Con amor.. Elena

Cuando, la Sra Adela , antendió el llamado de la puerta, y un cadete, le entregó un ramo de flores, y le dijo que era para ella, y le hizo firmar un recibo, comenzó esta pequeña historia.

Cerró, la puerta, con un gran ramo de flores, envuelto, en plástico, que asemejaba a un papel, de celofán, y al abrirlo fué inmensa  su sorpresa, era un ramo grande alargado, que consistía en claveles, a su alrededor, y en el centro dos orquídeas, y todo ello adornado con espárrago. Sujetaba, todo ese conjunto, unas cintas finas blancas, que formaban una pequeña moña.

Buscó la tarjeta, y no la encontró, fué cuando empezó su pesquisa.  No había ningún aniversario, que ameritara, tal atención, no estaba cerca, navidad, ni su cumpleaños, y  lo fundamental, no tenía admirador alguno, porque si existiera,  era como para decir «Locas pasiones a los 70 años» ,o «Conseguir lo imposible sin salir de casa»  lo que al editarlo, sería un Best Seller, o un libro de auto ayuda, «Comparta su soledad con flores»  tan de moda en estos tiempos.

Empezó por llamar a la vecina  de piso, como hacen casi todas las señoras solas.  Comparten novedades, chimentos, pareceres, como el seguimiento de los teleteatros, o lo que dijo Rial, o la cola parada tipo brasilero, de la Padrón, o el nuevo amante, mozalbete de Susana Jiménez, o lo bien que cocina la Lepes, estando en Grecia o frente al mar  y a la parrilla el rubio Mallman, que hasta recita. Se comenta, todo lo transcendental, ya detallado,  junto a la artritis, el costo de vida, lo exiguo  de las jubilaciones,  los tatuajes de los hombres de «Valientes»  Porqué si uno quiere saber »

«Tomándole el pulso a la República» tiene que preguntárselo a una vecina.

Pero este ramo, era noticia!

Pensó Adela que podría ser para la linda  inquilina, del piso ,ap.o2, pero su vecina, le dijo que nó,  porque viajó , se había  olvidado de contarle,  a hacer un Postgrado a París, por tres meses. A una de las dos se le ocurrió, mirar  la etiqueta, del ramo, y ahí oh milagro, en un óvalo dorado decía el nombre y dirección, de la florería.  Adela podía preguntar por teléfono, pero prefirió caminar en la tarde las cuatro cuadras, que quedaban desde su casa hasta la florería  a usar el teléfono. Cuando la averiguación se hace en profundidad, los métodos, no son siempre los habituales, sino vean como Adela, CSI, y me darán la razón.

La curiosidad, la hizo caminar rápido, pasó de tranco de pollo, al de perdiz, y llegó, con la cabeza para adelante  bamboleándola, al momento y feliz. La atendió, toda una dama, era una Grey Garson, en » Rosa de abolengo » sentada entre tantas, flores, y con esa sonrisa, pegada a las comisuras, de esas que no se agrandan ni se achican, la sonrisa que te dice igual, en que puedo servirla  a  son $ 5.000, por  una corona, la moña,  la tarjeta, y el envío, va gratis.

Explicó Adela, escuchó la dueña, y se despejó, lentamente una parte de la incógnita:  El cadete, había sido despedido, el día antes, y se ofreció por propia voluntad, y para obtener alguna propina, repartir los últimos pedidos.

Buscó la dueña, y de acuerdo a la descripción del ramo, se llegó a quien lo había enviado por un giro en Abitab, y la tarjeta, que fué confeccionada en la misma florería que decía » Con amor Elena » y quien era el destinatario que se llamaba Álvaro Costa.

Se aclaró el primer error. El segundo fué  una persona que llamó por teléfono, y dijo que recibió unas flores con dos tarjetas. –» Todo era una trampa para molestarla , que efectuó el cadete.»»  La dueña le expresó,-  Que por el día de hoy no podía retirar el ramo, ni enviarlo, lamentablente, porque no podía hacer todo ella sola.

La tercera parte, fué pura curiosidad, y parte del descenlace. Adela preguntó – Qué raro, una mujer mandando flores a un hombre.? y le respndió, la dueña,  –  Que las flores eran para acompañar al fallecido Sr Costa. Que el ramo, si se miraba bien, tenía una base de pequeñas cañas, entretejidas, y que desde ahí salían unas cintas. Que llevaba unas palmas, que problamente el cadete, las quitó para que pareciera más un ramo común. Era lo usual, el ramo típico o media  palma que se usa poner a los pies del cajón..

– » Que la Sra, podía hacer con el ramo lo que quisiera, porque no se iba a entregar en el día y a la mañana, era a primera hora el entierro, ahí en los Salones donde antes funcionaba «El Ocaso». »

Como siempre hay un comedido, Adela se ofreció a hacer el siguiente favor. Ella llevaría el ramo hasta la Empresa de Pompas Fúnebres, porque le quedaba solamente a dos cuadras de su casa, para que esas flores llegaran a su destino. Demás está decir el agradecimiento que recibió, tal es así, que dos rosas blancas con una cinta le fué regalada, y con

– «Cuando quiera venga que será bien recibida, fué la despedida.»

Tomó el ramo, y como si hiciera un mandado para un influyente personaje, salió hacia el final

Cuando caminaba por la calle, le parecía que la miraban,.. muy chico para corona, muy ostentoso para obsequio y muy grande para ramo de novia, lo tomó de las cañitas, y llegó al 1er. piso, y preguntó por un familiar del Sr Costa.
Allí la recibió, un familiar que dijo ser el yerno, y Adela hizo un resumen de lo acontecido, si a eso se le puede llamar así, o las noticias de última hora. Pero lo que no esperaba era ,que mientras la guiaba, fuera de la sala, le dijera:
– » Que agradecía las molestias que se había tomado. Pero que en ese momento,  quien fuera, que a nombre de Elena mandara flores, o un pésame no sería recibido, porque había causado mucho daño, siendo durante tantos años amante de su difunto suegro »  Era tal  su vehemencia, al decir todo esto, que el milagro se produjo, dejó mudo a  la oferente. Y escuchó por segunda vez, cuando ya llegaban a la puerta.

– Que hiciera lo que quisiera con el ramo, si quería tirarlo a la calle, ahora mismo, daba igual.

Todo puede ser en la dimensión desconocida, entrar como ratero a llevarse los recuerdos de  los otros , no fué esa  su intención, por eso no tiró las flores en la calle, que mandó una amante a su amor muerto. Con las cosas del querer, no se juega, pensó y ..

Entonces , Adela tomó un cuenco grande, le vertió  agua, y puso a descansar el pequeño entramado de cañitas.

Las que han soportado mejor los tres días, han sido las orquídias, porque la vecina le dijo, que le pusiera hielo, que las conservaba. No sabe si mañana, o pasado las tira todas juntas, hasta ahora no pudo,  porque al mirarlas de lejos, le hace acordar a la cúpula, de esas iglesias chiquitas que hay en los balnearios, esas blancas cúpulas.

Lo que falta para Adela sería la cruz, tal vez, piensan con la vecina, en algún lugar,.. como entramado de teleteatro mejicano, colocó  la cruz.. » con todo amor Elena »

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