea, existen los cimientos del después.

Foto de Stella. Punta del Este. Playa El Emir

Silencio que habla.

Con los brazos extendidos, abiertas y juntas las palmas, frágil el cuerpo, mañanera la boca, y el pelo oscuro extendido como alas.

Sin conocimiento del abismo, se zambulló en una entrega total, entre las puntiagudas piedras de su playa.

En lastimada espera, desea en silencio una palabra, cuando hace años que quedó la voz en calma.

Foto de Stella. Punta del Este. Maldonado.

Foto de Stella. Al fondo se divisa la Isla Gorriti. Punta del Este. Maldonado.

El sentido de pertenencia.

Tan vestido, tan desnudo, tan rugoso y rústico, como el mármol travertino formado en cuevas.

Se deja adormilar, y quedamente entra en ese morado de quietud absoluta, donde las pequeñas grietas azules, se agrandan, invaden el sitio, y es de aquí, de allá y de más allá.

En soledad los errores, las caricias, la boca sin voz, los prejuicios, la incertidumbre; como la definición porosa de lo que es tuyo ..y para todos lo imperfecto lo inacabado hasta la finitud de tu umbría..

Foto de Stella. Serie Blanco y negro. Ciudad Vieja.

Los verdes

» Largas noches y días
una proa te cortó sin parar
y tu centro no cambiaba nunca,
círculo verde del mar.» A Storni

«Bajo el verde cielo adolescente,
tu cuerpo da su enamorada suma.» O.Paz

» Yo fui una vez como ese pozo oscuro,
y fui como la forma de esa nube,
como ese gajo verde que ahora sube
mientras su sombra baja por el muro.»J.Buesa

Una vidriera refleja el andar del mundo disociado, donde se unen los colores, las formas, las estridencias, las texturas, yace inmune la casa, el auto, las luces, la cúpula, las ramas de los árboles, junto al precio de las cosas. Emerge triunfante

el trajinar incesante de las gastadas horas, bajo una melena roja sin cabeza.

El verde luz la sostiene, la comprime, la define, formando círculos en su entorno.

Texto y fotos de Stella de Punta del Este, Prado, Centro Cordón, respectivamente..

Cascoteado

La historia, sin fundamento, con pliegues de ausencia, emerge del verde amarillento.

Entre avisos inconclusos, con vidas a medias, y colores bastos.

Surge el ojo avizor, vigilante zafral del feminismo en el cascoteado muro, hasta la demolición.

Foto de Stella

La corteza de la ausencia

Tanto tiempo pasó, que lentamente, comenzaron a desdibujarse de la memoria, los gestos adquiridos, los pliegues de la risa, la separación frontal dada al enojo.

Quedaron mustios los oyuelos al faltar la alegría, en su boca sin risa. .

Se perdió el torso musculoso, y los miembros fueron dibujos de aquel añorado niño..

Cuando le preguntaron como se llamaba, ya había extraviado el nombre, buscando la voz ajena.

Era el otro en la multitud, ése cuya sombra indagan su silencio, los que lo amaron en su entorno.

Lentamente, dando pasos inseguros, con una rigidez que enfrenta a la mente, yace en la temida ausencia de haber existido.

Foto de Stella

Este es uno más de los relatos que escribí sobre una temida enfermedad, que aqueja a muchas personas. El nombre lo pone cada uno, de los lectores.

» La Navidad de la Anacahuita.». sobre un hijo que no sabe que hacer con lo problemas de su padre…» Se dice así mamá «.. una familia que ante la enfermedad de su madre, se desespera buscándola…..» El nuevo ocupante «…una tristeza que me tocó muy hondo; porque las heridas de la soledad no las cierra el tiempo….

A Bruno que está lejos, y cerca; un cuidador que sabe lo que es » el aquí y el ahora » cuando el sufrimiento puede ser igualitario.

Los azules

Son fotografías de mi país, nombradas sin orden alguno
De vitrales de La casa Ferrando, hoy librería Puro Verso en la Ciudad Vieja; de las pinturas efectuadas a un hermoso cine abandonado, de unos chorretes de pintura, donde el descuido se hace arte en los colores, a un solitario barco del puerto de Punta del Este, a una parte de los ventanales del sombráculo del Jardín Botánico, a una pintura de Paez Vilaró, a un pequeño lago y sus reflejos, a unas plantas mecidas por el viento; a una cúpula como eje de luz, de un hermoso edificio de apartamentos, a una playa desierta, donde una visitante camina por la playa en busca de piedritas,; a parte de un estupendo grafitti, donde el ojo es sostenido por un pequeño hombre, para que sepamos mirar…

Unidos todos por el azul del cielo infinito
Gracias por acompañarme.

Fotos de Stella.

El amparo

Levanta la ternura de la hierba húmeda, la cobija, la valora, la une ; y en ese trasmutar sin detenciones, hace atado de leña seca.

Con ella calentará el brasero, iluminará la estancia interna, y dejará como fanal la siembra del apego.

El asombro, el miedo, la alegría, la confianza harán las brazas, en las tristes despedidas o en el añorado encuentro.

Todo será rutina que llevará su tiempo.

Y cuando con todo su poder invada el humo y quede la gris ceniza de perfumado incienso; con la filtrable memoria, los nietos de los hijos, preguntarán quién recolectó las ramas, quién inició el fuego?

Foto de Stella

Las casas hablan por tí

 

Son tu rebozo del vivir, la morada, la cueva, el apartamento, el refugio, el sitio, la casa, la finca, el rancho, el palacio, el domicilio, el piso;  más que eso, si deseas serás el hornero de tu nido de barro.

 

Escuchas lo que dicen?

Conversan sus revoques, sus cimientos, sus techos, su caños, sus drenajes, sus detalles de fachada, sus cables,  sus puertas y ventanas, sus pisos, sus patios, sus impúdicos baños, sus trancas, sus cerrojos, sus corazones de cocinas.

Lloran sus óxidos, añoran sus colores, palpan la desidia, se elevan, se aplanan, se ajustan, se engrandecen. dicen del vandalismo, muestran su holgura, su forma bella del sentir

Las empujan las calles, las veredas, las aprisionan sin piedad las rejas perimetrales,  las perfuman los jardines, las adosan los espacios, las ensordecen las alarmas,  las olvidan, muchos las protegen, las engalanan los poseedores,  las herencias las pelean, las cotizan, las subastas las enloquecen, las añoran los niños..las embellecen los recuerdos.

 

 

 

Sientes, sus  lamentos, sus desgastes, sus risas, sus cantos?

Escuchas lo que dicen ?

 

 

 

 

Portón de hierro; donde la casa de los otros hace morada. Calle Adolfo Berro. Serie puertas, portones, ventanas
Cuando la herreria se transforma en arte. Antigua Casa Quinta. Avda Agraciada.
Uno de los primeros Hoteles de Punta del Este, transformado en apartamento para vivienda Calle 20.
Puerta trasera. Serie Puertas , ventanas., portones

Antiguo vivero. Jardín Botánico.
Antigua casa de mi abuelo. donde en la planta baja funcionaba su tienda. Luego la planta baja pasó a ser Sucursal Bancaria.
Terreno hacia dos calles.
Demolido, para la construcción de torres de apartamentos. Calle Andes y Soriano.

Fotos de Stella .Montevideo-Ciudad Vieja. Prado. Maldonado. Punta del Este.

El Hornero.

 DISTRIBUCIÓN: El hornero es endémico de Sudamérica meridional. Habita el este, centro y sur de Brasil, desde Goiás y Bahía hasta Mato Grosso y Río Grande do Sul; Uruguay, Paraguay, este de Bolivia y Argentina hasta Chubut. … Es un ave sedentaria; no migra

La llamada del Jacarandá

Te brindo mi ventana, abierta de par en par, para que la luz del cielo infinito te bañe en bien para los demás, te inspire, con el azul violáceo, sobre los tejados y llamando sin restricción alguna encuentres al Jacarandá en flor.

Mira y reflexiona sobre el posesivo Clavel del Aire, como hace el cambiante, en ese tuyo y mío, sobre el árbol sin protesta.

En ese darse sin resistir, en el abrazo universal, en el cual enlazo con trenza de tiento finito, los deseos, los tuyos y los míos, de los que se fueron y volverán..

Todos están aquí tan cerca que los presiento, sin palabras sin augurios..

«Amigo, ven; mira qué tarde.

Siente el alma universal; que la pereza
abandone tu espíritu indolente .. . .
Sé como el cielo tú: medita y reza

Luis.G.Urbina

Fotos de Stella

Un canasto con grafiones

Cuando conocí a Rita..dice, mientras escarba en la memoria..

Se detiene, respira profundamente, mira y sonríe, al jóven que está delante.

La luz tamizada por la persiana, hace óvalos en el piso, Tomasa juega, salta, ronronea en gris y blanco.

Comienza a enderezarse, su silueta se estira en el sillón, y ahora su cabello blanco luce más en su poquedad.

Conoces los grafiones pregunta ?

Abuelo, nunca los probé, creo que mamá me dijo, que a tí te gustaban mucho..son parecidos a las guindas…creo que ahora no hay.

La guinda es su prima, es la cereza silvestre de carozo negro, la de la flor en ramo.. ..Mi abuelo tenía en la quinta del Manga, plantados varios árboles de grafiones..

Se detiene, ahora la memoria lo posee, y vuelve al comienzo.

Cuando conocí a Rita, aprendí a oler, palpar, a saborear los frutos rojos, agridulce..Porque Rita era…. abre las manos en un arco grande,..era como un canasto de grafiones.

Baja las manos, y lo ilusorio crea forma y lo deposita sobre sus piernas.

Lentamente, comienza su festín. Los tiene a su alcance, los acaricia, los saborea, los mastica, y separa su carozo, y con un gesto repetitivo los va tirando al suelo, mientras Tomasina busca, entre la luz y la sombra lo inexistente.

Rita fue antes o después de la abuela? le pregunta

No responde, sigue degustando.

La soledad lo está llevando a esos matices ácidos y amargos que tanto le caracterizan.

Rita fue siempre la fruta carnosa, que pende del árbol, no tiene tiene cerco.

El jóven lo mira, lo abraza, lo comprende, evita las preguntas inútiles, que desnudan tiempos.

Le acaricia las manos, y pausadamente desteje la trama .

..

El niño que hubiésemos querido ser

Yo pensé que quien llamaba era un objeto interno necesitado, o uno externo necesitado y destruido, que llama a la persona para que le ayude. Pensé que “quien llama” era el súper-yo o el objeto dañado mismo (…), pero quien llama es el niño que hemos sido. El niño que hubiésemos querido ser.

Marie Langer, psiquiatra vienesa

 

La llovizna finita impedía a la niña ser la Primavera. 

La quería azul, amarillo, rosa, blanco, verde. Igual a sus mágicos lápices de colores. 

La quería deleitable como el chupetín de su hermano más pequeño, pero lo que ansiaba la encía, era el mordisco goloso, en el agua dulce de la sandía

Ya van a llegar le decían; pero los tiempos de rodillas amoratadas, no sabe de mas apremio que el momento mágico del arco iris, en las pompas de jabón.

Y se enoja, llora, y combate contra la lluvia, contra el jardín, donde es suyo el jazmín blanco y pegajoso.

Muchos años después, cuando los árboles se miden por la proyección de su sombra, y los colores se ahuyentan, llevándose la h aspirada, se coteja la vista, junto con el sabor y se elude el gozo de la dentellada…

Aún le queda el aroma, por descifrar

Eladia Blázquez

  Eladia Blázquez   Letrista, poeta, pianista, compositora y cantante (24 febrero 1931 – 31 agosto 2005) Lugar de nacimiento (Buenos Aires) Argentina     No Permanecer y transcurrir. No es perdurar, no es existir. Ni honrar la vida. Hay tantas maneras … Sigue leyendo